De Nowitzki a Porzingis: un vistazo al futuro de la NBA... y del baloncesto
Photo by Anthony Gruppuso-USA TODAY Sports

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testigos de una evolución constante

De Nowitzki a Porzingis: un vistazo al futuro de la NBA... y del baloncesto

Dirk Nowitzki llegó a la NBA y cambió la forma de entender su posición para siempre. Hoy, Kristaps Porzingis se aprovecha del legado del alemán... y lo lleva aún más allá.

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Al final se abrazaron. El pionero y el jugador considerado su sucesor moderno compartieron un abrazo en mitad de cancha que unió sus conexiones nerviosas. Dirk Nowitzki, a sus 37 años, sigue siendo increíblemente productivo para los Dallas Mavericks, incluso al final de su carrera entregada a revolucionar una posición. Kristaps Porzingis, a sus 20 años, es el siguiente prodigio europeo que deslumbra como rookie jugando para los Knicks. Que se estableciera una peculiar conexión entre ambos era inevitable.

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Los medios de Nueva York pasaron meses comparando a Porzingis con Nowitzki, muchas veces de una forma bastante banal. A Kristaps le nombraron el sucesor espiritual del Dirk: después de todo, los dos son bastante similares: muy altos, de largos brazos, y tiradores dinámicos provenientes del otro lado del Atlántico. La comparación fue tan fácil de realizar que apenas importó lo irrelevante que era.

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La comparación entre Nowitzki y Porzingis no sirvió para unir dos generaciones, sino para observar dos puntos destacables en la curva evolutiva del baloncesto. Nowitzki revolucionó lo que podían hacer los aleros, y le añadió su delicada gracia a la hora de tirar. Porzingis sigue la última tendencia en la NBA: puede tirar desde cualquier posición, incluso con marcajes de jugadores cada vez más altos y fornidos, y es capaz de fajarse con pívots habilidosos. Lo más destacado cuando uno les ve jugar no son sus similitudes o diferencias, sino que permiten observar el cambio que la NBA ha sufrido desde hace 17 años.

Nowitzki, de hecho, encarna este cambio mejor que nadie.

"Cuando [Nowitzki] llegó a la liga, no había ningún alero que tuviera poder intimidatorio en la pista", dice el entrenador de los Mavericks, Rick Carlisle. "Él ha redefinido esta posición. En los últimos 10 años ha aparecido una generación de jugadores que quieren seguir su ejemplo; es poco frecuente ver aleros grandes y fuertes que no tiren bien. Estoy seguro que Porzingis vio a Dirk cuando era mucho más joven y siguió su ejemplo. El impacto del alemán en el baloncesto es innegable".

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Más joven y larguirucho que Dirk. Foto de Gregory J. Fisher, USA TODAY Sports.

Antes de Dirk, nadie de su tamaño era uno de los anotadores principales de sus equipos: los ala-pívots grandotes solo eran tiradores ocasionales. Arvydas Sabonis llegó a la NBA mucho después de sus mejores años; Larry Bird fue un alero pequeño. Nowitzki cambió el arquetipo. Era un jugador de algo más de dos metros que encestaba de tres con regularidad.

Derek Fisher, ahora entrenador de los Knicks, dice que Nowitzki "destruía" planes de juego. ¿Cómo podría un equipo cubrir a alguien tan alto que podía tirar más allá de la línea de los tres puntos y conducir el balón entre aleros más lentos? No es una pregunta retórica, sino un problema que ningún equipo fue capaz de solventar del todo cuando se trataba de Dirk.

Hubo otros como él que lo siguieron: ninguno fue tan bueno o duradero. Algunos estaban completamente fuera de lugar —siempre me acuerdo de Nikoloz Tskitishvili—. Dirk fue un punto de inflexión únicopara el baloncesto.

"El juego evolucionó", dice Nowitzki. "Cuando llegué a la liga, había muchos enfrentamientos uno contra uno —y muchos golpes. Algunos aleros poderosos solían botar el balón cinco o seis veces hasta que llegaban a la canasta y les hacían faltas o algo similar. Todo empezó a cambiar cuando se comenzó a construir la zona [defensiva]: ahora muchos jugadores pueden moverse un poco más y tirar desde cuatro o cinco metros".

Porzingis ha llegado en otro momento de cambios: las alineaciones cada vez incluyen menos jugadores altos para potenciar el aspecto ofensivo. Kristaps, con sus 2,21 metros, es un pívot, pero ha demostrado tener algunas habilidades de Nowitzki… y su complexión física aún no ha alcanzado todo su potencial. En el partido contra los Mavericks, Porzingis condujo el balón hasta el aro y encestó desde la pintura, pero también intentó tiros de tres. Tiene un promedio de un triple por partido: su ritmo de tiros de tres alcanzará fácilmente los 100 este año, lo que lo convertiría en el cuarto jugador de su altura en intentar algo así. Todos, menos Sabonis, lo lograron en sus últimos tres años en la NBA.

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Aquí es donde se nota la influencia de Nowitzki. Los pívots ya no son jugadores estáticos, fijos: son atléticos. Serán como Porzingis, Karl-Anthony Towns o Anthony Davis: fornidos, altos, habilidosos… y capaces de tirar desde cualquier posición.

"Es obvio que la gente lo quiera comparar con Dirk porque a todo mundo le gusta hacer comparaciones", comenta el dueño de los Mavericks, Mark Cuban, sobre Porzingis. "Pero él mide 2,21 metros . Esos centímetros marcan la diferencia".

No lo llames el viejo grandote, llámale el gran Dirk Nowitzki. Foto de Anthony Gruppuso, USA TODAY Sports.

Nowitzki también se da cuenta de hacia dónde van las nuevas tendencias y está impresionado por Porzingis. Insiste que él, a la misma edad, estaba "asustado hasta los huesos" por jugar en la NBA. Porzingis promedia 14,6 puntos y 8,9 rebotes por partido. Se ha apoderado de la ciudad de Nueva York.

Kristaps, además, es valioso en el plano defensivo. Aunque en el partido contra Dallas se le vio un poco perdido, Porzingis bloquea y protege el aro como el que más. En el último cuarto contra los Mavericks encestó de tres puntos desde la esquina y a la siguiente jugada le puso un tapón a Deron Williams. Esta es una habilidad que Nowitzki nunca tuvo.

"Él es mucho mejor de lo que yo era a los 20 años", dice Nowitzki. "Es alto, largo, puede tirar y puede botar el balón. Yo solía poder hacer lo mismo, pero esos días ya se me acabaron".

Por supuesto, Dirk está exagerando. Nowitzki es mucho más viejo ahora, pero igual de eficiente y productivo. Sigue promediando 18 puntos por partido y se encuentra en el lugar 18 del ranking de eficiencia de la NBA.

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Cuando Porzingis jugó contra de su ídolo, se sorprendió por los astuto que es Nowitzki. "Es muy listo", declaró. "Los ves jugar y engaña siempre a los jugadores contrarios".

Las similitudes entre los dos persistirán. Una vez que se abre el melón de las comparaciones como esta, suelen seguir acrecentándose. Porzingis, sin embargo, no juega bajo la sombra de Nowitzki: tiene espacio para dejar su propia huella. La NBA se está haciendo más grande y rápida, y cada vez cuenta con más tiradores. Cada vez hay menos lugar para los aleros cavernícolas grandes y poderosos; la posición de pívot está evolucionando ante nuestros ojos.

Los nombres de Nowitzki y Porzingis se mencionarán juntos porque sus contrastes muestran la forma en que está progresando el baloncesto.

"Este chico tiene la oportunidad de forjar su propia era", dice Carlisle sobre Kristaps. "De verdad posee unas habilidades inusuales y grandiosas".

Sigue al autor en Twitter: @Mike_Vorkunov