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Drogas digitales tienen alarmadas a las autoridades de Arabia Saudita y Líbano

Aunque la efectividad de los sonidos psicoactivos no ha sido comprobada, las dos naciones han comenzado una campaña para prohibirlos.

Las autoridades de Arabia Saudita y el Líbano han lanzado una nueva campaña para prevenir el uso de "drogas digitales", archivos de audio diseñados para inducir a los oyentes a estados similares a los de las drogas, aún cuando la efectividad del supuesto sonido psicoactivo es cuestionable.

Los archivos, que también son conocidos como "pulsos binaurales", llevaron a un prominente científico de la policía de los Emiratos Árabes Unidos ​a lanzar una alerta en 2012 para que fueran catalogados como el cannabis y el MDMA. Siguiendo esa línea de razonamiento, el periódico ​Daily Star de Líbano informó la semana pasada que el ministro de Justicia Ashraf Rifi está tan alarmado como para presionar medidas legales en contra de los audios; mientras que la Comisión Nacional para el Control de Drogas, la Dirección General para el Control de Drogas y el Ministerio de Comunicación de Arabia Saudita están sosteniendo ​"reuniones urgentes" para discutir cómo proteger a los ciudadanos del reino del flagelo binaural.

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Las pistas reproducen dos tonos puros a través de los auriculares, y pueden ser escuchados gratuitamente en YouTube o comprados por pocos dólares en sitios web y aplicaciones como I-Doser. El sonido que escucha un oído tiene una frecuencia ligeramente diferente a la que escucha el otro, lo que produce un efecto en el oyente de estar escuchando un tercer sonido, que típicamente es ondulado o rítmico.

Muchos tonos binaurales son publicitados por ofrecer un efecto meditativo que ayuda a la gente a calmarse o relajarse, también hay audios que pretenden producir en el oyente el mismo efecto de la cocaína, el MDMA, la ayahuasca, el popper, el Xanax, el Klonopin y otra ​variedad de drogas. Algunos de los archivos de I-Doser dicen darle a los oyentes un efecto similar a la experiencia sexual, creando un estado parecido a un orgasmo. Ninguno es adictivo, según dice en la página web.

Si los sonidos realmente funcionan como dice la publicidad es algo abierto al debate, según dice Michael Casey, un científico de la computación y profesor de música en Dartmouth College, que estudia los efectos de la música en el cerebro.

"La idea de que los tonos binaurales o este fenómeno de sonidos simples está teniendo un impacto sobre una condición médica o un estado cognitivo como dormir o incrementar la concentración, aún es un asunto de mucha investigación en este punto", dijo Casey a VICE, señalando que hasta ahora hay muy poca evidencia científica acerca de cualquier efecto que puedan tener.

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"La idea de que es peligroso porque puede inducir a estados mentales que son similares a las drogas psicoactivas en un asunto de pura especulación", dice Casey.

Lo claro es, añade, que la idea de sonido o música utilizada para inducir un estado hipnótico o trascendental se remonta al "amanecer de la civilización", y puede ser observada en varias religiones y culturas. También ha sido una característica de la música trance desde los 80, explica Casey.

"Así que para particularizar un fenómeno y decir que es peligroso como droga es perder, creo, una de las funciones primarias históricamente del poder de la música", dice. "Es como escuchar música que te calma. Siempre puedes escoger música que mejore tu humor o te lleve a lugares que quieres ir, y no necesitas que la FDA (Administración de Alimentos y Medicamentos) la apruebe. Quiero decir, esperemos que no prohíban pronto la música uplifting (que levanta el ánimo)".

I-Doser dice que sus archivos funcionan al hacer que las ondas cerebrales de una persona se comporten como lo harían bajo la influencia de la sustancia que el audio intenta simular.

"Cada archivo audio contiene nuestros tonos binaurales avanzados que se sincronizarán con tus ondas cerebrales en un estado similar al de una dosis recreacional", explica la descripción de I-Doser sobre su producto Recreational Doses 1 MP3, que incluye dosis que imitan la marihuana, la cocaína, el opio y el peyote. VICE no pudo contactar a los representantes de I-Doser para escuchar su opinión.

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A pesar de la credulidad de las autoridades saudíes y libaneses, Casey se mantiene escéptico a lo que dice la compañía.

"Creo que para un individuo que está en casa relajado en una silla, concentrándose en el sonido, sentado en una silla centrando en algo por un periodo de tiempo, es como un estado meditativo o de concentración. ¿Así que cómo puedes separar eso de cualquier efecto positivo de sentarse a meditar?", pregunta. "Tal vez eso ayuda a las personas a que se enfoquen y se sientan tranquilas. Los estudios deben hacerse para controlar si se trata de solo el acto de estar sentado durante un tiempo o de algún tipo de modulación del cerebro".

Las "dosis" sonoras pueden ser objeto de examen en lugares como Líbano y Arabia Saudita, pero no ha habido la misma reacción por parte de las autoridades en Estados Unidos. La Administración de Servicios de Salud Mental y Abuso de Sustancias no sabía lo que eran las "drogas digitales" cuando VICE llamó para preguntar sobre sus peligros.

"En este momento no tenemos ningún dato científico de este fenómeno, así que el NIDA no puede establecer la validez de la información de que puedes drogarte escuchando esos sonidos o que te lleva a un abuso de drogas", explicó el Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas en un comunicado.

Sigue a Colleen Curry en Twitter: ​@currycolleen

Fotografía via ​Flickr