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Cultură

En defensa de los que reciben dinero de sus padres

La narrativa que sugiere que el trabajo arduo es lo único que se necesita para ser exitoso es un mito.
Imagen por Sarah MacReading​

Según una encuesta publicada el mes pasado por la UBS, una empresa de servicios financieros, el 74 por ciento de los millennials reciben apoyo financiero de sus padres después de la universidad. Este apoyo consiste en pagar el seguro médico, de automóvil, la renta y, en algunos casos, la diversión de sus hijos. ¿Y qué hay de esos padres? ¿No se desesperan por la falta de responsabilidad de sus hijos? Pues no. Resulta que el 80 por ciento de los padres dijo que se "sentían bien" de poder ayudar a sus niños adultos. Por otro lado, el 52 por ciento de esos millennials dicen sentir "vergüenza, frustración o culpa" por aceptar esa ayuda.

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En otras palabras: la mayoría de los jóvenes depende de la generosidad de sus padres y a más de la mitad nos da mucha vergüenza.

Nos han dicho una y otra vez que somos bebés flojos que nunca se van a destetar de sus madres. (O, como dice la encuesta de UBS, "redefinimos la perspectiva tradicional de la paternidad".) Somos la generación que vive con sus padres por más tiempo y pospone los patrones de la adultez, como el matrimonio o la paternidad, porque es un lujo que no podemos pagar. Tenemos menos ingresos y riqueza que las dos generaciones anteriores. Estudios revelan que la mayoría de los millennials probablemente nunca sean capaces de comprar una casa a menos de que sus padres sean ricos. Así que, si tienen padres ricos y están dispuestos a echarles una mano, ¿por qué los millennials se sienten tan avergonzados?

"Sin la suerte, la única forma de que uno de nuestra generación haga algo extraordinario es si recibe algún tipo de apoyo financiero."
Chris Olivieri

Amelia Heppner, de 25 años de edad, es gerente de un restaurante y se considera "financieramente independiente", pero admite que hay momentos en los que sus padres han tenido que pagarle algo. Durante la universidad, sus padres le pagaron la renta de su departamento con todo y servicios, además de la colegiatura. Después de la universidad, tuvo un accidente y no podía trabajar. "Mis padres me pagaron tres meses de renta en lo que me recuperaba y buscaba otro trabajo". Y cuando declaró mal sus impuestos y terminó debiendo casi 50 mil pesos a Hacienda, "mi mamá lo pagó inmediatamente para que no me cobraran intereses".

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"Pero", continuó, "le pagué poco a poco cada mes".

Heppner, como muchos otros millennials, se regresó con sus padres después de graduarse de la universidad. Aunque eso le ayudó para ahorrar mucho y le permitió buscar trabajo sin estresarse por pagar renta, dice que fue horrible. Sentí que había retrocedido tres pasos en mi vida porque siempre he sido una persona muy independiente".

Chris Olivieri, de 33 años de edad, trabaja en marketing por internet, vivió con su papá por cinco años cuando estaba en la universidad. "Me da un poco de pena", explicó e hizo énfasis en que vivir con su papá "no ayudó mucho en sus relaciones amorosas" y varios de sus familiares se la pasaban preguntando cuándo se iba a salir.

No obstante, sabe que sin ese apoyo jamás habría tenido la estabilidad financiera para abrir su propio negocio o terminar la escuela. "Sin la suerte, la única forma de que uno de nuestra generación haga algo extraordinario es si recibe algún tipo de apoyo financiero", señaló.

La narrativa que sugiere que el trabajo arduo es lo único que se necesita para ser exitoso es un mito. Se necesitan oportunidades, conexiones y estabilidad financiera para tomar riesgos, además de un chingo de suerte. Sin estos elementos, tu trabajo como mesero no es una lección que vas a mencionar en alguna conferencia futura en TED. Es sólo tu trabajo como mesero. Eso eres, un mesero. Puedes ser un mesero que trabaja muy bien pero sin oportunidades, estabilidad financiera y conexiones, probablemente sea el único trabajo que vas a tener.

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Al mismo tiempo, "pedir ayuda te hace sentir culpable", dijo Emily Webster, de 25 años de edad, que trabaja en la industria hotelera. Sus padres le ofrecieron apoyo financiero durante sus primeros años como adulto. Webster dijo que lloró cuando sus papás le compraron sus muebles. "Tenía la idea de que tenía que hacer todo sola para ser exitosa y me sentí abrumada al darme cuenta que necesitaba su ayuda".

Webster dijo que agradece el dinero que le dieron sus padres y que no sabe cómo sería su vida ahora sin esa ayuda. "Lo que más miedo me da es que, de no haber sabido que tenía su apoyo total, probablemente seguiría en una relación abusiva", dijo. "O viviría con ellos o con un millón de roomies tratando de sobrevivir con el salario mínimo. La verdad no sé. Pero definitivamente no donde estoy ahorita".

¿Y qué pasa con los millennials que no tienen este apoyo? Se endeudan con préstamos estudiantiles (si es que pueden pagar la universidad), ganan el salario mínimo y tratan de no morir de hambre cada mes.

Lo sé porque lo viví. Cuando me despidieron del trabajo donde me pagaban el salario mínimo, no sabía qué hacer. Compartí mi cuenta de PayPal, Venmo y Square Cash para los que quisieran donar para mi "causa". No me importaba que la gente me viera como un pordiosero. Cuando estás en el escalón más bajo de la pirámide de necesidades de Maslow, no te importa lo que los demás opinan de ti. Si eso me da el título de millennial, ¿entonces cómo podemos llamarle al 74 por ciento de los millennials que reciben ayuda de sus padres?

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El problema, como yo lo veo, no es que los millennials sean flojos. De hecho, según una investigación, en realidad somos más productivos que las generaciones anteriores (sólo que no nos pagan tan bien). El problema es el concepto de que somos patéticos porque dependemos del apoyo que nos ofrecen. Pero eso no es todo. También deslegitimiza los problemas que enfrentan los millennials, como las colegiaturas obscenas y el mercado laboral con salarios tan bajos, dos razones por las que los millennials no pueden andar solos sin caerse.

Cada que se crea un programa de apoyo, éste enfrenta fuertes críticas hasta que, con el tiempo, la población acepta que la asistencia es buena para la comunidad. Esto quiere decir que nuestra reacción ante las dificultades es cuestionar su validez y distanciarnos por orgullo. Hasta que al final nos damos cuenta de los enormes beneficios de ayudar a los demás

No tiene nada de malo aceptar el dinero que te ofrecen tus padres o cualquier otra persona. Este tipo de "apoyo" es la diferencia entre un trabajo de oficina sin posibilidades de crecimiento y tener una red de seguridad para tomar riesgos. Y al fingir que tus logros ha sido sin la ayuda de tus padres o de otras personas, le estás quitando todo su valor.

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