Cinco normas del nuevo Código de Policía que (probablemente) le convienen

Este artículo se publicó originalmente en VICE.

El nuevo Código de Policía es un buen ejemplo de cómo no todo tiempo pasado fue mejor. Sí, es verdad, las nuevas reglas de juego permiten que los hombres de la Policía ingresen a una vivienda sin necesidad de orden judicial, retengan y trasladen a cualquier ciudadano "por protección" o desautoricen cualquier protesta que no haya sido notificada previamente a la autoridad local. Todas disposiciones que suenan a arbitrariedad, abuso, estado policial, panóptico, Foucault, etcétera y que, precisamente por eso, y con razón, han sido demandadas ante la Corte Constitucional.

Mientras esperamos a que la Corte se pronuncie acerca de las disposiciones más polémicas del nuevo Código, vale la pena conocer también las nuevas normas que podrían favorecerlo a usted:

El peso de los formularios, que siempre son una mala noticia, cayó esta vez sobre los agentes de la Policía. Antes los policías podían "retener transitoriamente" a una persona que a su juicio estuviera embriagada o en "estado de grave excitación". Ahora pueden hacer más o menos lo mismo bajo la figura de "traslado por protección", sin embargo el nuevo Código los obliga a "elaborar un informe escrito donde consten los nombres e identificación de la persona trasladada; de quien da la orden y quien la ejecuta, el motivo, el sitio al que se traslada" y a entregar una copia del informe a la persona retenida. El Congreso también incluyo aquí un parágrafo donde aclara que una persona "no podrá ser trasladada por el simple hecho de estar consumiendo sino que deben existir motivos fundados".

De cumplirse, estas medidas podrían convertirse de un control efectivo para las detenciones injustificadas en las exunidades Permanentes de Justicia —ahora Centros de traslado por Protección (CTP)—.

Considerando que en 1970 un equipo de video ocupaba toda la parte de atrás de un furgón y costaba más salarios mínimos de los que una persona de 60 años llega a recibir en toda su vida, nadie puede culpar a los legisladores de la época por no especificar que todo el mundo tiene derecho a grabar los procedimientos de policía. El nuevo Código aclara esta que sí se puede, cerrando una discusión que le había costado un manotazo a algunos camarógrafos aficionados.

La palabra multa se repite 300 veces en el nuevo Código. Tener que pagar multas de por lo menos 180 mil pesos por comportamientos que hasta ahora son recurrentes como tomar y orinar en la calle: esa es una de las cosas que más preocupa a los colombianos en este momento. Pero el Código también ofrece una alternativa que no lastima su bolsillo: a partir del momento en el que le ponen una multa (solo las tipo 1 y 2, que son las más comunes, como orinar en la calle, no todas) usted cuenta con cinco días hábiles para "solicitar a la autoridad de Policía que se conmute la multa por la participación en programa comunitario o actividad pedagógica de convivencia". Suena aburrido pero barato.

Entre todas esas multas, lógicamente hay una de 180 mil pesos para las personas que sean sorprendidas haciendo grafitis. Pero los legisladores también incluyeron un parágrafo en el que aclaran que "bajo ninguna circunstancia el ejercicio del grafiti, justificará por sí solo, el uso de la fuerza, ni la incautación de los instrumentos para su realización". Algo es algo.

Las siglas LGBTI ganaron bastante terreno en el nuevo Código. El nuevo texto no solo los incluye dentro de un capítulo titulado "Grupos de Especial Protección Constitucional" sino que además incluye multas para quienes limiten u obstruyan sus manifestaciones de afecto y para quienes los veten o los nieguen el acceso a algún evento o lugar abierto al público.

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