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Música

Amenazas de muerte y proposiciones de matrimonio

Andy Votel escarba en la psicodelia del Tercer Mundo.

Foto: Inma Varandela

Para qué engañarnos, a estas alturas de la película lo de ser dj es como ser tertuliano: te llevan a un sitio, pones cara de convencido y de estar en posesión de una verdad que ha costado decenas de generaciones descubrir, cobras y te vas. No creas que es algo súper complicado y quepara llegar a ser un top class debes pasarte la vida estudiando tu próximo paso. Pero siempre hay alguien que despunta en cualquier campo, y la mayoría de las veces lo logra yendo a contracorriente. El caso de Andy Votel es para que lo estudie la NASA: un tipo que ha dedicado su vida a buscar los discos más freaks que te puedas echar a la cara, versiones de los Stones

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Pakistán, bollywood rock, psicodelia turca… Vamos, que el pavo mira la lista del Billboard y se cree que es el menú de un chino. Actualmente Andy emplea todas sus fuerzas en promocionar B-Music (sello, equipo de dj´s y promotora) junto a su amigo Dom Thomas.

Vice: ¿Cómo empezaste a pinchar?

Andy Votel:

En el 88, tenía 13 años y pillé dos platos que me costaron 10 euros, mezclaba usando el balance de una ghetto blaster. Me molaba pinchar dos copias de un mismo disco pero como no tenía tanta pasta empecé a buscar en rastros los discos que tenían el sampler original porque eran mucho más baratos y, claro, más interesantes.

¿Y cómo has conseguido reunir tu envidiable, robable colección?

Seguí comprando discos que contenían los samplers originales, más tarde me decidí a buscar cosas que sonaban como los samplers para crear mi propia música, después paré de producir música y comencé a comprar material que no sonaba como los samplers… pero fue cuando decidí no comprar más discos ingleses o americanos cuando las cosas se pusieron interesantes de verdad.

Desde fuera da la impresión de que solo te gusta música tremendamente oscura de los sesenta y setenta. ¿Es así? ¿Tienes eso que llaman placeres ocultos?

Nunca me he sentido avergonzado por mis gustos musicales. Cuando comencé a pinchar la gente se descojonaba de mí. Todo depende de la manera en que presentes esos temas y del contexto en que los pongas. Todo ese rollo acerca de los “placeres ocultos” es una tontería. Y, sí, soy un yonqui de los 60 y 70 y todavía no me he cansado de escarbar en el rollo psicodélico, creo que puedo tirarme quince años más rebuscando en Turquía, Singapur, Irán o Corea antes de relajarme con algo de Kate Bush o Fleetwood Mac.

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¿A dónde quieres ir a parar con B-Music?

B-Music es la antítesis de A-Music. Promovemos el equivalente musical a las películas de serie B.

Debes tener un montón de historias tronadas que te han pasado mientras pinchabas…

Amenazas de muerte, proposiciones de matrimonio… Pero lo más increíble es cuando una inesperada minoría étnica reconoce el lenguaje de un oscuro disco que estoy poniendo y de repente se crea una fiesta privada en la pista. He visto como gente estallaba en llanto porque, sin saberlo, he puesto un disco que sonó en la boda de sus tíos en Pakistán hace 25 años. También me meto en problemas a menudo por ser lo suficientemente estúpido como para poner discos turcos en Chipre o temas rusos en Polonia sólo porque tienen una alucinante guitarra fuzz.

www.myspace.com/bmusiccollective