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Space Jam 2: Un refrito que no parece valer la pena

No se metan con Space Jam, mucho menos comparen a Michael Jordan con LeBron James.

De acuerdo a los expertos de Hollywood, Space Jam ha sido uno de los peores experimentos del cine. Evidentemente, esas críticas para un niño de ocho años son simplemente basura así que hay bastantes que recordamos perfectamente la película como un recuerdo bastante agradable.

Calzado con mis Air Jordan y con mis tazos de los Looney Tunes en la mano, recuerdo perfectamente aquella tarde en la que mis primos me llevaron a ver la película donde Bugs Bunny aparecía de la mano de Michael Jordan.

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Francamente el basquetbol no era en aquel entonces un sueño para mi, pero con mis compañeros de la primaria en las clases de educación física una vez me agarré a golpes con uno de ellos porque yo quería ser Michael Jordan, además me encantaban como a cualquier pequeño las caricaturas, así que ir a ver Space Jam era algo obligatorio.

La película recuerdo que me encantó, detalle que hoy en día podría diferir. Recuerdo perfectamente la trama, unos extraterrestres animados llegan a la Tierra para intentar robarse el talento de los Looney Tunes pues querían crear un parque de diversiones en su planeta.

Tras retarse a un juego de basquetbol, los extraterrestres deciden robarle el talento a los mejores jugadores de la NBA como Patrick Ewing, Larry Johnson, Charles Barkley o Shawn Bradley sin saber que Michael Jordan estaba brevemente retirado por aquella oscura etapa del "23" en el béisbol.

El filme fue un boom. Era una de las primeras ocasiones que se utilizaba a un deportista de élite como actor protagonista, pero que además mezclaba la realidad con la ficción. A nivel mundial, pocos personajes tenían tanto simpatía, cariño y talento como el propio Michael Jordan; además, hay que agregar que para 1996, el gusto en los Estados Unidos por el futbol, el deporte más popular de planeta, no era tan grande.

Lo hecho por Jordan dejó a los estudios Warner Bros una suma de 230 millones de dólares, impacto que pudo ser aprovechado posteriormente con alguna secuela en la cual pudiera volver a participar el mejor jugador de la NBA en todos los tiempos.

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A los que en aquel entonces éramos unos niños nos ayudó a conocer mejor el basquetbol, a encontrar ídolos en la duela y a integrarnos a un mercado que vende millones de dólares. Se volvieron normales las playeras de Space Jam, los videojuegos, los VHS del filme y la Jordanmania se encumbró en lo mas alto gracias al tremendo equipo que tenían los Bulls de Chicago.

El basquetbol en la era Jordan fue la última de gran impacto por la calidad de jugadores que existían. El legado fue utilizado con Shaquille O'Neal en el apartado de los videojuegos y de la TV, y en la duela, soportado por el mejor jugador tras el retiro del 23: Kobe Bryant.

Con Jordan como leyenda, Kobe y O'Neal retirados y los Looney Tunes olvidados por los pequeños, buscarán hacer una segunda parte de Space Jam en un refrito que francamente, no parece importarle a nadie, incluso sin arrancar sus grabaciones, ya tiene críticas por su realización.

Actualmente, poco jugadores de basquetbol podrían ser un imán para alcanzar un acuerdo con una productora. Cierto es que uno de ellos es el señalado para ser el protagonista, LeBron James, sin embargo no se necesita mucha lógica para decir que el jugador de los Cavs de Cleveland está a años luz de representar una verdadera comparación a lado de Michael Jordan. Tal vez en taquilla sea un éxito y recaude más millones de dólares, sin embargo si la primera parte tuvo críticas por el impacto del filme, seguramente esta segunda versión será igualmente de criticado.

LeBron no cuenta con el carisma de Jordan y tampoco parece ser el deportista que en cuestión de logros pueda representar un impacto que traiga nuevas audiencias.

Hay historias que deben verse una vez en la vida. Películas domingueras que son buenas para pasar un rato, pero que no dan para sacarse dos veces. Parece ser que es el caso de Space Jam.