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Cultură

¿Cómo sería ‘Gran Hermano’ si lo emitiera La2?

¿Y 'Salvados' en Telecinco? ¿Y '¿Quién quiere casarse con mi hijo?' en La1?

Infinitas posibilidades. Imagen modificada vía.

Muchas veces me he preguntado qué hubiera pasado si determinados formatos televisivos hubieran acabado en las manos equivocadas. De qué manera habrían cambiado programas ya consolidados y muy asociados a nuestro consumo televisivo si los hubiera emitido otra cadena. Y lo que es más interesante de todo: hasta qué punto podrían haberse convertido en productos mejores, más interesantes o más atractivos de haber sido creados bajo el prisma y la personalidad, muy definida, de la competencia. Hoy tiramos de periodismo ficción para responder a estas dudas y preocupaciones. Hemos escogido seis formatos ya perfectamente establecidos en la parrilla, con buenos índices de audiencia y, en la mayoría de casos, buen recibimiento crítico, y los hemos trasladado a otras cadenas. Cadenas que, a priori, nunca podrían albergar este tipo de programas. Mismo formato, distinto modus operandi, espacio totalmente nuevo. He aquí el resultado de este experimento alucinado y ficcional.

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Salvados, en Telecinco

Vestimos a Jorge Javier Vázquez con un abrigo Carhartt, unas zapatillas New Balance, una camisa de cuadros arremangada y unos vaqueros. Barba frondosa. Que se deje el pelo un poco más largo. Y sobre todo sobre todo que no hable de su nueva novela ni de su obra de teatro durante un par de horas. Listos. Reunimos a dos políticos españoles de renombre. Y que empiece la fiesta: "¿Es cierto, Albert Rivera, que después de defecar te limpias el culo con el dedo durante quince minutos?". Pablo, "¿es cierto que tienes un problema de olor y hongos en los pies?". Albert, "¿es cierto que te alegras de los fracasos de Kiko Matamoros?". Pablo, "¿es cierto que alguna vez has dicho que Belén Esteban no se había duchado en la casa de "Gran Hermano VIP"?". Nos gusta "Salvados", ha aportado una forma distinta de hablar de política en televisión, pero personalmente creo que no hay color: esta versión pasada por el filtro de Telecinco podría convertirse tranquilamente en mi programa favorito de la parrilla.

Tu cara me suena, en Intereconomía

No me digáis que un karaoke así como muy de derechas no os pone burros, así de entrada, como idea perversa y macabra. No sé, invitas a Federico Jiménez Losantos, lo disfrazas de Justin Bieber y que se ponga a cantar y bailar alguno de sus hits. O pillas a Eduardo García Serrano, el que llamó zorra y guarra a la Consellera de Sanitat, Marina Geli, y que se marque una imitación de Scatman John. Ya sé que esta todo muy cogido por los pelos, pero por favor, piensa en el papel del productor del programa, aunque solo sea por un momento: "Hola, mira, te cuento. Nos gustaría invitar al programa a Paco Marhuenda, habíamos pensado a ver si le apetecería venir y hacer de Bobby McFerrin, ¿crees que podrás convencerle?". O, uf, algo tipo: "hola Herman, ¿cómo va, socio? Oye, mira, que habíamos pensado que esta semana podrías hacer de Beyoncé, ¿bien, no?". Estamos hablando del mejor trabajo de la historia. E indudablemente del que sería uno de los programas de cabecera de la televisión española contemporánea.

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Gran Hermano, en La2.

¿Os imagináis un "Gran Hermano" cultureta y enteradito? Cosa seria, material sesudo, nada de tonterías frívolas. Adiós a los musculitos made in "Mujeres y Hombres y Viceversa"; hola a los fofisanos con barba. Adiós a las chonis con mechas y Air Max 90; hola a chicas tristes con camisetas de grupos indies. Adiós a expresiones como "ensacar información", "te voy a dar dos yoyas" o "pa chulo, chulo… mi pirulo"; hola a todo tipo de anglicismos y expresiones in. Adiós a respuestas míticas en el test de cultura general –tipo "¿Gentilicio de Barcelona? Ehhh, ¿la Sagrada Familia?"–; hola a cuestionarios sobre cuándo salió el primer disco de Bon Iver, quién escribió "La Broma Infinita" o quién dirigió "Malas Tierras". En pocas palabras: un auténtico coñazo. La perspectiva de un "Gran Hermano" hipster, cool y listillo entra bien a priori, pero tengo claro que al segundo día desearíamos prenderle fuego a la casa con todos ellos dentro. Y a la experiencia me remito: Koldo, aquel participante de la primera edición que se las daba de erudito y hablaba de Kafka a sus compañeros, que lo miraban como si fuera un extraterrestre, será recordado toda la vida como uno de los concursantes más pelmazos y aburridos de la historia del programa. Además, tratándose de La2, nos lo colocarían a las 3 de la madrugada de un lunes.

¿Quién quiere casarse con mi hijo?, en La1

Bueno, tendríamos que modificar el título: en La1 sería más rentable emitir "¿Quién quiere casarse con mi abuela?", por aquello del target y la audiencia, pero el formato seguiría intacto. Indispensable amoldarse al gusto del consumidor: en vez de buscarle parienta a un swagger gay de Malasaña aquí le buscaríamos marido a una señora de Almudévar o de Villanueva de la Sierra ya entrada en años. Un look y un outfit muy hermanas de Puerto Hurraco: falda negra, pañuelo en la cabeza, gafas con cristales de culo de botella y bastón. Citas en la plaza del pueblo, en el economato o en el portal de casa tomando el fresco. Montaje apolillado. "Crónicas de un pueblo" meets "Su media naranja". Sólo un hándicap contra el que tendríamos que pelearnos con los directivos de la cadena: en esta versión, por motivos obvios, no sería posible contar con la figura de la madre de la candidata, un elemento importante en la configuración del programa. Ningún problema: también daríamos por válida la presencia de la hermana –porque sabemos que siempre hay una hermana, ¿verdad?

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La Voz Kids, en Cuatro

Vale, vale, "La Voz Kids" es un programa blanco, familiar e intocable. Lo que sea. Pero sigo pensando que no le vendría nada mal un poco de acción e intensidad al tema. Y Cuatro es el emplazamiento ideal, territorio comanche en el que todo vale y todo está permitido. Solo tendríamos que hacer un ligero cambio de cromos: renunciamos voluntariamente a los niños angelicales y campechanos que han aparecido en la versión de Telecinco, todos para vosotros, ahí os los dejamos, e incorporamos a los protagonistas de las tres primeras temporadas de "Hermano Mayor". Eso sí que serían swag wars, amigos. Sonaría más rap y reggaetón, eso para empezar. Y tendríamos que poner arcos de control y seguratas armados en la entrada de plató. Familiares y amigos separados en las gradas por un cordón policial. Todo esto de cara a la galería. En realidad el propio programa, como si estuviéramos en una cárcel, sería quien suministraría pinchos y cutters a los concursantes más conflictivos, con la esperanza de que cada actuación acabara en una auténtica batalla campal. ¿"La Voz Kids"? Nah: La Voz Kings.

Adán y Eva, en 13TV

En 13TV se tomarían al pie de la letra el título y convertirían el formato original –ya sabes, chico y chica como Dios los trajo al mundo se encuentran en una playa paradisiaca con el objetivo de darse un revolcón ante toda España– en una bonita clase teórica sobre la Biblia y el pecado original. Una nueva vuelta de tuerca a las clases de religión de toda la vida. Cambiemos a Mónica Martínez, su exuberante presentadora, por Nieves Herrero o Curri Valenzuela; cambiemos al séquito de freaks sin vergüenza alguna que concursan habitualmente por un par de seminaristas ya bien curtidos en estas lides; y cambiemos el montaje y la edición acelerada, irónica y autoparódica del original por un plano fijo y un ritmo comatoso, como muy de 1972. Qué queréis que os diga, a mí lo de reinventar la teología en forma de reality show semi erótico me parece una de las ideas más atractivas y fascinantes que podría regalarnos la pequeña pantalla. La escenificación en carne viva, nunca mejor dicho, del pecado original.