FYI.

This story is over 5 years old.

Comics!

“Ese tipo tiene la cara como un culo”

Por favor, que no hagan la serie de televisión de Predicador.

Hay cosas que es mejor dejarlas tal y como están, darle demasiadas vueltas al asunto solamente conllevará un resultado desastroso. Como ese condón que encontraste en el bolsillo de la chaqueta de tu mujer o esa cena de Navidad en la que tu abuelo te dio un beso y te dijo que te amaba “de una forma especial”. Con las adaptaciones cinematográficas pasa algo parecido. No hace falta adaptar un buen libro o un buen cómic, su existencia en un solo formato ya es suficiente como para validar su grandeza, hay que dejarlos vivir en su estado original. Hace poco ya os hablé sobre las adaptaciones imposibles de los relatos y novelas de Bukowski pero esta vez vamos a centrarnos en las adaptaciones de cómics. Llamadme conservador, pero soy de los que creen que no hay que adaptar ni un solo cómic al cine, son lenguajes distintos y el cambio de formato altera por completo el sentido de la obra gráfica. Joder, hay cientos de ejemplos donde grandes cómics se han convertido en patéticas cintas audiovisuales: Sin City, Watchmen, Daredevil, La Liga de los Hombres Extraordinarios, Hellboy y, en definitiva, casi cualquier película de superhéroes.

Publicidad

Es por eso que cuando leí que la cadena AMC (bueno, los de Breaking Bad) estaba preparando un capítulo piloto para el mejor cómic del mundo me invadió una abrumadora sensación de horror, horror puro y extremo. Cuando me refiero al mejor cómic del mundo me estoy refiriendo a Predicador de Garth Ennis y Steve Dillon. Esta serie que duró la friolera de 5 años es una de las obras más sublimes que nos ha ofrecido el cómic de los noventa, es uno de los tantos hijos de oro salidos del útero sagrado de Vertigo Comics.

Garth Ennis y Steve Dillon congeniaron perfectamente (como ya lo hicieron en su magnífica aportación a Hellblazer) en un relato donde se mezcla la teología, el whiskey, el western, los chistes de pollas y un tipo que tiene la cara como un culo. Consiguieron crear una masa narrativa que amalgamaba distintos géneros y tonos. Cabalgaba libremente por el western, el thriller, el cine de terror, las buddy movies y el género bélico. De hecho incluso diría que crearon su propio género, haciendo inseparables los trazos de Dillon con las historias de Ennis; un dibujo sobrio, realista y grueso que acompaña a unos personajes entrañables -de mentalidad un poco retrógrada- adictos a la verborrea y a la cerveza irlandesa. Son pocos los autores de cómic que han logrado que sus fans repitan las frases de sus personajes como si de una película de Tarantino o Scorsese se tratara. En Predicador, los dos autores consiguieron reunir un bestiario brillante de personajes jodidos: el ya citado tipo que tiene la cara como un culo, otro tipo que se folla un tótem de carne de vaca, un Papa de Roma jodidamente gordo que no para de vomitar para poder comer más, un tipo que se folla a un pez, el fantasma de John Wayne, un mechero con la inscripción de “A la mierda el comunismo”, un francotirador sin polla, un vampiro borracho, un calvo con la cabeza en forma de glande que no quiere aceptar que le encanta que le follen el culo con un strap-on y muchos más, todos ellos ocupando un lugar sagrado en el podio de personajes clásicos del noveno arte.

Publicidad

Predicador es una saga mastodóntica que nos habla de la superación de nuestros demonios internos. Esta es la conclusión a la que he llegado después de leerlo 4 veces. De hecho, y aquí estoy hablando directamente a los entendidos, creo que Predicador trata de como Cassidy deja de ser un monstruo y se convierte en persona. Con esto me refiero a que indudablemente Cassidy es el protagonista de la serie, no Jesse. Éste último es un personaje plano y simple, Cassidy tiene profundidad y su personaje evoluciona, cambia, aprende. Lo que logra Cassidy (abandonar su monstruo interno) es lo que tendrían que hacer todos los otros personajes que pululan por estas páginas. Bueno, ya lo he dicho, ya me he quedado a gusto.

Han sido muchos los intentos de adaptar este cómic al cine. Kevin Smith y Sam Mendes lo intentaron y fracasaron. Creo que incluso en algún momento Darren Aronofsky entró en juego. Mark Steven Johnson (Daredevil, Ghost Rider –buen currículo-) estuvo cerca de adaptar el cómic para hacer una serie en HBO pero al final el proyecto se canceló por ser demasiado violento y controvertido.

Ahora ha surgido la amenaza de la adaptación de la cadena AMC, y lo más jodido es que los supuestos encargados de dirigir el piloto son Seth Rogen y Evan Goldberg (Juerga Hasta el Fin y guionistas de Supersalidos, Pineapple Express, etc.). Joder, a mí estos tipos me caen simpáticos y las películas que han dirigido o guionizado tienen su gracia pero coincidiréis conmigo en que su forma de hacer y entender el cine no tiene nada que ver con el cómic de Garth Ennis y Steve Dillon. Estos dos magos de los chistes de pollas pueden ser fans de la serie, pero eso no les da derecho a adaptarla. Yo soy fan de las Lay’s Campesinas, me pasaría el día comiendo esa mierda, pero os garantizo que NUNCA me atrevería a intentar cocinar una de esas patatas con sabor a gloria. Les tengo demasiado respeto como para jugar a ser Dios con ellas.

Si se crea un producto televisivo inspirado en Predicador dudo que pueda mantenerse el nivel de obscenidad y libertad argumental que tiene el original. En Predicador abunda el sexo, la violencia y el flirteo con las drogas. Si se quiere hacer una serie destinada a todos los públicos habrá que limitar este exceso y, amigos, Predicador es todo exceso y éste no se puede ni se debe diluir. Toda esa mezcla desfasada de géneros, tonos y estilos es irreducible. Meter toda esa sangría letal en una sola serie es una tarea de despedazamiento extrema. Cortarle las patas al caballo no va a hacerlo más ligero.