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Música

Dibujos de los hedonistas clubs de Berlín donde está prohibido tomar fotos

El fotógrafo Felix Scheinberger ha encontrado una colorida forma de documentar qué hay tras las más restrictivas puertas de la capital alemana.

*Este artículo se publicó originalmente en i-D.

Cómo lograr entrar a Berghain sigue siendo un perpetuo misterio para el mundo del clubbing. Existen sitios web, juegos y guías ilustradas dedicadas a tratar de encontrar sentido, mediante el uso del humor, a las normas no escritas que permiten la entrada al club más hedonista de Berlín: ir vestido de negro, hablar en alemán, ir solo… El misterio de este elevado templo de seducción techno se ve todavía más amplificado gracias a su estricta política la cual prohibe las fotos. Hay Instagrams y Tumblrs que lo demuestran, publicando fotos de la pegatina de color oscuro que colocan sobre la cámara de tu teléfono cuando entras.

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El ilustrador alemán Felix Scheinberger ha encontrado una forma igual de creativa de eludir esa norma tan concreta: llevar consigo su cuaderno de bocetos para registrar las escenas, la gente y la ropa que ve dentro de los clubes nocturnos más exclusivos de Berlín, incluyendo Berghain, el club techno sex KitKat Club y el Insomnia, punto de reunión de los swingers de más alto nivel. "Me gusta el trazo inclinado de su lápiz, la ligera exageración de la pelvis femenina y las cálidas tonalidades que confiere a los cuerpos", escribe Kristen Krüger, del KitKat, en el prólogo del nuevo libro de Felix, Hedo Berlin, un depravado diario visual de sus noches más salvajes en la ciudad. "Sus personajes son a menudo grotescos, pero siempre los retrata con una mirada benevolente". Hablamos con Felix acerca de cómo es conseguir atravesar las puertas más restrictivas de Berlín y del constante miedo al rechazo.

¿Siempre has estado dentro de la escena de la música techno y la cultura de los clubes?
Cuando era adolescente tocaba la batería en varias bandas alemanas de punk y aquel fue mi primer punto de contacto con la música. Sin embargo, siempre he dibujado y ya creaba bocetos hace muchos años, en conciertos y clubes.

¿Cuál fue el primer boceto que dibujaste dentro de un club nocturno y qué te inspiró a hacerlo?
Siempre he pintado en diferentes escenas underground. Mis primeros bocetos de la escena punk o underground –especialmente la de Hamburgo– los hice en los noventa. Por un lado me gusta lo "underground" y por otro sus protagonistas también son modelos fantásticos para dibujar. Sin embargo, mi primera conexión con el dibujo en los clubes hedonistas de Berlín surgió mediante un trabajo profesional. En Berghain no se puede hacer fotografías, por eso en 2011 un periódico muy importante de Berlín me pidió que hiciera ilustraciones para un artículo. Y después de aquello seguí haciendo más y más dibujos en clubes como este.

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¿Cómo es una típica noche de fiesta para ti cuando haces estos bocetos? ¿Qué ropa te pones? ¿También bailas o te limitas a observar? ¿Te permites tomar alguna sustancia? ¿Alguna vez Sven te ha prohibido la entrada?
Salgo con ropa normal. De hecho llevo la misma ropa cuando estoy en la universidad, delante de mis estudiantes: pantalones negros y camiseta negra. Normalmente salgo con amigos, bebemos algo y bailamos. La única diferencia es que siempre llevo conmigo mi cuaderno de bocetos y, si estoy de humor después o si veo algo interesante, dibujo un poco. Ese tipo de dibujos no se pueden hacer "desde el exterior", se trata de obras que surgen desde un punto de vista "natural". Cuando estoy en un club, llevo el cuaderno de bocetos en una mano y una bebida en la otra. ¿Y los bouncers? En realidad nunca me han prohibido la entrada, aunque temo que pase cada vez que me pongo a hacer cola.

¿Cuál es la reacción de la gente cuando les pides dibujarles o cuando te ven que lo estás haciendo?
Es algo mágico: la gente nota cuando la miras y por supuesto se dan cuenta de que la estás dibujando, pero lo más sorprendente es que la amplia mayoría de las personas se sienten bien cuando los dibujas, incluso en lugares donde tienen la garantía de que nadie los va a fotografiar. Si dibujas a alguien, te lleva algo de tiempo, incluso aunque sea un boceto rápido. Te tomas a tu modelo muy en serio y le brindas atención y respeto. El dibujo no es como la fotografía, al menos no te conviertes en una instantánea. La mayoría de la gente agradece que se les muestre bajo una luz positiva y nunca se molestan cuando les digo que es posible que utilice las imágenes para mi libro. Pero por supuesto he cambiado algunos nombres.

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¿Cuánto tiempo te cuesta completar un boceto?
Cinco minutos. O seis, si lleva color.

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