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Steph Curry

El punto débil de Steph Curry: El tapón al contraataque

Steph Curry no es de otra galaxia.

Steph Curry es un gran jugador. Conduce el balón, tira, pasa, este chico lo tiene casi todo. Desafortunadamente, tiene un par de debilidades que en ocasiones lo hacen ver como un jugador promedio —detesto usar un lenguaje tan explícito—.

Steph, por más que posea todo el talento del universo, no siempre puede sobreponerse a la verdad incómoda de su cuerpo: no es particularmente alto, y no puede saltar tan alto. Anoche, Jonathon (así se escribe su nombre) Simmons, el nuevo delantero que salió de la nada de los Spurs de San Antonio, correteó a Curry en un contragolpe, lo midió, tomó tres gigantescas zancadas, y después realizó un tapón de aquellos sobre el tablero que mandó al niño consentido de la NBA a la duela.

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A Curry se le ha hecho un hábito ser el perdedor cuando se trata de corretizas y tapones durante su tiempo jugando en la NBA. En este vídeo del 2012, podemos ver como Nicolas Batum, en aquel tiempo jugador de los Trail Blazers de Portland, le hace un bloqueo suavecito a Steph:

Batum, de brazos largos, es algo así como un especialista en este tipo de jugadas, así que no debemos sentirnos avergonzados por nuestro amigo, supuestamente uno de los mejores basquetbolistas en la NBA, por haber sido una víctima más. Pero conforme el tiempo ha avanzado, los errores han continuado, uno tras otro. La jugada más espectacular en la NBA que sigue apareciendo en la mente de Steph es aquella del 2014, cuando John Wall, apenas más alto que él, lo alcanzó y le recetó un humillante bloqueo:

Hasta parece como si Wall hubiese perdido el balón intencionalmente sólo para enmendar su error de una manera humillante. Pero no es todo aún. Wall no había terminado de cazar a Curry. El año pasado se la aplicó de nuevo:

¿Hubo falta sobre Curry? En realidad no importa. Si tu mano está por encima de la bandera sobre el tablero, el cobro de la falta depende de Dios, y como Dios ama las corretizas que terminan en tapones, dejó pasar el contacto incidental sobre Steph.

Pero todo ello es sólo el preludio. El año pasado en las Finales, las cuales Golden State, como podrás recordar, perdieron luego de liderar la serie tres juegos a uno, LeBron James hizo de Curry su juguete favorito para ensayar bloqueos. En el quinto juego, James desvió un delicado intento de canasta de Curry como si estuviera jugando con niños de 12 años:

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Después en el sexto juego, Steph fue desarmado desde atrás cuando creía haberse escapado de la marca de James:

La imagen de Steph perdiendo toda esperanza de seguir luchando mientras LeBron se dedica a darle rienda suelta a sus insultos es para guardar en la memoria. Brazos caídos, gesto cansado, exhausto. El protector bucal sale de su boca y es masticado con indiferencia. En ese momento, los Warriors habían perdido la serie. Steph no se acercaría al aro nunca más.

Curry seguro pensó, "Para no seguir siendo víctima de los poderosos brazos de LeBron, dejaré que mis compañeros más altos y fuertes hagan el trabajo por mí. Andre es un buen candidato".

Incluso cuando Steph optó por la jugada segura al permitir que alguien más intentara superar a LeBron, el MVP encontró una forma de cazarlo por detrás, impulsarse en el aire, y humillarlo. Ser perseguido está en la naturaleza de Steph. No puede evitarlo. Estos tapones lo perseguirán hasta el último de sus días. Incluso cuando tenga 70 años y dispute un partido entre amigos, no encontrará paz alguna. Es inevitable.