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La Última Cena: Versión NBA | ES | Translation

Un mural se robó la atención de la inauguración de una tienda en Latvia, y nos trae lo que podría ser las figuras más importantes de las últimas dos generaciones de la NBA.
Karmo Ruusmaa

La Última Cena es mundialmente reconocida como la última reunión que Jesús de Nazaret tuvo con sus doce discípulos, y en la que compartieron pan y vino antes de su muerte. También se le denomina como la Santa Cena y tiene variantes interpretaciones teológicas dentro del episodio evangélico narrado en la Biblia. El mismo ha sido icónicamente representado en diferentes obras artísticas, de las cuales probablemente el mural de Leonardo da Vinci sea la más reconocida. Recientemente se inauguró un mural de la misma representación, aunque con una versión NBA.

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Ballzy Store inauguró una tienda en Latvia y dentro de sus decoraciones permanentes, Karmo Ruusmaa se ingenió una versión propia de La Última Cena con figuras actuales e históricas de la NBA. Lógicamente, Michael Jordan está sentado felizmente en el centro de la mesa con una gorra y un puro en la boca que nos remite a la imagen que nos dio después de ganar el campeonato con los Bulls de Chicago en 1996.

Con el objetivo de decorar elegantemente una tienda de artículos deportivos como tenis y jerseys, los artículos rodeando la mesa son sobretodo tenis y cajas de los mismos esparcidos en desorden y nos traen los recuerdos del boom de los tenis de basquetbol noventero con versiones pasadas de los Jordan y de otros, e incluso unos originales Chuck Taylor de Converse, que antes de volverse un tenis de moda era un calzado deportivo especializado para el basquetbol.

En el lado derecho de Jordan aparecen un Shaquille O'Neal con bastante sobrepeso, seguido por Vince Carter, Tim Duncan, Dirk Novitzki, Allen Iverson y Kobe Bryant, todos activos para la temporada pasada con la excepción de O'Neal y Iverson. También todas son figuras que destacaron en los 90 y los 2000.

Con un trofeo frente a Duncan, comida rápida —hamburguesas, papas fritas y sodas— desparramada por la mesa, luce una jersey de Larry Bird haciéndole cierto homenaje mientras parecería que discuten y presumen sus pares de tenis.

Del otro lado, aparecen actuales estrellas de la NBA, en el extremo estando Russell Westbrook, seguido por Kevin Durant, Chris Paul, Derrick Rose, Lebron James con su corona de rey, y se asoma el rostro de quien creo que es Kyrie Irving, aparentemente en la misma conversación de los tenis.

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Por supuesto que habrán discusiones infinitas de qué jugadores debieron de haber estado representados en el mural de Ruusmaa, pero creo que fue bastante cuidadoso en tomar figuras de la generación actual e inmediatamente pasada. Y aunque habrá el argumento de Stephen Curry, éste apenas ha arrancado un par de temporadas completamente excelsas, a diferencia de los demás que ya tienen varios años sonando en la escena.

Hay demasiados basquetbolistas que marcaron época para abarcarlos en una representación de un mesías y doce discípulos, y esto puede embarcarnos a una cadena infinita de conversaciones. También vale la pena notar la presencia fantasmagórica de quien podría ser Earvin "Magic" Johnson justo detrás de Shaq, y en el fondo está Mars Blackman, el que está sentado encima del aro con gorra y lentes.

Si no conocen a Mars Blackman, es un personaje de alter ego creado por Spike Lee en una serie de comerciales que realizó con Michael Jordan a finales de los 80 y que siguieron a principio de los 90, promoviendo los Air Jordan de Nike.

Sin duda es un mural divertido y una gran obra decorativa para la tienda que muchos quisieran tener deslumbrando el muro de sus hogares. Sin meternos a discusiones de quién falta y quién sobró, la verdad es que Ruusmaa hizo una obra divertida y bien lograda que ilustra una parte de la cultura del basquetbol que se fue rigiendo en los 90. Ahora que si nos imaginamos la conversación que pudieran estar teniendo todos estos representados en la ilustración, entre campeonatos, logros, reconocimiento y comparación de tenis personalizados, la gran sonrisa victoriosa de Jordan tiene todo el sentido mientras los demás siguen buscando sus mejores argumentos.