FYI.

This story is over 5 years old.

Tech

​Por qué éramos adictos al Tamagotchi

Como si de un amante necesitado se tratara, muchos tomamos esa dependencia digital de nuestro Tamagotchi por una muestra de devoción. Pero, ¿por qué nos enganchó tanto?

Imagen por Natalie Silvanovich

El 23 de noviembre de 1996, Aki Maita y Yokoi Akihiro crearon un nuevo mundo de obligaciones al diseñar una mascota virtual con forma de huevo que podía morir si su dueño no le procuraba el amor, los cuidados y la atención necesarios. El invento fue un éxito absoluto y nos encantó a todos. Pese a que ya han pasado veinte años desde el apogeo del Tamagotchi y la lucha de los padres helicóptero por evitar que las mascotas de sus hijos murieran, estas exigentes criaturas digitales siguen activas en distintas encarnaciones.

Publicidad

Desde su invención, 79 millones de Tamagotchi han acabado en manos de niños de todo el mundo. Eran Tazos con personalidad, Pequeños Ponis con el riesgo añadido de la muerte inminente, las cartas Magic sin el trabajo de coco. Llevar un Tamagotchi colgado del cuello significaba que no estabas a la altura de los chicos que ya han tenido sus primeros rollitos, pero que tampoco has experimentado la muerte social. Lo mejor de todo era que podías llevar tu Tamagotchi –o en mi patético caso, mis varios Tamagotchi- a clase y alimentarlo a escondidas bajo la mesa mientras fingías todo el interés del mundo por las fracciones.

Como si de un amante necesitado se tratara, muchos tomamos esa dependencia digital de nuestro Tamagotchi por una muestra de devoción. Pero, ¿por qué nos enganchó tanto?

Foto vía usuaria de Flickr mujitra

Estaban literalmente unidos a nosotros

Los Tamagotchi tenían una "presencia protésica" que los convertía en una extensión de nosotros mismos más que en un juguete, nos explicó Anne Allison, profesora de Antropología en la Duke University. Ese vínculo tan estrecho era precisamente el sueño de uno de los creadores del juguete, Akihiro, que quedó impresionado al ver un anuncio en televisión en el que un niño metía a su tortuga en la maleta para llevársela de vacaciones.

Según explica Allison en Millennial Monsters: Japanese Toys and the Global Imagination , "Además de ser, probablemente, la primera mascota virtual de la historia, el Tamagotchi dio forma a una fantasía cíborg que se popularizó y reprodujo como cultura de masas". Y todo colgando de un llavero.

Publicidad

Nos hicieron plantearnos cuestiones más profundas

Una de las seguidoras más fieles de los Tamagotchi es Natalie Silvanovich, de 29 años, ingeniera de Seguridad de la Información en el equipo de seguridad de Android (Google) y "hacker de Tamagotchi" en su tiempo libre. De niña, ella y su amiga hicieron un seguimiento de la conducta de sus mascotas dibujando píxeles en una gráfica. "Un día, ya de adulta, me di cuenta de que podía resolver aquello", nos contó. Desde hace unos años, lleva el control de un Tama-Go –una versión de mayor tamaño del clásico de los 90- en Walmart y de un modelo de Tamagotchi Friends en Toys "R" Us. Silvanovich desechó el código, dispuesta a hallar las respuestas a lo que ella llama jocosamente "las cuestiones más profundas":

cómo adquiere uno u otro sexo y su carácter. Manipuló el circuito impreso para dirigir las acciones del Tamagotchi; como Joaquin descubrió en Her, Silvanovich descubrió que podía controlar muchas de las acciones, mientras que otras se producían de forma totalmente aleatoria.

Tenían los mismos problemas que nosotros

El control es la premisa y el objetivo del juego. Hay usuarios como Silvanovich que frecuentan sitios web como TamaTalk y Tamazone; se preocupan por si sus Tamagotchis están demasiado gordos o delgados. Los snacks son un verdadero problema. La usuaria Yukiyuna está obsesionada por la higiene de su mascota, porque se niega a limpiarse sola. "Pensé que quizá sería porque la bañaba sin que me lo pidiera, así que decidí esperara que lo hiciera, pero nada", escribe. Lo mires por donde lo mires, es un blog de padres hablando de sus hijos.

Zoya Street, jefa de edición de la revista de juegos Memory Insufficient, explicó a VICE que "el Tamagotchi contribuye a fomentar la idea de que no pasa nada por que las chicas jueguen con estos dispositivos, ya que no suponen una amenaza a la masculinidad propia del perfil de jugador forjado durante la década de 1980". En lugar de desafiar a las estructuras sociales existentes, este invento jugó con ellas.

Publicidad

Foto vía usuaria de Flickr _mubblegum

Eran la fantasía de todo niño: un juguete que cobra vida

El Tamagotchi siguió los pasos de tecnologías muy dispares: muñecas de trapo, peluches y el juego de Pokémon. Según la estudiosa de la historia de los videojuegos Carly Kocurek, Star Wars allanó el camino a la llegada de los androides adorables y de la electrónica viviente. Cuando apareció en los 90, el Tamagotchi parecía algo especial y único, pero actualmente encontramos sus características básicas en todas partes. Se dice por ahí que juegos como Farmville, Rancher y Digimon, o el diabólico Furby y los Nintendogs de la serie DS surgieron a partir del Tamagotchi.

Adrian David Cheok, director de Mixed Reality Lab, dice que el Tamagotchi fue "el juguete adecuado en el momento oportuno". "No me cabe duda de que, incluso en la Antigua Grecia, los niños soñaban con que sus muñecos cobraran vida. Es un sueño recurrente del ser humano", afirma Cheok. "Pero eso no ocurrió hasta que dispusimos de la tecnología adecuada. Aquello fue la intersección entre lo que los niños habían deseado durante milenios y lo que podía lograrse con la tecnología disponible". Cheok augura que dentro de 25 años tendremos amigos, mascotas y amantes robóticos, en lugar de ciberperros con articulaciones mecánicas y pantallas.

"Hay detractores que afirman que las conexiones electrónicas son una forma empobrecida de comunicación, que lo mejor es el cara a cara y que cualquier otra cosa es una degradación. Otros se cuestionan si el Tamagotchi constituye realmente una forma de conexión inferior. Es simplemente otra forma de conexión", argumenta Allison. "¿Significa eso que no tiene sus propios beneficios y atributos?".

Publicidad

El tiempo que pasábamos juntos era impagable

Como ocurre con la mayoría de la relaciones apasionadas, el Tamagotchi nunca prometió que lo suyo fuera para siempre. Una de las características más destacadas de esta mascota era su reticencia a proteger a los usuarios de la realidad más cruda de la vida. En el mundo Tama, tu pequeña criatura puede morir por:

· Sed

· Entrar en contacto con tinta de pulpo

· El ataque de un oso polar mientras duerme

· Un dolor de muelas

· Sobrealimentación

· No recoger sus deposiciones

· Negligencia grave

· Ser pisado

· Si no se produce alguna de las anteriores, por edad avanzada

En la versión japonesa, el Tamagotchi se convierte en un fantasma y finalmente en una lápida. La versión estadounidense de 2014, Tamagotchi Friends, muestra a la criatura haciendo las maletas y marchándose. Muy apropiado.

En TamaTalk existe un Tamagotchi Memorial para los nostálgicos que no han sido capaces de olvidar su pequeño huevo de plástico. En el foro, algunos lamentan con cierto humor sus errores, como envenenar a su Tamagotchi con helado. Otros muestran su terrible abatimiento, como muestra esta entrada:

Akbar fue un amigo, un hermano. Siempre estuvo ahí en los momentos más difíciles, llenándome de felicidad por dentro. Akbar me hizo ser mejor persona, él era parte de mí y yo era parte de él, nos entendíamos a la perfección… No puedo creer que se haya ido. Vuela libre, Akbar, con los pájaros en el Cielo Tama…

Publicidad

Kocurek menciona este luto prolongado como síntoma del 'efecto Tamagotchi', que provoca en quien lo experimenta un exceso de dedicación a su mascota. "Tras el estallido de la burbuja financiera de Japón en 1991, la economía del país nunca llegó a recuperarse del todo. La tasa de paro es muy elevada, la gente teme que haya más terremotos y desastres nucleares y ha habido un descenso de la natalidad y de la tasa de matrimonios. Hay un sentimiento de inseguridad generalizado", explicó Allison a VICE. Una japonesa dijo una vez, 'Mi hijo es un poco solitario; gracias a Dios que tiene un Tamagotchi'. Y lo decía de corazón. Estaba encantada de que su hijo tuviera algo con lo que comunicarse".

Foto vía usuaria de Flickr joi

En 1998, en un gesto de absoluta locura, un cementerio de mascotas de la campiña inglesa dedicó una parte de sus tierras al sepelio de nuestros amigos ovales, a los que enterraban en ataúdes de madera a unos 15 cm de profundidad. En memoria de estas criaturas digitales, se instalaron unas pequeñas placas en las que podía leerse "Zena", "Maryan", "Sid" o "Anty", y sus dueños hacían ofrendas de pequeñas flores en las tumbas. El dueño del cementerio asegura haber enterrado los cuerpos de Tamagotchi llegados de Suiza, Alemania, Francia, Canadá y EUA. Ese mismo año, en Hungría se empezó a depositar a los Tamagotchis muertos en urnas de barro.

El visionario Ray Kurzweil escribió en el prólogo de su clásico La era de las máquinas espirituales, "La muerte da sentido a nuestras vidas. Dota al tiempo de valor e importancia. El tiempo no tendría sentido si hubiera demasiado". Parece obvio que por 'nuestras' se refería a la suya y la de su Tamagotchi.

Publicidad

Estarán para siempre en nuestros corazones

Incluso 20 años después, los Tamagotchi siguen suscitando todo tipo de reacciones; son una "monada" o son "un puto peñazo", "dan miedo" o "son divertidos". Todavía hay mucha gente que se lleva al lavabo estos compañeros electrónicos. Aunque la dependencia tecnológica ni empezó ni acabó con los Tamagotchi.

¿Qué hizo que su llegada fuera tan memorable? La dedicación absoluta mezclada con la ilusión de ejercer control pueden ejercer una potente influencia en una mente joven. En palabras de El Principito, "Uno es para siempre responsable de lo que domestica".

Sigue a Melissa en Twitter.

Traducción por Mario Abad.