Recordando a 'The OC' diez años después

FYI.

This story is over 5 years old.

Television

Recordando a 'The OC' diez años después

Han pasado diez años desde que terminó la serie que cambió la televisión para siempre.

Hazme un favor y regresa tu mente a los tiempos en los que estaba de moda que los hombres se hicieran rayitos y se peinaran con los pelos parados. Un momento en el que todos los brillos de labios tenían olor y se usaban faldas encima de los jeans (horrible). Eran tiempos diferentes, más simples, dirán algunos. Fue a principios de los años 2000 y, pocos sabían que el mundo estaba a punto de cambiar para siempre. Seth Cohen estaba a punto de mostrarnos lo indie. Ryan Atwood haría que la venta de tank tops blancas se disparara. Marissa Cooper le enseñaría a una generación de niños ricos y privilegiados cómo aventar un camastro a la alberca en un ataque de rabia adolescente. Y Summer Roberts … también estaría allí.

Publicidad

Hoy, se cumplen 10 años desde que el creador de la serie Josh Schwartz hizo la llamada para cancelar The OC. Y se sintió como si fuera el momento adecuado, el programa había estado perdiendo espectadores desde el final de la primera temporada (a las siguientes tres temporadas nunca les checaron la calidad). Sin embargo, a pesar de que no estuvo por mucho tiempo, The OC sigue siendo uno de los programas más influyentes en la historia de la televisión. Cuando los escritores mataron a Marissa Cooper, ya habíamos visto mucho. ¡Julie Cooper y Luke! ¡Anna de Pittsburgh! ¡Kirsten y su problema con el alcohol! Y, tal vez el momento más importante de la televisión: cuando Marissa le dispara a Trey en la espalda al compás de "Cómosellamabaesamadre" y se da la vuelta y se va.

No recuerdo que fue lo que logró que la premier de The OC fuera tan importante. Era 2003-2004, no había ni Facebook ni Instagram es más ¡ni siquiera MySpace!, entonces lo único que hubo fueron algunos comerciales en la tele y ya. Y aún así, sin importar la carencia de "activación de marca" y de campañas de hashtags pobremente generadas, los adolescentes estaban llenos de devoción antes de que el primer episodio saliera al aire. Frente a mi televisión esa noche, y por muchas noches más, The OC, fue el drama adolescente de la nueva era de Fox más importante del mundo.

The OC lo tenía todo. Había peligro, angustia y músculos en forma del desconocido e incomprendido Ryan Atwood, el chico malo con un corazón de oro. Y Seth Cohen era fan de lo alternativo, su amor por los cómics, los videojuegos y por Interpol eran un recordatorio de que no estabas solo. También estaba la riqueza excitante de la élite de Newport Beach: fiestas en el jardín y fiestas en la alberca, y siempre, siempre alguien haciendo drama (Jimmy Cooper). Y luego estaban los Cohen, quizás la familia más autoconsciente en la televisión (además de los Simpson, por supuesto). Los Cohen eran genuinamente graciosos, y con sus bromas, The OC dio crédito a su audiencia joven de una manera que otros dramas adolescentes no habían hecho nunca antes.

Publicidad

Para mí, fue el primer programa donde me identifiqué con alguien. A los 14 años, cuando The OC hizo su debut, yo usaba Converse, patinaba y escuchaba a Queens of the Stone Age. Ahora me doy cuenta de lo poco interesante que suena, pero para un chava en una escuela de niñas, donde Kelly Clarkson gobernaba, era algo importante. El primer día de ropa casual que tuvimos, lo único que tuve que hacer fue usar unos Docs y una playera de alguna banda para darme cuenta de que no volvería a hacerlo. Obviamente, estaba totalmente bien. Pero, en ese momento, parecía que las playeras viejas con diamantes y de Von Dutch eran lo único aceptable.

Y tal vez fue lo mismo para otros chavos: chavos más ricos que yo llenos de ira, actuando como sus padres. O chavos de zonas más peligrosas que la mía que los cambiaron de escuela y no se hallaban. O para chavos de padres divorciados, hijos de padres que fueron a la cárcel, o que tenían problemas con el alcohol.

Cuatro años después de su debut, cuando Seth se casa con Summer, Ryan conoce a un chico para ser su mentor de la misma forma que Sandy lo mentoreó, y por alguna maldita razón, Kiki y Sandy criaron a un niño de seis años. Amarrado en un paquete pequeño y relativamente poco imaginativo. Pero fuera de Newport Beach, en el mundo real, el programa había cambiado indeleblemente la cultura pop tradicional.

The OC no sólo hizo famosa la reputación de los nerds y niños preocupados por todas partes, sino que impulsó la carrera de muchos artistas en su monumental banda sonora. Desde Imogen Heap y Rooney hasta The Subways y Youth Group. También a The Thrills, The Killers, y ese cover de "Wonderwall" (que es probablemente la única vez que alguien que no era Oasis hizo Wonderwall y no resultó en un desastre horrible). En mi secundaria, una chica del coro insistió en que todos nos aprendiéramos "Hallelujah" de Jeff Buckley, justo después de que la canción apareciera en el final de la primera temporada. Después, por supuesto, esta "California" de Phantom Planet que era el tema persistente del programa. Por todo eso, puedes agradecerle a la visionaria encargada de la música Alexandra Patsavas, que siguió trabajando en Gossip Girl con Schwartz, así como en The Twilight Saga y Grey's Anatomy.

Publicidad

¿Fue sólo la música la que hizo que The OC fuera crucial para tantos adolescentes? Probablemente no. A diferencia de Dawson's Creek, Gilmore Girls, o One Tree Hill, el programa no estaba ambientado en alguna idílica y ficticia ciudad americana, donde por alguna razón siempre, siempre es otoño y todos se conocen y son un amor entre sí. Una parte importante del atractivo era que -a pesar de todo el drama- The OC era lo más parecido a lo cosmopolita que hayamos visto en un drama adolescente. Sus estrellas adolescentes (incluso Kaitlin la aburrida) de verdad hablaban como adolescentes. Tal vez eso se debió al hecho de que Josh Schwartz tenía sólo 27 años cuando se estrenó el programa, y 25 cuando comenzó a desarrollarlo.

Pero The OC no sólo eran adolescentes con jeans y camisetas haciendo cosas de adolescentes. Fue un programa sobre la evolución de la cultura adolescente. No se trataba sólo de Ryan Atwood y de la gente blanca de Newport Beach, sino de que la gente navegaba a través de sus identidades culturales y que era muy consciente de ello. The OC explotó esas obsesiones con bandas y películas y tendencias, y los llevó a una narración que realmente te interesaba. Y parafraseando a John Cusack en High Fidelity: cuando eres adolescente, lo que importa es lo que te gusta, no lo que eres. Si me volviera loca, podría decir algo así como: The OC utilizó la mediocridad grotesca del burgués californiano suburbano para volver a hacer la contracultura fresca.

Para más nostalgia de mediados de los años 2000, sigue a Issy en Twitter

Nota del editor: RIP Johnny. Todavía te extrañamos, hermoso ser.

Screenshot vía YouTube