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correr no es una broma

Guía básica para correr una maratón y no acabar jodidísimo

¿Queréis correr una maratón? Os recomendamos que antes de intentarlo leáis esto: os puede prevenir de calambres, de rozadura de pezones... o incluso de estirar la pata.
Imagen vía Runners.mx

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Seguramente os haya tocado sufrir a una oleada de amigos presumiendo en las redes sociales de sus entrenamiento para correr una maratón… y no digamos ya cuando logran terminarla. Pueden pasar dos cosas: o que los admires y quieras ser tú el siguiente, o —lo más común— que sientas unas irrefrenables ansias de arrancarles la piel a tiras. No pasa nada, a todos nos ha ocurrido alguna vez.

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El tema aquí es que el llamado 'running' se ha puesto MUY de moda. Sin embargo, correr no es una banalidad. Aunque morfológicamente estemos diseñados para eso, la vida de las ciudades nos lleva a lo contrario; usamos vehículos para transportarnos y buscamos caminar lo mínimo. Obviamente, al cuerpo se le olvida y terminamos corriendo solo por deporte. Mal gestionado, o usado como mera herramienta de postureo, eso puede llegar a ser muy peligroso. Como todo el postureo, vamos, pero más aún.

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Amigos: correr no es una moda, es algo serio. Es tan serio, de hecho, que si no lo controláis puede llegar a mataros. No es broma. Y para ello, expondré un caso muy triste: el 30 de agosto, en el Maratón de la Ciudad de México, un hombre de 34 años falleció durante la carrera. Aparecieron infinitas condolencias y notas de corredores que tuvieron el —a mi juicio— poquísimo tacto de escribir que "murió haciendo lo que le gustaba". Sin embargo, nadie, quizás exceptuando el autor de este texto, se dignó a comprobar sus parciales: el hombre no tenía ninguno registrado más allá del kilómetro 21, y su último es el 35, justo a la altura de donde se desvaneció. Este pobre diablo se inscribió para correr 42 kilómetros y su cuerpo apenas le dio para 14.

Hay que decir en honor a la verdad que la tasa de mortalidad —al menos en los Estados Unidos y según un estudio de la Universidad John Hopkins— es de uno entre cada 133.000 maratonianos. Así que no nos azotemos, pero tampoco olvidemos que el riesgo existe. De cualquier manera, como sabemos que viviréis para contarlo, os vamos a advertir de lo que os va a pasar si os decidís a correr 42 kilómetros.

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Vuelvo a repetir: correr una maratón no es una moda cualquiera ni tampoco sirve para hacerse fotos de postureo. Correr de verdad es algo muy serio. Es un auténtico castigo al cuerpo. Porque cuando corremos distancias tan largas, los pies deben resistir una fuerza equivalente a tres veces nuestro peso corporal (los velocistas, hasta cinco veces). Se requieren meses de preparación física y mental para atacar una maratón. Lo primero, aunque no lo creáis, es lo más fácil; lo segundo, preparar al cerebro para una tortura, no es tan sencillo.

Veamos lo que os puede ocurrir cuando corréis una maratón:

Vuestro corazón se hará más grande

No es una metáfora y puede ser peligroso: vuestro músculo cardíaco se va a hacer más grande debido al torrente sanguíneo que tendrá que mover. Esto puede producir arritmias —latidos irregulares— que desemboquen en un infarto. Cosa seria. Por eso no hay que exponer al cuerpo a cosas para las que no esté listo.

Os van a sangrar los pezones

No, no es broma. Esta es para los hombres: el constante roce de la tela de la camiseta con el pecho durante más de cuatro horas puede provocar que los pezones sangren. Así como suena. Pero eso se soluciona: podéis poneros vaselina antes de correr o cinta adhesiva 'micropore'. Eso sí, no se os ocurra estrenar camiseta el día de la maratón: nunca uséis la que os dan el día anterior como recuerdo. Guardadla para empezar a usarla después en los entrenamientos.

De hecho, no estrenéis nada el día de la carrera… y menos aún las zapatillas deportivas, porque lo lamentaréis durante semanas.

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No se os ocurra estrenar zapatillas deportivas el mismo día del maratón porque vais a acabar con los pies bien jodidos. Imagen vía El Mundo de los Corredores.

Ojo con el agua

Resulta bastante lógico que penséis que vais a sudar un montón y que os vais a deshidratar: es cierto y por eso toda buena carrera tiene puestos de abastecimiento cada dos o tres kilómetros. Pero lo que muchos novatos no saben es que puede ocurrir exactamente lo contrario: que vuestra vida entre en riesgo por exceso de agua. Esto se llama hiponatremia y funciona así: vuestro cerebro detecta que hay niveles muy bajos de sodio en el cuerpo y los reemplaza a nivel celular con agua, por lo que las neuronas se inflaman, la materia gris crece… y como está confinada en el cráneo, corréis peligro de tener convulsiones y caer en coma.

Los factores de mayor riesgo son ingerir más de tres litros de agua durante la carrera y terminarla en más de cuatro horas; cuanto más tiempo dure la carrera, más agua se suele beber. Es muy recomendable hacerse una prueba de sudoración antes de correr una maratón.

En el pasado maratón de la Ciudad de México se atendieron a más de 2.100 personas por problemas de salud: una de ellas falleció. Imagen vía Tabasco Hoy.

Músculos y articulaciones maltrechos

Empecemos por explicar esto: cuando corréis una prueba de fondo (de 5K en adelante), en cada pisada vuestro pie recibe una fuerza equivalente al triple de vuestro peso. Así que id a vuestra báscula, multiplicad el número que os dé por tres… y luego, por las 38.000 veces que aproximadamente tocaréis el suelo. Sí, es una barbaridad.

Por si esto fuera poco, no solo los pies sufren; las articulaciones, especialmente las rodillas, también absorben parte del esfuerzo. Es por ello que sin una preparación adecuada (ojo, no he dicho intensa: he dicho adecuada), el riesgo de lesionarse es altísimo. La famosa "pared" del maratón no es más que un grito desesperado de vuestro cuerpo pidiendo paz.

Os van a bajar las defensas

Sí, os van a bajar las defensas, como en los anuncios esos de yogures con L-Casei Immunitas y demás absurdidades publicitarias. Acabáis de hacer un esfuerzo sobrehumano que ha requerido meses de preparación; seguramente habréis bajado de peso y llevaréis una vida más saludable, pero resultará que, además de la medalla de 'finisher', el premio por completar la maratón será un resfriado. No es casualidad: en los tres días posteriores a terminar los 42K, vuestras defensas estarán más bajas de lo normal. Cuidaos, atended a vuestro cuerpo y no queráis sentiros héroes con otros entrenamientos largos antes de tiempo.

Conclusión de todo este rollo: si os queréis lanzar a por los 42 kilómetros como si fuerais Fidípides salvando a Atenas, hacedlo a conciencia. Lo sano no es la carrera en sí, que en realidad es un putadón para el cuerpo: lo sano es la preparación. Si estáis dispuestos a madrugar durante seis meses para entrenar, si aceptáis comer bien y equilibrado, y si sois capaces de pasaros semanas y semanas sin salir de fiesta a lo loco… pues bien, corred el maratón: ¡os deseamos mucho éxito!