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Salud

¿Qué beneficios tiene pasar un mes sin beber?

Enero parece el mes perfecto para dejar la bebida durante una temporada, pero ¿por qué deberíamos hacerlo?

Este artículo se publicó originalmente en VICE Países Bajos.

Llega el día dos de enero y, mientras sales dando tumbos de una fiesta privada, tosiendo y esputando trocitos de algo que bien podrían ser tus pulmones o algún otro órgano vital, empiezas a tomar conciencia de que llevas un año haciendo de tu cuerpo un vertedero tóxico. Al día siguiente, empapada en sudores fríos causados por la resaca, ojeas desde la cama artículos sobre dietas purificadoras y periodos de abstinencia y decides que ha llegado el momento de aparcar la bebida durante un mes.

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Maravilloso, pero no perdamos la perspectiva y hagamos de este hecho una gran hazaña. ¡Que las embarazadas lo hacen siempre, y durante nueve meses o más! No obstante, entiendo que pueda costar: tendrás que quedarte en casa más de lo que te gustaría, ser fuerte en los momentos de debilidad y perder popularidad entre tus amigos mientras dure la abstinencia.

Pero la pregunta es: ¿por qué deberías privarte del dulce placer del alcohol durante un mes? ¿De qué sirve exactamente, aparte de para demostrar el hecho consabido de que eres mejor persona que los alcohólicos de tus amigos? Pues bien, para conocer las respuestas, he realizado una labor de investigación leyendo artículos al respecto y hablando con un psicólogo y portavoz del Instituto Jellinek para la prevención de la adicción a las drogas en Ámsterdam. De nada.

Todas las imágenes pertenecen a la serie fotográfica de Raymond van Mil y Sabine Rovers titulada 'Drinken, dutten en een punt drukken'

En 2013, catorce editores de la revista New Scientist decidieron pasar un mes sin probar el alcohol. Tras este periodo, todos se sometieron a un examen médico. Los resultados del mismo revelaron que, de media, los participantes tenían un 15 por ciento menos de grasa en el hígado y un 16 por ciento menos de glucosa en la sangre. Asimismo, todos ellos perdieron de media 1,3 kilos sin haber alterado su dieta.

Sin duda, estos argumentos son bastante convincentes para plantearse dejar de beber un tiempo, pero ahora viene lo bueno: todos los editores que participaron en el experimento afirmaron que su vida social se vio afectada negativamente por culpa de la abstinencia. Floor van Bakkum de la clínica Jellinek, me dijo: "Para muchas personas lo difícil no es dejar la bebida, sino tener que soportar los comentarios de los demás, cosas como '¡Una copita no te va a hacer daño!' o 'No estarás embarazada, ¿no?'".

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Además, parece que todo el mundo esté esperando para que sucumbas y no seas capaz de llevar a cabo tu reto. Hasta tu cuerpo te jugará malas pasadas porque querrá volver a darle a la botella. El psicólogo clínico Bart Vemer me explicó que cuando tu cuerpo está acostumbrado a que te bebas una cerveza a las cinco de la tarde, a las cuatro, el cerebro ya se está preparando para ese momento. "El hígado altera su estado y la parte de tu cerebro que piensa en el alcohol se activa y empieza a preguntarse cuándo llega el momento. Inicialmente, todos esos impulsos son químicos: tu cuerpo reacciona de cierta manera y te produce determinadas reacciones y sensaciones. Cuando dejas de beber, esas necesidades no desaparecen. Te notarás de mal humor y cansada o canalizaras esa energía en cualquier otra actividad nociva para tu cuerpo. Desde luego, pasado un tiempo, cuando tu cuerpo se da cuenta de que no le vas a dar más alcohol, esos síntomas se irán atenuando".

Pero hay algo que puedes darle al cuerpo para que deje de quejarse: descanso. "Después de tres semanas sin beber, por lo general la calidad del sueño aumenta considerablemente", afirma van Bakkum. "Si bebes un par de cervezas antes de irte a la cama, te dormirás más rápidamente, pero tendrás un sueño más ligero. Bajo los efectos del alcohol, el cuerpo no descansa lo bien que debería". Por tanto, descansar más y mejor es importante para llevar a buen puerto tu resolución, ya que la falta de sueño es desastrosa para la fuerza de voluntad, según afirma la psicóloga Kelly McGonigal, que da clases sobre la ciencia de la fuerza de voluntad en la Universidad de Stanford. La falta de sueño afecta negativamente a la parte del cerebro responsable de tomar decisiones y controlar los impulsos.

Por lo general, los efectos beneficiosos de la abstinencia empiezan a notarse al cabo de un mes: te sientes más saludable, más centrada y con mayor capacidad de memoria. Sin embargo, van Bakkum y Vemer coinciden en que esto también dependerá de las razones por las que bebes: si lo haces para olvidar, dejarlo hará que los problemas de los que pretendías huir vuelvan a agobiarte. En esos casos, dejar de beber un mes no mejorará tu salud mental, pero sí la física.

Finalmente, pregunté si había algún método para hacer el periodo de abstinencia más llevadero. Van Bakkum afirma que dejar de beber te hace ver que el alcohol está presente en muchas más situaciones de las que una piensa, y recomienda pensar en esas situaciones previamente y prepararse para cuando lleguen. "Es mejor adelantarse y tener pensado qué vas a beber en esos casos o qué vas a decir para declinar una invitación a una copa. Incluso podrías plantearte el no ir, si no supone un gran problema". Otra estratagema útil es arrastrar a los demás a tu abismo de aridez. "Si más gente lo hace, te ahorras el tener que justificarte constantemente. Hay gente que incluso recurre a grupos de WhatsApp cuando lo está pasando mal".

Ha quedado claro que dejar de beber durante un mes mejorará nuestra salud física y mental, pero la pregunta es si resultará igual de beneficioso si vas a volver a beber pasado ese tiempo. En cualquier caso, siempre te quedará la satisfacción moral de haber logrado lo que te proponías y de ser mejor persona que el resto. Bueno, mejor que las mujeres embarazadas, no.

Traducción por Mario Abad.