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Cultură

SITGES '08 - Episodio 1

El Festival de cine de Sitges abrió ayer sus puertas al público prometiendo en esta 41º edición seguir la tónica de las últimas ediciones, donde se ha valorado más el cine más arriesgado y extremo, tratando de volver un poco a los orígenes (el cine...

El Festival de cine de Sitges abrió ayer sus puertas al público prometiendo en esta 41º edición seguir la tónica de las últimas ediciones, donde se ha valorado más el cine más arriesgado y extremo, tratando de volver un poco a los orígenes (el cine fantástico y de terror), pero a la vez manteniendo ese punto comercial con determinados films mucho más taquilleros. Este año, además, el leit motiv es la ciencia ficción, de ahí el homenaje a esa supuesta obra maestra que es 2001: Una Odisea en el Espacio del gran Kubrik y la aparición de muchos clásicos en las pantallas durante esta semana. En Vice hemos aprovechado para meter mano y mostrar algo nuestro: hoy, viernes día 3 a las 22:00, se proyecta un excelente documental en la sección Brigadoon, True Norwegian Black Metal. La anemia monetaria no es excusa, que ya os conocemos, porque el pase es gratuito. Fans de Gorgoroth, Mayhem y Burzum… ¡Si no estáis allí es que sois unos posers y sólo os va el maquillaje panda!

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Y ahora vayamos a lo que ha dado de sí el día inaugural… Pero aviso: muertos sólo los hemos visto hoy en el cementerio. Por ahora ninguno caminando por allí.

Siendo el día inaugural lógicamente empezaremos hablando de Mirrors, que ha sido la película escogida para la gala de inicio. Alexandre Aja (Las Colinas Tienen Ojos, Alta tensión) sorprende con este remake realizando una nueva aventura del agente Jack Bauer pero fuera de la serie 24. Esta vez Kiefer Sutherland (24, el vampiro de Lost Boys), enfrentándose a sus demonios internos, y en un curro más paupérrimo -vigilante nocturno, ex alcohólico-, intenta salvar su vida y la de los suyos de aquello que se refleja en los espejos. Buena película, comercial pero con un ritmo trepidante, juegos de cámara bien realizados y, cómo no, sustos de esos que hacen saltar de la butaca aunque te los esperes. Además consigue algo bueno, que te lo pienses dos veces antes de afeitarte cada día mirando al espejo del baño.

Ahora bien, sobre todo prestad atención a la pedazo de mujer que es Paula Patton, recordando a Halle Berry en Monster’s Ball. Lo mejorcito que he visto en mucho tiempo para babear frente a una pantalla.

Pero a primera hora de la mañana, antes del grato rato por cortesía de Alexandre Aja –que por estar enfermo no ha podido venir al festival, ya le invitaremos a tomar algo cuando le veamos-, hemos visto Transsiberian, protagonizada por Woody Harrelson, Ben Kingsley y Eduardo Noriega.

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Comienza la película y me acojono al ver que está producida por Filmax (Arachnid, Dagon… entre otros truñacos) y me viene a la cabeza un film clásico, Pánico en el Transiberiano, a la vez que rezo por que sea mucho mejor. Las plegarias no son escuchadas, quizá por no orar al dios adecuado, y nos encontramos con una película que parece patrocinada por la compañía Canon, de trama tan previsible que parece como si el director Brad Anderson (El Maquinista) nos trate un poco de tontos. Una peli de tráfico de drogas, con americanos inocentes en medio de un país corrupto donde el principio de una aventura se convierte en una pesadilla a bordo de un tren. Ni el buen plantel de actores logra salvar el film.

Crows - Episode 0 es el nuevo film de Takashi Miike (Audition, Ichi the Killer) y el más taquillero de su carrera. Esta vez adapta un manga de Hiroshi Takahashi, no sólo en la forma sino también en cuanto al modo de narrar la historia: interrumpiendo la acción con videoclips de canciones the Street Beats -un grupo japonés que suena a mezcla entre The Mission y New Model Army-, con la protagonista interpretando una cancioncita R&B o la balada final para el héroe, o bien con la aparición de peleas con sangre y palizas en las que los personajes nunca se despeinan y están recuperados a los cinco minutos. La peli la podríamos definir como The Warriors pero en plan asiático, con toques cómicos y dramáticos claramente sacados en el manga y de una duración eterna -casi tres horas me han parecido-, donde las peleas recuerdan a esos partidos infinitos de Oliver y Benji. Si la secuela es igual de larga yo no la pienso ver.

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Para acabar el día probamos suerte con Eden Log, una película francesa de Frank Vestiel, que para resumir diremos que es un cóctel entre la claustrofobia de Cube + un Alien descafeinado sin sabor + el cantante de Rammstein + un intragable sándwich vegano. Un film lento, que empieza en la oscuridad de las profundidades con unos pseudo morlocks y que a medida que avanza convierte su visionado en un lento y dificultoso via crucis. Al aparecer los títulos de crédito he oído los primeros pitos de la noche. Una buena ambientación no lo es todo.

Por último, Fighter, de Dinamarca. A los 10 minutos hemos comprobado que mejor que nos fuésemos a endulzar con estas chicas tan majas, ya que nos daban helados para eso.

A ver qué nos depara el fin de semana. El lunes, más mamarrachadas podréis leer por aquí. Y ahora se despide su fiel adorador de Satán, Eduard Tuset, que soy yo.