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Cultură

El hombre más feliz del mundo

Tiene una gran barba, viste un traje tribal tradicional y abraza con mucha fuerza a todos.

Francis Firebrace es un viajero que cuenta historias. Tiene una gran barba, viste un traje tribal tradicional y abraza con mucha fuerza a todo aquél que se cruce en su camino, ya sea que se trate de las personas más intimidantes en el mundo o simplemente pequeños viejos indefensos. Él es por mucho el hombre más feliz que he conocido. Estuve un día completo con él hace poco y durante el tiempo que estuve con él fui feliz. O sea, realmente feliz. Completamente contento, o lo más cercano a haberlo sido por un buen rato. De hecho lamento esa sensación y extraño a Francis como a un viejo amigo, aunque solo lo haya visto dos veces. Esto es lo que sucedió.

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Francis eligió la estación Waterloo para reunirnos y desde ahí nos dirigimos hacia el Banco del Sur, que está más o menos a diez minutos caminando. Nos tomó más de una hora. Francis se la pasó acercándose a extraños, turistas encantadores, policías abrazables, haciendo reír a las señoras mayores. Por lo general, repartiendo amor. Cada persona que conoció a Francis sonrió como idiota, como lo hice yo a lo largo del día.

Los acercamientos de Francis son difíciles de explicar pero sólo porque son muy efectivos. Esencialmente todo lo que hace es atrapar la atención de la gente. Suena aburrido, pero no lo es. Es emocionante, todo el tiempo. A lo largo del camino Kevin Lee Brown, un cineasta que lo ha estado siguiendo desde hace media década, me explicó lo que estaba sucediendo. “Puede ser un poco estresante salir con Francis pero luego, cuando estás con él, está bien…” Kevin saludó a un grupo de turistas a quienes Francis tenía sonriendo como gatos Chesire de piedra. “Hoy no me sentía muy bien pero entre más rápido estás con Francis, sólo piensas “gracias”.

Nacido de la mezcla de su padre aborigen con su madre blanca, Francis invirtió su infancia yendo de arriba abajo entre arbustos y la cultura occidental, antes de volver a su cultura tribal cuando adulto. Francis daba pláticas en las cárceles, escuelas y donde sea que podía, enseñaba y contaba historias aborígenes alrededor del mundo en lugares lejanos como Vietnam, Alaska, Islandia y Sudáfrica. Aunque regularmente, Francis vive en un estudio en Surrey.

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Eventualmente hicimoso una parada por un café. Hasta este momento me había convencido de que Francis era una especie de ángel. “He hablado con poca gente pero es normal para mi. Sólo amo a la gente y me apasiona la vida y cambiar la vida de las personas. Mi percepción es más amplia por las lecciones que he aprendido en la vida. Mi acercamiento al trabajo, lo cual una persona promedio no puede comprender porque no puede explicar cómo es que funciona porque estamos condicionados a creer que no funcionará. Puedes ser encantador pero tienes que decir la verdad también”.

Francis en Sudafrica

Francis en su casa en Surrey

Kevin nos cuenta cómo se conocieron. “Hace seis años estaba yo en un festival al aire libre y Francis estaba ahí contando historias. Me sorprendió mucho lo que estaba sucediendo y el efecto que causaba en la gente. Estaba haciendo una diferencia justo ahí de una manera que yo nunca antes había visto. Muy rápido supe que quería hacer una película sobre él, mucho antes de saber algo sobre su vida”.

Un joven Francis vaquero

Francis destacó la mención de la película. “Hace ya mucho tiempo, en un sueño [una especie de armario en una alberca que permanecía cerrado para siempre y en él había almas aborígenes] solía ser cineasta. Hacía spaghetti westerns. Como todo chico quería ser pistolero y amaba los westerns, que eran las únicas películas que había visto hasta ese momento. Me molestaban mucho por razones raciales en Australia y me peleé muchas veces, eso fue muy importante para mi, no encontré mucha diferencia. Cuando fui a Melbourne, a los 17, pude comprender por qué mis primos no peleaban, pronto aprendí que había mejores maneras de hacer las cosas. Me volví vaquero después de la escuela, aunque intenté ser un poco nómada”.

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Francis de niño con una serpìente y un perro

“A los 40 interpreté el segundo papel protagónico y dirigí una película llamada Salúdame al Diablo, que ahora está en el archivo nacional de Australia. Tengo cinco películas ahí. ¡Finalmente, era bueno haciendo algo más que montar caballos! Luego perdí a mi hermana por cáncer y no mucho tiempo después de eso mi esposa se suicidó. Me deshice de todo y me fui a vivir a un barco por 11 años. Mis amigos pensaban que estaba loco, pero si yo no hubiera hecho eso, no habría comenzado a contar historias, tratando de mantener a las personas interesadas, cuando empecé a motivar a la gente a salir en los viajes en barco. "

Francis terminó en Reino Unido gracias a "una mujer llamada Barbara Jane, a quien quiero mucho - y con quien hago negocios que se mezclan con el placer, porque me acuesto con esa dama y de vez en cuando le hago el amor, de vez en cuando lo que significa que tengo 75. Nos reunimos en Australia. Besé a Jane en la parte posterior del cuello en una oficina de correos y me dijo: "Tienes sangre animal 'y yo dije' así es '. Me compró un café y le hice el amor apasionadamente en el Spa bar Madame Lash. [risas] ¡Es verdad! Lo siguiente que supe fue que el Instituto del Commonwealth escribió solicitando narradores de historias australianos que vinieran a Reino Unido”.

Francis contando algunas historias a los niños

"No hay muchas personas como yo, para ser un buen narrador tienes que ser capaz de mantener atenta a la gente. Además, a los de raza pura [las personas de origen puramente aborigen] no les gusta viajar, y si llegan traes aquí simplemente es porque se extraviaron. Es algo tradicional, no entienden la estructura, sólo van con la corriente. Si sienten que tienen que caminar hasta ese callejón sólo lo hacen. Una vez hicieron una película con pura gente de raza pura y tuvieron que contratar guardaespaldas para cada uno de ellos porque si no, se iban y se perdían. También las historias que cuentan pueden tomar días para ser contadas, lo cual no siempre funciona con las audiencias modernas.

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Necesito regresar a Australia ahora, para ver a mi famlia, a mi hijo, mi primo. Desafortunadamente, quienes contamos historias, no estamos aquí para siempre. También tengo que ir a ver a los ancianos a Lightning Ridge. Necesito escuchar de nuevo las historias, quizá un par más. Están envejeciendo y necesito más información de su parte para poderla transmitir, Quisiera verificar algunas cosas con ellos”.

Francis durante el primer día de Occupy London contando la historia de Platypus

Así como la película, que Francis y Kevin planean terminar después de haber regresado a Australia (ve el trailer a continuación), hay un proyecto más amplio, para tratar de encontrar una manera de abordar la extinción de los cuentos tradicionales.

"¿Me viste abrazando a esos dos jóvenes encantadores por ahí? Espero que estés tomando notas". Mira, no puede ser un hippie, tiene huevos.

Francis con un hombre coreano

"La educación y la inteligencia son dos cosas diferentes. La inteligencia proviene de la experiencia, de la realidad. Puedes hacer dos cosas cuando tienes un muy mala suerte, puedes enojarte, sintiendo lástima por ti mismo y culpar a los demás. O simplemente puedes decir "en ocasiones se pone jodido". Me gustaría decir que nací siendo una leyenda, pero me tomó tiempo. Pero, soy una leyenda. Cada vez que interactúo con la gente, todo el mundo es diferente, estoy aprendiendo, me quedo en la cima de mi juego ".

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Francis vino a decirme acerca de diversos aspectos de la cultura aborigen antigua, tales como el juicio del ojo por ojo, envolviendo las plumas de emú alrededor de los pies para no dejar pistas, hombres magos, la letra de las canciones que inducen la muerte … Sin embargo, lo que realmente me enseñó fue a tratar de deshacerme de mi mentalidad occidental cínica y permitir que una pizca de positividad cambiara mi visión reptil del mundo. Estoy tratando de hacerlo. No es fácil. Vivo en Londres y hace mucho frío en estos momentos. Pero al menos tengo una resolución de Año Nuevo.

"A veces a uno le pasan cosas diferentes. Un hombre estaba teniendo un mal día en el metro el otro día y me dijo que me fuera a la mierda cuando lo único que le dije fue 'hola'. Pero, por otro lado, detuve un robo un tren a mis cincuenta, frente a cinco niños de la calle en Sydney. He sido así desde hace un tiempo. La Universidad de Canberra hizo un experimento con la gente sobre el espacio personal. Tenían que verte a la cara y amenazarte. Ellos me dijeron: "eres muy inusual, no tienes ningún espacio personal", lo cual es cierto. Descubrí que si mantienes la calma no habrá ningún problema. La gente dice algunas cosas que me resultan divertidas, pero yo diría que a más del 90 por ciento de la gente, yo le gano todo el año. Una cosa que he aprendido, y es una lección difícil de aprender, es que lo que otros piensan de ti no debe importarte. Olvídate de eso. "

Para mayor información sobre la película de Francis y Kevin y su fundación, haz click aquí.