Nos encontramos en las secuelas de una elección mayor presidencial de un país occidental y, afortunadamente, nadie ha mencionado el fin del mundo como un suceso inminente. Vaya que es esperanzador. Desde luego, Emmanuel Macron es la imagen amable y provocativa del consenso centrista, especialista en inversiones y ahora presidente de Francia que es muy poco probable que acabe con el montón de desafíos en materia de injusticia y desigualdad, pero que la mayoría daría lo que fuera para vivir bajó la reconfortante opresión del neoliberalismo a estas alturas, en lugar de un plan sin sentido plagado de demagogia nacionalista.El triunfo de Macron sobre la derecha podría, quizá, ser trazada hasta sus inicios como futbolista amateur en sus años inquietos. De acuerdo con informes en Francia, Macron estuvo registrado oficialmente con el l'ENA entre 2004 y 2007, equipo que compitió en la liga regional parisina y representó a la Ecole Nationale d'Administration.Declarado fiel seguidor del Olympique de Marseille, Macron parecer tener un interés por el futbol más sincero que aquel del establishment de la política británica. Macron solía ocupar la posición de lateral izquierdo, siempre frustrando el embate de sus rivales por la derecha con un repertorio de toscas barridas y un uso moderado de retórica. En el futbol, como en la política, que siga reinando el plan de juego progresista.
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