Diez años después de su retiro, los Dorados de Guardiola volvieron a descender

Diez años después, casi en la misma fecha, Dorados de Sinaloa fraguó un nuevo descenso. El equipo del Pacífico bajó por segunda ocasión en su historia al Ascenso MX siendo el segundo más rápido en la historia del futbol mexicano.

Aquel 29 de abril de 2006, por ahí de las 11:00 pm. un desconcertado Josep Guardiola cerraba su carrera como futbolista con una terrible noticia que ni él mismo comprendia: Sinaloa, su club, acababa de empatar a cero en casa ante los Pumas y con ello matemáticamente había confirmado su descenso.

Guardiola llegó a México de la mano de un entrenador a quien él siempre ha respetado: Juan Manuel Lillo. A inicios de 2006, el entrenador español habló con la entonces directiva de Sinaloa encabezada por Juan Antonio García para confirmarle una agradable noticia, había hablado con 'Pep' para convencerlo de venir a México y acabar en tierra 'culichi' su carrera como futbolista.

'Pep' no daba pasos en falso. Y es que el hoy técnico del Bayern Munich se preparaba desde tiempo atrás para ser entrenador, y que mejor que hacerlo como un futbolista dirigido por un tipo al que el catalán le quería aprender como lo es Juan Manuel Lillo. Pero, lo que empezó como una ilusión acabó como tragedia.

Con el '8' en su espalda, 'Pep' no entendía que demonios estaba ocurriendo aquella noche del 29 de abril de 2006 en el Estadio Banorte. No entendía cómo su club, pese a no haber acabado último de la tabla general había descendido. Cuenta la historia que Guardiola se llevó las manos a la cabeza y preguntó a sus compañeros si no había nada que se pudiera hacer, si no había posibilidad de revisar el reglamento de competencia y modificar el descenso. Pidió cuentas, entendió posturas y hasta que alguien le enseñó cómo es el complejo sistema porcentual de México, se dio cuenta que estaba colgando sus botines con una noticia sumamente triste.

Pocos entendían cómo después de haber sido capitán del FC Barcelona y de la misma selección española, había decidido jugar en México con un equipo que estaba en serios problemas porcentuales y condenado al mismísimo descenso. Aquella noche de 2006, Guardiola compartía la tristeza de saberse fuera de Primera División junto a Sebastián 'Loco' Abreu, el argentino Ángel Matute' Morales y el entrenador español Juan Manuel Lillo.

Cuando Dorados de Sinaloa ascendió tras pasar nueve años en el infierno del Ascenso, desde Europa llegó una gran felicitación. Josep Guardiola había dedicado un mensaje de alegría pues 'El Gran Pez', como se le conoce a Dorados, ya pertenecía al Máximo Circuíto.

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— Dorados de Sinaloa (@Dorados) 1 de mayo de 2015

Guardiola estuvo únicamente un semestre en México jugando solo 10 partidos, todos como titular y anotando un gol. Aquella campaña Sinaloa la terminó con 22 puntos tras cuatro victorias, 10 empates y solamente tres derrotas.

Para el día que arribó a México, Sinaloa ya era último de la tabla porcentual, así que en algún punto de la plática contractual, alguien le omitió ese pequeño pero gran dato. 'Pep' tuvo seis meses duros más allá del resultado que semana a semana vivía. Una lesión en la espalda lo había llevado a jugar infiltrado en distintas ocasiones, lo que le llevó a ganarse el cariño, no solo de sus compañeros sino el respeto de la afición que comprendía que el catalán estaba en México por algo más que ganar unos buenos dólares en el cierre de su carrera.

Sinaloa, hogar del famoso narcotraficante Joaquín Guzmán Loera, mejor conocido como el 'Chapo', se había convertido en una de las mejores plazas futboleras del Ascenso. Constantemente en los primeros lugares de la Segunda División, a Dorados se le había negado constantemente el campeonato para llegar al Máximo Circuito. Fue hasta que Grupo Caliente, dueño de los Xolos de Tijuana compraron la franquicia que el cuadro del Pacífico consiguió el ansiado ascenso.

Se mejoró el Estadio Banorte y se trató de armar un proyecto que mantuviera a Dorados por muchos años en la Liga Bancomer MX. Sin embargo, los resultados de Sinaloa nunca fueron positivos y desde un inicio fue el candidato número uno para perder la categoría. En México, el equipo recién ascendido tiene un porcentaje volátil, capaz de ponerlo en la cima de la tabla con un par de triunfos, o enterrado en el fondo de la misma con dos derrotas.

Dorados nunca tuvo a un Josep Guardiola, ni a un 'Matute' Morales o a un 'Loco' Abreu. Fue armado con retazos de equipos que ya no deseaban a ciertos futbolistas y con extranjeros de menor calibre que no dieron el más mínimo de los resultados. Sinaloa construyó en apenas 34 partidos el segundo descenso más presto de México, solo debajo de sus vecinos, los Indios de Ciudad Juárez.

Pocos conocieron a los jugadores de Dorados en la presente campaña. La directiva sinaloense decidió que los partidos como local de 'El Gran Pez' se transmitieran por una cadena de televisión cerrada cuya mayor influencia está en el norte de México. En cuestión de negocio, el cuadro dorado tampoco era muy atractivo para la Primera División.

Ayer, tras ser goleado 5-2 por los Tigres de André-Pierre Gignac, Dorados quedó matematicamente sin posibilidad de mantenerse en Primera División. El recuerdo de Josep Guardiola con la mirada perdida y extrañada por no saber qué carajo le estaba pasando a su carrera nos vino a la mente con una institución que pasará a la historia por eso, por haber sido el último sitio de 'Pep' como futbolista, y no por los resultados que ha tenido en poco tiempo dentro del futbol azteca.

A minutos de entrenar al Bayern Munich, con una carrera tremendamente exitosa, seguramente a Guardiola le llegará la noticia del pequeño club mexicano que nuevamente está en el infierno de los clubes descendidos.