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Cultură

Conocemos a una de las primeras personas en experimentar con LSD

Kay Parley fue una de las primeras personas en recibir un tratamiento basado en la LSD en una época en la que la psiquiatría era mucho más experimental y creativa de lo que es hoy en día.

Durante la década de 1950, en el hospital psiquiátrico de Weyburn, en Saskatchewan, se llevaban a cabo experimentos con LSD. Foto vía usuario de Flickr BriYYZ

Una agradable tarde de verano, Kay Parley se puso un vestido azul que ella misma había confeccionado y salió hacia una pequeña villa campestre en Weyburn, Canadá, donde tomaría LSD por primera vez.

Durante la década de 1950, Parley trabajó como enfermera psiquiátrica en el Hospital de Salud Mental de Souris Valley, también conocido como el Hospital Psiquiátrico Weyburn, donde se llevaron a cabo importantes estudios sobre la dietilamida de ácido lisérgico. Iba a encontrarse con Francis Huxley, antropólogo y sobrino del escritor Aldous Huxley (autor del famoso libro Las puertas de la percepción, sobre su experiencia con la mescalina).

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"Si Francis cree que podré controlar los efectos de la LSD, todo irá bien", escribió Parley en Inside "The Mental", libro que publicó recientemente.

"Estaba hablando con Francis tranquilamente y, de repente, la lámpara que se encontraba detrás de él empezó a emitir luz a raudales, como si fuera el mismo sol".

La experiencia de Parley es bastante única en el ámbito de los tratamientos psiquiátricos, la LSD y del hospital psiquiátrico más infame de Saskatchewan. Antes de ser enfermera, Parley fue paciente del hospital en 1948. Al principio creyeron que era esquizofrénica, pero mucho después, le diagnosticaron un trastorno maniaco-depresivo. La mujer pertenecía a la tercera generación de su familia en llamar hogar a ese enorme edificio de ladrillos; su padre sufría un trastorno paranoico y estuvo internado durante décadas. Llegó al hospital cuando ella tenía solo seis años.

A sus 93 años, Parley recuerda que en aquella época la psiquiatría no estaba tan regulada, lo que daba pie a que los tratamientos fueran más creativos. Cree que se han perdido oportunidades por culpa del estigma en torno al tratamiento con LSD. Ahora que investigadores e instituciones han vuelto a considerar las oportunidades que esta droga psicodélica puede brindar, Parley opina que es importante que Canadá abra el camino de la investigación en este campo.

"La LSD abrió la puerta al mundo de los enfermos mentales", declaró Parley a VICE.

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"Habíamos descubierto aspectos importantes y la mayoría de las enfermeras se sentían optimistas respecto a su uso. Pero fue como si al prohibir que la psiquiatría investigara con LSD, se estuviera tachando a nuestros médicos de narcotraficantes o algo parecido".

Cuando Saskatchewan era psicodélico

El hospital psiquiátrico Weyburn abrió en 1921 a las orillas de río Souris, en el sudeste de Saskatchewan. El abuelo y el padre de Parley fueron internados por primera vez en el hospital en una época en laque los tratamientos de salud mental estaban institucionalizados y circulaban rumores de que a muchos pacientes se les trataba como reos. Años después, cuando Parley fue llevada al hospital, las enfermedades mentales todavía seguían sin comprenderse completamente.

"No puedo decir que apreciara el hospital sin reservas", escribió. "Siempre estaba abarrotado, era ruidoso, apestaba y estaba destartalado. Había un exceso de autoridad y muchas personas que mostraban un comportamiento amenazante o poco inteligente".

Un tratamiento común en aquella época era la terapia con insulina —los médicos pensaban que podían "reiniciar" a los pacientes suministrándoles sobredosis de insulina. También había terapia con agua. Consistía en obligar al paciente a sumergirse en agua fría para provocarle un shock o en agua caliente para relajarlo. La terapia de electroshocks se aplicaba casi a diario.

Por suerte, en el pabellón de Parley se concedían ciertas libertades a los pacientes, como escribir en el periódico del hospital (así es, el hospital tenía su propio periódico). Pero siete años después de que le dieran el alta en 1949, Parley regresó como enfermera. Dice que el hospital estaba casi irreconocible.

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Una foto reciente de Kay Parley. Foto por Judith Silverthorne

"Los pasillos estaban llenos de vida", escribió. "Se respiraba un ambiente más agradable y relajado".

El químico suizo Albert Hoffman sintetizó la LSD por primera vez en 1938. Descubrió sus efectos psicodélicos al drogarse por accidente, cinco años después. Durante la década de 1950, se introdujo como fármaco para uso psiquiátrico y los primeros estudios se realizaron en Saskatchewan. Según Erika Dyck, de la Cátedra de Investigación Canadiense sobre la Historia de la Medicina, esta provincia era ideal para el uso de la LSD. Tommy Douglas, líder de la Federación Cooperativa de la Commonwealth de Saskatchewan (CCF), ordenó una reforma del sistema de salud, incluyendo el de salud mental.

"Antes de que [los hospitales psiquiátricos] fueran considerados verdaderos espacios terapéuticos, cualquiera habría dicho que no existía diferencia alguna entre estas instituciones y una cárcel", explicó Dyck a VICE, "pero luego empezaron a dedicar más recursos, contrataron a más personas y publicaron convocatorias en otros países como Reino Unido para incorporar médicos con formación. Querían gente dispuesta a realizar experimentos que dieran pie a una serie de cambios sistemáticos".

El psiquiatra británico Humphry Osmond era el supervisor. Osmond y Aldous Huxley fueron justamente quienes acuñaron el término "psicodélico" en 1956 mientras trataban de encontrar una manera de describir un viaje con LSD. Osmond ya había estado experimentando con mescalina y quería ver qué puertas podía abrir el LSD.

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"La provincia invirtió en contratar investigadores y les dio libertad para hacer esos experimentos", dijo Dyck. "Si lo vemos en retrospectiva, podría resultarnos poco ético, pero ellos realmente creían que eran los artífices de una serie de cambios progresivos".

En 1957, la Asociación Estadounidense de Psiquiatría (APA, por su acrónimo en inglés) otorgó al Hospital Weyburn un premio por sus méritos, lo que hizo a Parley sentir que "había llegado a la cima".

"Saskatchewan estaba en la vanguardia mientras el mundo miraba", escribió.

La tarea inicial de los estudios con LSD fue encontrar una causa y cura para la esquizofrenia, aunque no se le suministraban dosis a los pacientes. Parley explicó que en vez de eso, los doctores y las enfermeras consumían la droga, experimentando en primera persona las alucinaciones con tal de mejorar su empatía o incluso encontrar una cura.

"Los aspectos más positivos del uso de LSD en Weyburn se lograron al permitir al personal vivir las alucinaciones. Así podrían adquirir una mayor comprensión de lo que sufrían sus pacientes", explicó Parley a VICE. "Tomar conciencia de que una persona 'cuerda' podía trasladarse tan fácilmente a un mundo de percepción distorsionada supuso una gran revelación para muchos. Como expaciente, sentí que finalmente podía comunicarle mis experiencias a personas que las entendían".

El uso de la LSD también tuvo efectos positivos en pacientes con paranoia o adicciones. Por lo regular, el trabajo de Parley consistía en sentarse a hablar con los pacientes, consolarlos y velar por su seguridad mientras estaban drogados.

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Parley explica que la LSD no tuvo ningún efecto sobre la depresión maníaca que sufría, aunque sí la hizo cambiar mucho.

"En ese instante, adquirí una imagen completamente nueva de mí misma que me fortaleció muchas veces a lo largo de los años", escribió Parley. "Yo, que antes me consideraba débil, me volví fuerte. Fue una revelación".

No obstante, la investigación con LSD no duraría mucho.

En aquella época, la CIA estaba realizando una serie de experimentos poco éticos sin el conocimiento de los sujetos de prueba conocida como Proyecto MK Ultra. La LSD también fue adoptada por el movimiento contracultural de los 60. Su llegada a las calles provocó restricciones hasta que finalmente la sustancia se volvió ilegal en Canadá en 1968. El Convenio sobre Sustancias Psicotrópicas de 1971 prácticamente puso fin a todo estudio sobre la LSD en todo el mundo.

Las propiedades circundantes al hospital psiquiátrico Weyburn. Foto vía usuario de Flickr BriYYZ

El regreso de la LSD

Para ser una mujer nonagenaria que vive en la capital de Saskatchewan, Parley asegura haber visto mucha LSD.

"Para mí la LSD fue como una bendición indirecta, por lo que incluso hoy día le estoy agradecida", escribió. "Había una vez un pequeño y osado grupo de personas que encontró una manera de expandir la mente. ¿Estaban locos? Quién sabe. La verdadera pregunta es: ¿fue la prohibición una decisión acertada?".

Muchos investigadores también se hacen la misma pregunta. Probablemente Dyck sea quien ha realizado las investigaciones más profundas durante la época temprana de la LSD y sigue de cerca cualquier nuevo desarrollo. En un artículo publicado recientemente en la revista Canadian Medical Association Journal, Dyck argumenta que la LSD podría beneficiar a la población senescente.

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"El futuro de las drogas psicodélicas podría ser bastante diferente", dijo Dick. "No necesariamente porque la ciencia haya cambiado lo que sabemos sobre ellas, pero creo que el contexto en que las consumimos sí ha cambiado muchísimo".

El estudio intenso de las propiedades psicoterapéuticas de la LSD podría desempeñar un papel crucial dentro de los cuidados paliativos. Dyck afirmó que no traerá curas ni reducirá el dolor, pero ayudará a la gente a reconciliarse con su muerte.

"Creo que es una de las áreas con mayor potencial de crecimiento, no solo en un sentido espiritual, sino también (considerando otras áreas que no requieren de una cura biomédica) holístico", explicó Dyck.

"Empiezas a ver que el uso de la LSD o de las drogas psicodélicas no tiene nada que ver con los cuidados paliativos; no es un analgésico ni ningún tipo de intervención terapéutica tradicional, sino un medio que te permite manejar la ansiedad que genera la proximidad d la muerte".

También podría tener un papel importante en el tratamiento de enfermedades mentales complejas como la ansiedad y la depresión. Dyck contó que, el año pasado, el departamento de salud pública de Canadá aprobó estudios realizados con psilocibina, el ingrediente psicoactivo de los hongos alucinógenos, para tratar específicamente los síntomas del trastorno de estrés postraumático.

"El hongo les ayudaba a salir de ellos mismos y verlo todo como si fueran la mosca en la pared, en vez de verlo como algo que les estaba ocurriendo a ellos, o a ellos", dijo Dyck.

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"En cierto modo, este es un concepto psicoterapéutico muy clásico, algo que quieres intentar lograr, pero ellos lo hicieron en un plazo de ocho horas, en lugar de muchos años".

Dyck añadió que si prevalece el concepto introspectivo, podríamos imaginar cómo se aplicaría en diversos contextos psicoterapéuticos.

"Si estamos dispuestos a aceptar dicha idea, podría evolucionar de muchas formas distintas", dijo. "Está generando una mayor comprensión".

Asimismo, Dyck ve con optimismo el avance en herramientas de investigación como las técnicas avanzadas de diagnóstico médico por imágenes, que permiten a los investigadores ver el comportamiento del cerebro del paciente durante una experiencia alucinógena.

Dyck dijo que desde que el neuropsicofarmacólogo británico David Nutton demostró en un estudio que el alcohol y el tabaco era más dañinos que las drogas psicodélicas, la comunidad científica se sintió motivada y el reglamento se volvió más flexible en este campo de estudio.

Muchos de estos estudios siguen tomando como referencia las investigaciones realizadas en Weyburn, a pesar de que el hospital fue demolido en 2009. ¿Volverá Saskatchewan —el lugar donde se originó la palabra psicodélico— a ser líder en el estudio de la LSD?

"La respuesta es: no lo sé", admitió Dyck.

Sigue a Geraldine Malone en Twitter.