Antes que nada: ¿Qué son los alfajores? Más que dos tapas y un relleno, son amor. Y dulce de leche, que en resumen es la misma cosa.¿Cuándo debería hacer uno alfajores? Cada vez que pueda, pero preferiblemente en invierno, para no mancharse de más con el chocolate derretido.María José López Cabanillas, la dueña de Cake & Coffee Bar, en Buenos Aires, nos compartió su receta, y no podrás encontrar nada con un sabor tan especial, delicioso y casero como estos alfajores.
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Cake & Coffee empezó en el 2012 como un cafecito pequeño, en medio de un barrio residencial en la capital de Argentina, y hoy en día es hogar de muchos corazones contentos. Lo hace con sus tortas —como decimos acá—, especialmente la "Camila" (mousse de chocolate blanco y oreo) y la "Bárbara" (mousse de dulce de leche con oreo).Y si algo han aprendido en estos años, es que la clave de hacer cualquier cosa, por más pequeña que sea, es hacerla en grande. Pues un alfajorcito tiene la capacidad de alegrarle el día a alguien. Por eso creemos que es importante traspasar esa sabiduría. Así que empecemos.LEER MÁS: Último bocado: un hipopótamo de 107 años en Buenos Aires
El primer paso es mezclar 100 gramos de manteca (mantequilla en otros países de Latinoamérica) a temperatura ambiente, 25 gramos de azúcar impalpable (también llamada azúcar glas) y 125 gramos de harina ya tamizada ( es decir, pasada por un colador). Y mezclar con ganas hasta lograr una masa fina y lisa.
Después, envuelve la masa en papel film y dejar en el refrigerador hasta que sea firme.
Mientras tanto, debes precalentar el horno a 180 grados centígrados, para que no sea necesario hacer tiempo mientras éste se calienta y termines, inevitablemente, comiendo masa cruda sólo por ansiedad.Continúa, estira la masa con un palo de amasar (rodillo) hasta que tenga unos 5 mm de espesor, aproximadamente.
Luego, corta la masa en forma de discos de 5 cm de diámetro. Levántalos con una espátula —con cuidado y paciencia, aunque no la tengamos— y colócalos en una placa con mantequilla y enharinada para que no se peguen.
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Mete las galletas al horno y déjalas 10 minutos o hasta que estén ligeramente doradas —no hace daño repetir el asunto de la paciencia una vez más—. Retira y deja de enfriar.
Ahora viene lo divertido (y más goloso).
Unta una galleta con dulce de leche (especial para repostería) y tapa con otra galleta, o sea, haz un pequeño sándwich. Advertencia: No comer demasiado dulce de leche durante el proceso.Repite con todos las galletas y colocar los alfajores terminados sobre una rejilla o placa lisa.
Los valientes pueden seguir con la cobertura de chocolate.Calienta a baño maría 250 gramos de chocolate semiamargo en trozos junto con 2 cucharadas de aceite de girasol o neutro. Una vez que la mezcla esté líquida, sumerge cada alfajor, dejando caer el excedente. Ahora sólo debes esperar a que se endurezca el chocolate.
Por fin, a comer con amigos o solo. Nadie te va juzgar.