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Los ayuntamientos están locos

Sevilla prohibirá jugar al dominó en las terrazas o golpear bombonas de butano para avisar de la llegada del camión. En otras ciudades ya sancionan construir castillos de arena en la playa, no poner pañales a los caballos o que los perros ladren.
Imagen vía Flickr.com/gabofr

La Guardia Urbana de Barcelona sancionó hace unos días con 200 euros a dos chicas de unos 15 años por cantar canciones infantiles en el cruce de la plaza Catalunya y el Paseo de Gràcia. La noticia es un ejemplo más de cómo en España miles de ayuntamientos se han visto obligados a actuar para detener el salvaje deterioro de la convivencia ciudadana. Sus armas: las ordenanzas municipales.

El último gran defensor del civismo es Juan Ignacio Zoido, alcalde de Sevilla. Si en su ciudad ya existían mandatos como que las terrazas de los bares solo pudieran contar con cuatro tipos de mesas con una, dos, tres o cuatro sillas (qué es eso de ir cinco y querer sentarse juntos), en las últimas semanas el ayuntamiento de la capital andaluza está que se sale. Primero aprobó una ordenanza que aumenta de 300 a 750 euros la sanción por rebuscar en los contenedores de basura, medida que se ha tenido que reconsiderar y se estudia cambiar por ofrecer a los pobres de Sevilla "sesiones de atención individualizada con servicios sociales o cursos informativos sobre el apoyo y la atención que ofrecen las instituciones públicas y privadas".

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Ahora, el álbum de leyes de Sevilla está a punto de incorporar un nuevo hit a su repertorio. Se trata de la ordenanza contra la contaminación acústica, el ruido y las vibraciones, que entrará en vigor el 23 de noviembre. Los habitantes de la ciudad estaban pidiendo a gritos la regulación de aspectos esenciales para la convivencia, como la prohibición de jugar al dominó o a los dados en la terraza de los bares o golpear las bombonas de gas butano para avisar de la llegada del camión. Tampoco se podrá cantar en la calle si se causan molestias ni llevar la música del coche excesivamente alta. Asimismo, se multará a quienes toquen el claxon, salvo en caso de "inminente atropello", y a los que conduzcan realizando "aceleraciones innecesarias". Se cerca así a dos colectivos de alto riesgo: los ancianos y los quinquis.

Las sanciones de la ordenanza van desde los 300 a los 300.000 euros y las reacciones no se han hecho esperar. "Corremos el peligro de entrar en el libro Guinness de los récords en el desarrollo de ordenanzas ridículas", han señalado desde el grupo municipal del PSOE. Imaginamos que en la Federación Sevillana del Dominó tampoco ha gustado la noticia.

Desde no caer enfermo a ponerles pañales a los caballos

Sevilla no tiene un color especial en esto de las ordenanzas y ni siquiera es el municipio andaluz que tiene las más extravagantes. Villanueva de Tapia es una localidad malagueña donde solo se puede enfermar en determinadas horas y días. El Ayuntamiento emitió un bando en 2005 en el que se recomendaba a los ciudadanos no caer enfermos, por falta de atención sanitaria, entre las tres de la tarde y ocho de la mañana del día siguiente, ni en fines de semana y festivos. Hay que tener mala leche para ponerse malo un domingo.

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Sin salir de la provincia malagueña, Estepona castiga el cantar en la vía pública; el Rincón de la Victoria no permite poner carteles de 'Se vende' en los automóviles; dar de comer a las palomas no está permitido en Torremolinos, y en Fuengirola han decidido mantener limpias las calles obligando a poner pañales a los caballo que tiran de los coches de paseo. "Somos de los primeros municipios de España en poner en práctica esta original medida", dijo la alcaldesa. Y original es.

Si crees que todas estas medidas no te afectan pongamos un hipotético ejemplo cotidiano. Vives en Madrid y después de una noche de juerga desenfrenada quieres coger el bus para volver a casa, corres pero lo pierdes. Entonces te apoyas en un coche hasta que llegue el siguiente y te enciendes un pitillo. En ese momento ya habrás cometido dos infracciones: en la capital está prohibido correr por las calles y esperar el autobús fuera de las marquesinas habilitadas para ello. Son unos cientos de euros menos en tu cuenta.

Aumentamos el termómetro de excentricidades municipales. Sahagún (León) prohíbe caminar borracho por la calle (mejor en coche, ¿no?), mientras que en Carboneras (Almería) lo que no se permite bajo ningún concepto, y tiene multa de 600 euros, es que los vehículos salpiquen a los peatones en días de lluvia. Ya era hora, aunque si hay que prohibir, mejor hacerlo al estilo de Granada, que lo hace defendiendo algo tan nuestro como la siesta: los portazos, los gritos y hasta saltar están vetados en las horas del descanso vespertino. Algunos les llamarán locos, pero yo prefiero patriotas.

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El top cinco de las normas más gloriosas

Las ordenanzas municipales son una debilidad, lo admito, lo que me ha obligado a elaborar un listado al más puro estilo de la radiofórmula comercial. Aquí van las cinco normas más gloriosas de las ordenanzas municipales españolas:

5. El Ayuntamiento de Cullera (Valencia) prohíbe entrar en la playa antes de las 7:30 horas para colocar la sombrilla y guardarse la mejor posición de playa para el día siguiente. No es la única localidad donde esto sucede, ya que Calpe situó el veto en las 9:30 horas tras las quejas de numerosos bañistas.

4. Tenerife se ha tomado muy en serio los casos de especulación urbanística y por ello quiere reducir a su máxima expresión la proliferación de construcciones cerca de la costa. Consecuencia: no permite hacer castillos de arena en la playa.

3. Las autoridades de Massanet de la Selva (Girona) prohíben a los perros subir en ascensor y han establecido un máximo de animales de compañía que se pueden tener en un piso: dos perros, dos gatos y dos hurones. Les destaco por haber tenido en cuenta en la lista a los hurones, es un detalle.

2. A punto de alcanzar el número uno, aunque su equipo de Gobierno deberá esforzarse un poco más, nos encontramos con Ciudad Real, donde se sanciona a los conductores que aparquen a más de 25 centímetros de la acera y a los vecinos que formen grupos en las calles si con ello entorpecen la circulación de peatones. De momento no se manda a los antidisturbios, pero todo se andará.

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1. El número uno es para Villanueva de la Torre (Guadalajara). Alguien debería explicarnos qué pasa en este pueblo para que se multe con 750 euros que los niños jueguen en la calle o que esté prohibido que los perros ladren por la noche. ¿Se imaginan a ese vecino explicándole a Rocky que a partir de las doce de la noche no puede ladrar? El caso es que el ayuntamiento no se conforma sólo con ello y también sanciona verter residuos radiactivos en el término municipal, colocar tendederos en las ventanas, dormir de día o de noche en la calle y lavarse en las fuentes del municipio.

No somos los únicos locos

Podría parecer que España es el único país que lucha por reducir la anarquía que reina en las calles, pero no es así. Un repaso rápido por leyes extranjeras nos muestra que en Francia es ilegal llamar Napoleón a un cerdo o besarse en los andenes de las estaciones de tren de París, mientras que en Inglaterra está prohibido morirse en el Parlamento debido a una ley que establece que todas aquellas personas que lo hacen tienen derecho a un funeral de estado.

Si la razón es mantener el decoro, quizá también se explique así la norma que prohíbe acercarse a menos de 90 metros de la reja del Palacio de Buckingham sin llevar calcetines. Y cerramos el círculo europeo en Dinamarca, donde la ley indica que si un cliente de un restaurante no queda satisfecho con lo que ha consumido no está obligado a pagar (¡que se apruebe en España ya!).

Pero sin duda, el país de las barras y estrellas, y ese lugar donde el 60% de los ciudadanos defienden el creacionismo, está a la vanguardia en lo que a legislar se refiere. ¿Cómo se explicaría que EEUU fuera la primera potencia del mundo si se permitiera en Georgia que los pollos puedan cruzar libremente las carreteras o si Utah no dejara claro que está prohibido detonar armas nucleares en su estado? Y es que en Blythe (California) no hay que ser muy hombre para llevar botas de cowboy en público, lo que hace falta según la la ley es tener al menos dos vacas, mientras que New Hampshire es ilegal dar golpecitos con los pies o mover la cabeza al ritmo de la música en bares y restaurante. ¡Dios bendiga a América!

P.D. En Estonia está prohibido jugar una partida de ajedrez mientras que se tienen relaciones sexuales. Si alguien es capaz de planear una apertura de peón de rey con jaque mate en siete jugadas en el momento del orgasmo, en mi opinión debería ser nombrado presidente.