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Cultură

El descrédito de la masonería es lo único que le salió bien al Caudillo

Hoy, en España, no sorprende que uno sea comunista, feminista, nacionalista, homosexual o cualquier otra cosa de las muchas que persiguió Franco. Pero los masones siguen ostentando un aura de misterio y discreción.

"Todo lo que en España y Europa se ha armado obedece a una conspiración masónico-izquierdista"

Cuando el 1 de octubre de 1975 un débil octogenario que había gobernado España con mano de hierro durante décadas se asomaba al balcón en la plaza de Oriente, con voz temblorosa (y lo que no es la voz) y acusaba a unos extraños individuos, llamados "masones",de todos los males habidos y por haber sobrela faz de la tierra (como si en su juventud se hubiese postulado para ingresar en el selecto club y lo hubiesen rechazado… oh wait) jamás pensamos que 40 años más tarde seguiríamos formulándonos tantas preguntas acerca de aquel denostado grupo. Muchos espectros de la sociedad española aún hoy en día siguen mirándoles con recelo e incertidumbre como sise tratase de una nueva trama novelística de Dan Brown.

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La intención de este artículo es arrojar algo de luz acerca de una cuestión recurrente en nuestro país: ¿los masones controlan o influyenen la política? Lo primero que debemos aclarar es que la masonería es una sociedad discreta (que no secreta) cuyo origen se remonta a la Edad Media, en la que para ingresar hay que ser invitado por un miembro y el aspirante ser considerado una persona que pueda aportar alguna idea o reflexión que se considere de utilidad para la logia. En contra de lo que se suele creer, no es necesario que corra sangre azul por las venas ni encender puros con billetes o tener millones de seguidores en Twitter, pero sí poseer una apertura mental y pensamiento que pueda aportar ideas al resto de la logia. No, no nos consta (de momento) que sea necesario venerar a espíritus malignos o quemar iglesias para poder formar parte de tal selecto club pero sí existen una serie de mecanismos y pruebas iniciáticas que todo candidato debe superar.

Centrándonos estrictamente en su relación con la política, en sus códigos, declaraciones y principios organizativos, los masones se declaran abiertamente "apolíticos". Intentan imponer sus valores pero no desde la acción política sino influyendo en la opinión pública. Por su carácter librepensador y especulativo, en el pasado instituciones represivas como la Iglesia Católica y otro tipo de gobiernos autoritarios que siempre trataron de dominar el pensamiento y la moral de las personas, demonizaron la masonería. El descrédito de la masonería es lo único que, a fecha de hoy, le salió bien al Caudillo.

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Históricamente destacados miembros masones han tenido gran influencia en diferentes tipos de legislaciones pero sin una hoja de ruta clara debido a la diversidad de ideas políticas de sus integrantes . Las teorías de la conspiración les han "acusado" de haber estado detrás de conquistas históricas en materia de derechos sociales, como la abolición de la esclavitud, los movimientos pacifistas, la defensa de la educación laica o el derecho al aborto.

La heterogeneidad política, social o religiosa en la masonería es patente al coexistir órdenes masónicas con trayectorias políticas y religiosas diversas. En nuestro país podemos encontrarnos con una importante corriente conservadora y tradicionalista (Gran Orden Nacional de España) que tiene en sus filas a varios políticos del Partido Popular y otras de corte más progresista, algunas de ellas pro republicanas y otras no.

En la actualidad hay muchísimos masones famosos en el mundo de la política, y los ha habido a lo largo de toda la historia. Desde el General Prim allá por el siglo XIX pasando por destacados políticos en los tiempos de la República, como Clara Campoamor, LluisCompanys, Manuel Azaña o el hermanísimo del Caudillo hasta llegar a casos más recientes como el ex ministro socialista Jerónimo Saavedra así como diversos políticos vinculados a la derecha española e independentismo catalán cuyos nombres aún no han transcendido a la opinión pública y se quedan en el saco de la rumorología . Se habla de ciertos altos cargos, de algún consejero autonómico, incluso de militares de elevada graduación.

Hoy, en España, aparentemente no sorprende a nadie que uno sea comunista, feminista, nacionalista, homosexual o cualquier otra cosa de las muchas que persiguió aquel estéril dictador. Pero los masones siguen ostentando esa aura de misterio y discreción debido al hermetismo de sus integrantes, algo impensable en otros países de larga trayectoria democrática.

¿La masonería influye en la política? Pues claro, aunque muchos de sus miembros lo nieguen, pero a título personal, no como institución, debido a la disparidad de opiniones y vertientes políticas que confluyen en el seno de las logias. ¿Por qué no? Igual que el cura del pueblo, Florentino Pérez, o el vecino del 3ºA que todas las mañanas saluda al Excelentísimo Señor Ministro de Interior y le anima a que haya más mano dura contra los perroflautas esos bolivarianos.

En los últimos tiempos el número de interesados en ingresar en las logias se ha disparado. Que a nadie le extrañe que tras el ocaso de la era Twitter comience una nueva fiebre por entrar en tan selecto y discreto club. Pues eso, la que se puede armar, como diría el Generalísimo.

@Bricepinkfloyd