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Noisey

Una exfotógrafa de Death Row comparte las surrealistas historias escondidas tras sus fotos

El libro 'Time Served: My Days and Nights on Death Row Records', de Simone Green, detalla los tumultuosos años de la firma.

Cuando HBO estaba buscando fotos para usar en The Defiant Ones, su serie documental en cuatro partes que cuenta la historia de Dr. Dre y Jimmy Iovine, se acercaron a la exfotógrafa de Death Row, Simone Green, escritora del libro Time Served: My Days and Nights on Death Row Records, que narra sus experiencias grabando vídeos para el icónico sello. La veterana fotógrafa, que retrató a celebridades como Muhammad Ali, Sugar Ray Leonard, Barry White, Luther Vandross y Stevie Wonder para Soul Train en los años 80, conoció a Suge Knight cuando era un don nadie que iba de un lado al otro en Solar Records.

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Pero en 1991, cuando formó Death Row con Dr. Dre, Suge contrató a Green, una profesional experimentada, para documentar a la firma en pleno auge. Mientras realizaba sus labores en Death Row, Green no tenía idea que estaba tomando fotografías que serían tan monumentales y que 25 años después las seguirían pidiendo. No sabía que estaba en medio de una escena que se convertiría en mitología del hip-hop. Que estaba documentando a artistas que formarían una parte tan importante de la cultura pop. Green nos ha proporcionado su visión sobre algunas de sus exclusivas fotos sobre el ascenso del rap de la Costa Oeste en su capítulo de Death Row.

"Dre y Suge eran mejores amigos en ese entonces. Dre dijo: "Voy a hacer que esta compañía sea más grande que cualquier otra cosa". Y eso era lo que estaba haciendo musicalmente. Pero musicalmente, lo que mucha gente no sabe, es que Dre tomó crédito de todas las canciones. Era bueno con la música, pero no lo escribía todo. No le dieron a nadie dinero por publicidad. Era como Motown de nuevo. Pero Motown con salsa picante, porque en el Motown original no hinchaban a golpes a nadie.

Trabajé con Dre la mayor parte del tiempo de noche, trabajando en tomas de vídeo. Dre pagaba bien. Si trabajabas para Dre sabías que te habían despedido porque ibas a por tu cheque y no había uno para ti. En vez de llamarte para decirte que estabas despedido, ibas a recoger tu cheque y no había nada. Así te decían: 'Estás despedido' ".

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"Ese fue el último evento de las famosas convenciones de rap Jack the Rapper en Florida. Los chicos estaban en la cocina del hotel esperando a que la gente preparara el escenario para que hicieran la prueba de sonido. Los cachorros de Dogg Pound tirando dados con Snoop todo el día. Snoop me amaba porque soy de Detroit. Se pudo haber comportado como un patán, pero nunca lo hizo. Iba a la iglesia de niño, era un buen tipo, y nunca ha cambiado eso. Si Snoop viene a la ciudad, dice: "Encuentra a Simone, quiero ver a Simone". Una vez estaba en el coche y Snoop estaba en el hotel y me dijo que subiera. Siempre ha sido muy educado".

"Felicito a Michel'le por contar su historia. Creo que esperó demasiado tiempo. Esperó 23 años. Si me hubiera dado un golpe, lo echo de cabeza. No puedo decir que alguna vez haya visto a Dre ponerle las manos encima. Nunca vi a Dre ponerle las manos encima a nadie. Era tan amable conmigo que era como un hijo. Siempre quería que le hiciera alitas Buffalo. Amaba mis alitas. Tupac era igual. Amaba las alitas de pollo. Michel'le también tenía una relación con Suge al mismo tiempo. Los pillé en la oficina. La única razón por la que Michel'le sigue haciendo cosas es porque consiguió que la gente que odia a Dre la respalde. Sintieron que Dre no dijo esto, o Dre no dijo lo otro. Diluyeron completamente Straight Outta Compton".

"Tuvieron un picnic de Death Row Records. Todo el mundo iba de rojo. Las abuelas, los nietos, todo el mundo estaba vestido de rojo. Llegamos al parque, y la policía tenía el parque rodeado. Habían muchos seis-cuatro (Chevrolet Impala), y Suge me hizo tomarles fotos. No lo sabía, pero el verde también era un color de los Bloods. Si no era de color rojo, era verde. Tuve que hacer cinco copias de cada foto que tomé y ponerlas en álbumes de fotos que Suge enviaría a sus hombres en prisión. Le hacía saber a la gente lo que pasaba con Death Row con estos álbumes. Los enviaba en paquetes meticulosamente guardados. Era muy leal a esos tipos en prisión.

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Se podía decir que esas personas eran unos hipócritas, porque eran buenos para besarse el culo con tal de quedarse a bordo. Los que no eran buenos besando el culo, terminaban con una paliza o muertos. Una cosa o la otra. Yo no soy buena besando el culo, pero no tengo miedo de nada. Cuando entré a Death Row no tenía miedo a Suge. Eso funcionó para mi beneficio. La mayoría de las personas cuando se encuentran con Suge, tienen miedo. Porque su reputación le precede".

"Esa fue en la fiesta de Navidad de Death Row cuando estaban a punto de firmar a Mary J. Blige. Esa fue la aventura de Navidad. Death Row organizaba buenas fiestas en diferentes eventos. Nunca se detuvieron. Siempre traté de capturar algo cuando tomaba fotos. Nunca pensé que mis fotos iban a caer en la historia como algo relevante. En ese entonces, si sabías que Suge venía a la fiesta, sabías que iba a pasar algo. Si tenías novia y él estaba enfadado contigo, se acostaba con ella".

"Todos los demás en la foto están muertos. Jake murió en Atlanta. El otro tipo, Buntry, fue asesinado en el coche de Suge en la gasolinera. Todos esos tipos están muertos. Suge es el único vivo. Esos eran sus compinches. Ellos eran los que habrían podido decir quién mató a Tupac y quién mató a Biggie. Habrían sido capaces de hablar, por eso no están aquí".

En algún punto, Suge no fumaba marihuana ni bebía. No empezó a tomar malas decisiones hasta que empezó a fumar y beber. Todo lo que hacía era fumar sus puros. Pero una vez que empezó a fumar mierda, empezó a verse mal. No sabía descifrar la verdad y la mentira. Compró coches a todos los empleados de Death Row, pero no éramos dueños de ellos. Eran de la compañía. Así que si se enfadaba contigo, hacía desaparecer tu coche. Suge sabe por qué está en la cárcel. No está en la cárcel sólo por haber matado. Está en la cárcel por todo lo que ha hecho.

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Suge siempre estuvo en competencia con Dre. Si Dre iba y compraba un manzanar, entonces Suge quería un manzanar. Y quería exactamente las mismas manzanas porque quería que se vieran igual, aunque realmente no lo fueran. Porque Dre era la mente creativa. Suge pudo haber sido el músculo, pero no era productor. No pudo producir un disco. No importa lo mucho que lo intentara, nunca fue capaz de producir un disco. Podía jugar a producir discos, pero nosotros sabíamos. Respeto el hecho de que aprendí mucho en Death Row Records. Sigo ganando dinero gracias a Death Row Records. Pero si no conoces el negocio de la música, te van a prostituir como puta de la calle. Lo mantuve así, él era mi jefe y así se manejaban las cosas".

"Cuando ocurrió el incidente conmigo en las oficinas de Death Row, no tenía ni idea de que Suge me iba a atacar. Sucedió en 1995 antes de la Super Bowl. Estaba reventando mi beeper, y cuando llegué a la oficina le dije "¿Qué pasa?" A Suge no le gustaban los soplones, pero si había algo que tuviera que ver con él, quería que fueras de chivato. Me preguntó quién estaba en el estudio una noche en especial, y le dije que no lo sabía. Es astuto, hace locuras sin que sepas que lo está haciendo.

Me preguntó qué tenía en la mano, y era un lápiz. Me dijo que se lo diera, y cuando lo hice, me pegó un golpe. Me caí. Me levanté, le di una patada a Suge en las bolas, y corrí al baño de mujeres. La secretaria de Interscope estaba en el baño, y dijo: "¡Dios mío!" Entró en pánico. Podía oír a Suge y a David Kenner golpeando la puerta del baño. La secretaria me dijo: "No digas nada, cuando salga diré que no hay nadie dentro". Me escondí en el baño y terminé escabulléndome un par de pisos para tomar el ascensor hasta el aparcamiento e irme.

Tenían a alguien esperando en el garage para hacerme saber que tenía cinco minutos para salir de la propiedad de Death Row o me iban a matar. Me fui de ahí. Y si mi padre estuviera vivo, Suge no estaría en la cárcel. Habría muerto hace mucho tiempo. Escribí el libro porque no quería guardarme lo que me pasó. Sabía que si retenía todo dentro de mí me afectaría más tarde. Mi libro es auto-publicado y la gente en el sistema penitenciario lo ha comprado. Es increíble. Tenemos pedido tras pedido de personas en prisión. El libro me ha ido muy bien".

Para ver más del trabajo de Simone Green, visita su página web