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FIGHTLAND

La lucha rusa dio la cara por su país... pero no se libra de la controversia

Los atletas rusos ayudaron a recuperar la superioridad deportiva de su país. Lástima que no se pueda decir lo mismo de sus funcionarios.

Monika Ewa Michalik de Polonia (rojo) e Inna Trazhukova de Rusia (azul) en la pelea por el bronce, categoría de 63 kilos bronze (Ilnitski/EPA)

Los antiguos estados de la Unión Soviética, en especial Rusia, poseen una extensa historia de éxito en la lucha olímpica libre y grecorromana.

Sin embargo, los Juegos Olímpicos de Río 2016 resultaron un poco diferentes para la potencia rusa. Su delegación de luchadores estuvo muy cerca de no poder competir en el evento olímpico de este año, gracias al escándalo de dopaje en Rusia que acaparó la atención del país y del mundo entero.

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El Dr. Grigory Rodchenkov fue la cabeza del laboratorio deportivo con base en Moscú y quien revisaba las muestras antidopaje tomadas de los atletas rusos a instancias de la Agencia Mundial Antidopaje (WADA). Rodchenkov, quien alguna vez recibió la prestigiosa Orden de la Amistad de manos del presidente ruso Vladimir Putin, se convirtió en el soplón —detalló los años en que el estado ruso autorizó y apoyó el dopaje—. Por miedo a perder la vida, Rodchenkov buscó asilo en los Estados Unidos después de sus acusaciones, lo que creó el informe McLaren donde se involucraba a Rusia.

El Comité Olímpico Internacional (COI) impuso una sanción para los atletas rusos de atletismo, mientras al mismo tiempo dejó que las federaciones deportivas determinaran la participación de los atletas en sus respectivas disciplinas. No fue una decisión popular entre la gran mayoría de los miembros del COI; la decisión se consideró una evasión para crearle más problemas a una nación poderosa que depende de sus estrellas deportivas para proyectar una imagen positiva al resto del mundo.

United World Wrestling (UWW), el organismo oficial de la lucha que trabaja en conjunto con el COI para los Olímpicos, dio de baja la participación de 16 de los 17 atletas del equipo ruso para Río 2016, donde la única excepción fue Viktor Lebedev porque ya se encontraba cumpliendo una sanción por dopaje.

La lucha es un muy importante para el deporte ruso. El equipo ruso ganó once medallas en los anteriores Juegos Olímpicos de Londres; un botín que incluía cuatro preseas de oro. Veintiocho de las pruebas manipuladas fueron atribuidas a luchadores rusos, por eso se esperaba que Rusia enfrentara una castigo más severo de parte de este organismo. Pero no fue así, ya que las estrellas de la lucha como Bilyal Makhov, amarrado con la UFC, y Roman Vlasov obtuvieron el permiso para competir en los Olímpicos de este año.

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La decisión fue recibida de buena forma por los rusos, y tal vez hasta los haya ayudado a quedar en cuarto lugar del medallero —tan sólo por detrás de EE.UU, Gran Bretaña, y China—. Los rusos se adueñaron de la lucha, ganando nueve medallas de las cuales cuatro fueron de oro, y vencieron a Japón, Cuba, EE.UU, y Turquía, los cuales conforman el resto de las mejores cinco naciones.

De hecho, la lucha fue la encargada de ayudar a los rusos a permanecer dentro de los primeros cinco países en el conteo de medallas. La esgrima le dio cuatro oros a Rusia y siete en total, mientras que la disciplina que más se le acercó fue la gimnasia rítmica, la cual acumuló dos medallas de oro para un total de tres.

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Roman Vlasov y su logro por haber conseguido dos medallas doradas consecutivas en lucha grecorromana en la categoría de los 75 kilos fue una anécdota positiva para toda Rusia. Desafortunadamente para Makhov, perdió en la primera ronda 3-1 ante el naturalizado luchador ucraniano Alen Zaseev. Sin embargo, como suele suceder con Rusia, siempre existe un gran controversia detrás de cualquier logro que obtiene.

Inna Trazhukova perdió su combate por la medalla de bronce en la categoría de 63 kilos, y uno pensaría que sus compatriotas la acompañarían en su pesar. Sin embargo, de acuerdo a Sport-Express, Trazhukova fue abusada verbal y físicamente por el jefe de la Federación Rusa de Lucha, Mikhail Mamiashvili.

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El informe de Sport-Express cita las declaraciones de Trazhukova (en ruso) en las que asegura que Mamiashvili estaba ebrio y le gritó obscenidades antes de golpearla en la cara dos veces frente a sus testigos. Después expresó su deseo de presentar cargos contra Mamiashvili. "Él me humilló en público. Quiero ponerle un alto a esto para que las atletas no sufran por su culpa", dijo Trazhukova.

El mismo informe establece que Mamiashvili niega rotundamente haber golpeado a Trazhukova. Pero no niega haberla regañado con algunas palabras subidas de tono después de su intento fallido por llevarse la medalla de bronce por no actuar honorablemente y regalar la medalla al no querer competir.

Las publicaciones vía Twitter del periodista con residencia en Rusia, Artur Petrosyan, son decepcionantes. Como uno supondría, los rusos deberían estar celebrando sus victorias a pesar de tanta adversidad previo al arranque de los Juegos Olímpicos. Pero Mamiashvili contribuyó a minimizar su reprimenda hacia Trazhukova por su derrota; independientemente si los cargos adicionales presentados en su contra son correctos o no.

Además de las acciones y acusaciones confirmadas de Mamiashvili, aún no es claro si habrá alguna consecuencia por los cargos presentados; se trata de un personaje importante en Rusia y en el ámbito de la lucha.

Mamiashvili fue uno de los mejores exponentes de lucha grecorromana en la historia de la Unión Soviética. Ganó oro olímpico en la edición de 1988 en Seúl, Corea del Sur. Además de su medalla, Mamiashvili ganó tres oros y dos platas en campeonatos mundiales que acompañarían sus medallas de oro en campeonatos europeos.

Como si fuera poco, ahora es el Presidente y Vicepresidente de United World Wrestling —el órgano rector de la lucha—. Mientras tanto, el Ministro del Deporte de Rusia, Vitaly Mutko, el hombre a quien Trazhukova espera presentarle los cargos, declaró a Sport-Express que es complicado para él tomar una decisión por algo que sucedió en Río de Janeiro mientras él estaba en Moscú. Sus declaraciones no son muy esperanzadoras para Trazhukova.

El contingente ruso de lucha estuvo cerca de salvar las apariencias del orgullo deportivo a lo largo de los Olímpicos sin ayuda de nadie. Pero en un solo acto —las palabras y el supuesto puñetazo de Mamiashvili— el deporte ruso cuenta con una controversia más en su historial a pesar de unos Juegos Olímpicos exitosos.