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Cultură

Felipe Bedoya, artista y cirujano gráfico

Hablamos con Felipe sobre su evolución creativa, su reciente participación como artista y asesor invitado al concurso ZX Flux de Adidas en Chile, el arte callejero y sobre cómo el artista sobrevive en la era del caos y la inmediatez.

Felipe Bedoya. Fotografía por Julio C. Londoño A.

Hace algunos años apareció en Cali un estudiante de Bellas Artes con unas ilustraciones agresivas que recreaban un universo oscilante entre lo tierno y lo macabro. En ese entonces se lo encargó como representante del movimiento lowbrow en Colombia, esa especie de escuela artística pop surrealista que se puso de moda en los 70 en California y que ha permanecido vigente hasta la era digital.

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No es de extrañar que Felipe Bedoya haya ideado ese coctel explosivo que es su estética, lo "infantil para adultos" como la define, si se tiene en cuenta que está dibujando desde chiquito, influenciado fuertemente por la cultura popular, las revistas y la televisión. Su trabajo está basado en una constante y juiciosa observación de lo que lo rodea: la música, los movimientos, las actitudes de las personas, "mirar un poquito más allá de lo que es o de lo que tratan de ser".

Desde esos primeros años en Cali, Felipe no ha parado de explorar técnicas y estéticas, sin casarse con alguna en específico y sin anclarse en la comodidad de pensar que ya posee un estilo propio. A diferencia de muchos otros ilustradores que se engoman con las herramientas digitales, Felipe las combina con técnicas como el óleo, el acrílico y las tintas.

El lowbrow de Felipe hace algunos años. Imágenes vía.

Además de dedicarse a la creación artística, Felipe Bedoya dicta talleres y abre puertas para que otros artistas colombianos difundan su trabajo. Hace dos años realizó la exposición Los Visitantes en México, en la que reunió a 36 artistas nacionales en el DF. Luego, junto a cinco artistas argentinos y cinco colombianos, realizó En Cruce, una muestra colectiva de ilustraciones para compartir estilos y estéticas. Con el proyecto 4 Ángulos, un espacio itinerante, colectivo y autogestionado para la exhibición de artistas y marcas independientes, fue nominado al Lápiz de Acero.

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En esa constante exploración y evolución, se ha convertido en un cirujano gráfico, y ha logrado madurar las imágenes infantiles de sus primeros dibujos; ahora su apuesta es la de generar un lenguaje entre lo real y lo imaginario.

Al igual que él, las niñas macabras de ojos enormes de sus primeros dibujos han crecido. Los ojos y el rostro femenino siguen siendo un elemento recurrente en su obra, pero ahora su trabajo se centra en deconstruir las referencias estéticas que ha explorado. Deformando las proporciones de los rostros, enfrenta al espectador de su obra a esa delgada línea entre lo real y lo idealizado.

Hablamos con Felipe sobre su evolución creativa, su reciente participación como artista y asesor invitado al concurso ZX Flux de Adidas en Chile, el arte callejero y sobre cómo el artista sobrevive en la era del caos y la inmediatez.

Fotografía por Christina Gómez.

VICE: Hola Felipe, ¿qué era todo ese cuento del lowbrow y cómo ha evolucionado su trabajo desde entonces?

Felipe Bedoya: El lowbrow ya no lo manejo, eso fue cuando empecé, partiendo de la universidad, fue el primer estilo que generé. Era como una subcultura de todo un movimiento que había en las redes sociales e internet. Estaba despertando mucho en la gente que no tenía relación puntual con las bellas artes, sino con carreras afines como el diseño gráfico, la arquitectura y la fotografía. Todo esto se estaba ligando a una nueva expresión, con la que me identificaba. Ahora ya hay un boom de muchas más expresiones.

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En el transcurso del tiempo he tenido varios estilos. No me quedo pegado a uno porque todo el tiempo estoy en una constante evolución, en una madurez no solamente como artista sino como persona. De alguna manera eso está conectado: el ser y el hacer. Y en esa evolución todo el tiempo está la inquietud, las ganas de explorar otras cosas y de salirme de la zona de confort. Gracias a eso he aprendido y he estado en una cantidad de disciplinas que me han aportado muchísimo, desde el maquillaje hasta la fotografía, que han intervenido muchísimo en mi trabajo.

Arte de Felipe Bedoya. Modelo: Catalina García (Madame Periné). Foto vía.

Pero me imagino que en esa constante evolución habrá algo que permanezca.

Tengo cierta fijación por los ojos, para mí los ojos son ese punto de tensión muy significativo, que genera una expresión y un sentimiento muy puntual. Eso ha estado latente. Antes utilizaba siempre niñas, la verdad no he descubierto por qué. Las mujeres son como el tótem de mi trabajo. Las de antes, las del lowbrow, eran niñas como de cinco o seis años, tocaba mucho esa estética infantil para adultos, los temas eran un poco densos, como de jugar un poquito con esa inocencia que de alguna manera genera perversión en los niños. Esa inocencia de no saber controlar los actos. Me tocó vivir mucho tiempo con mi hermanito y vi muchísimas actitudes de cómo se relacionaba con los amigos, todo eso fue el punto de partida del trabajo. Las niñas se veían como las víctimas, pero eran las que generaban esos juegos inconscientes.

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Esas niñas empezaron a madurar, como también yo fui madurando. Y así como crecieron, maduraron sus pensamientos, sus acciones, lo que hacían. Pero hay una conexión desde el trabajo anterior hasta ahora. La parte técnica cambia, pero esa conexión está muy ligada a mi vida. Las niñas de ahora son un poco más maduras, son más realistas, tienen una sensación entre lo real y lo imaginario que es el punto de tensión al que quiero moverme para generar esa incomodidad en el espectador.

Felipe es un artista que amalgama lo digital y lo análogo. ¿Como artista e ilustrador cómo ve las herramientas digitales?

Creo que la parte digital es una herramienta, siempre lo he considerado así. Pero ha vuelto perezosa a esta generación, porque no la deja pensar. Estamos viviendo en una era en que todo está en la inmediatez, todo es para ya. Entonces no hay un trasfondo, sino una buena técnica y un desarrollo de técnica. La parte digital te permite hacer una cantidad de cosas y sorprender, todo lo que genera un impacto en internet básicamente se traduce en likes y te buscan las marcas. Los creativos están ligados a la imagen y a la inmediatez y a las técnicas digitales que permiten generar eso.

Gaga Palenquera en proceso. Imagen vía.

¿Cree que la gente se casa mucho con las fórmulas que facilitan lo digital?

He visto una cantidad de artistas, que para mí no son artistas, sino personas que están empezando, que consideran que ya tienen un estilo. La parte del estilo es como entrar en una zona de confort, que no te deja pensar, no te deja explorar más. Yo he entrado en muchos estilos y me he tratado de salir porque digo que aún no estoy listo. Soy un aprendiz y considero que todo el tiempo uno está aprendiendo y alimentándose. Por eso también separé mucho la parte personal de la parte comercial. Yo no puedo tocar mi parte personal y tratarla de acoplar a una marca o al revés. Lo que hace la parte comercial es ayudarme a investigar y explorar una cantidad de campos y de técnicas que yo jamás había tocado, para cumplir el problema puntual que se necesita para la marca. Las cosas que aprendo ahí las acoplo a ese lado personal, que es un lado donde estoy más tranquilo, lo hago para mí y no tengo como una pretensión puntal.

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Cuando uno le trabaja a alguien, a una agencia, eso es sobrevivir. Esa parte de vivir a mí me parece super clave, porque uno es el propio jefe de su trabajo y fuera de eso hace lo que quiere e involucra a otras personas, entonces digamos que no termina siendo un trabajo sino algo cotidiano, que no sentís que tenés que hacer, sino que querés hacerlo. Es una manera de vivir sin tanta presión, por así decirlo.

Felipe, hace poco fuiste invitado por Adidas para el intercambio de artistas y asesoraste los trabajos del ZX Flux de Adidas en Chile, ¿qué tal las propuestas?

Los tres ganadores eran totalmente diferentes. Había un chica que hizo unos caleidoscopios en el parque del Museo de Arte Moderno, para que la gente interactuara un poquito viendo y cambiando la dinámica de la ciudad en cierto aspecto, donde apuntaban se veían todas las vueltas y estas formas raras. La otra propuesta proyectaba unos ojos gigantes sobre el museo, en mapping, era como si el museo despertara en la noche. El tercer chico era una apuesta más gráfica, quería mostrar las cordilleras con mucho color, ponerlas sobre un puente en el que se veían las cordilleras al fondo.

Intervención mural de Felipe Bedoya. Foto vía.

¿Por qué es importante todo esto del arte en las calles?

Yo creo que hace parte de la cultura de ahora, es muy fuerte. De alguna manera cambia esa monotonía de la ciudad, esa dinámica de lecturabilidad que tiene la ciudad. Sea un no me gusta o un me gusta, ya le estás cambiando ese pequeño fragmento de ciudad a esa persona que solamente coge el Transmilenio para ir al trabajo, se devuelve y todos los días es lo mismo. Que de repente en la calle te encuentres un muro lleno de color en una ciudad gris como Bogotá, eso ya aporta muchísimo. Hace que la ciudad tenga otra dinámica, que tenga colores. Son elementos que no siempre tienen relación con la parte comercial, sino que es una forma de expresión y de libertad que tiene el individuo para referirse a la ciudad, para que el público lo vea saber que en algo lo va afectar.

Pero si viene desde lo comercial, tampoco está mal. Ahora mismo las marcas están entendiendo que no es tanto mostrar el producto como tal, sino que hay muchas otras maneras de llegar a los jóvenes y poner un producto que les interesa. Independientemente de si la gente tiene contacto con el arte, este tipo de expresión le va a generar un impacto de alguna manera, sea positivo o negativo. Eso es lo importante.

Felipe hará parte de la agenda académica de la galería Adidas #zxflux Bogotá, que tendrá lugar el próximo jueves 16 y viernes 17 de octubre en Cine Tonalá, donde estará hablando sobre graffiti, arte cotidiano y la ciudad, junto a Camilo Gordillo, Jose Sabate (PEZ) y Gabriel Sabogal (ARK).

Puedes seguir el trabajo de Felipe en Facebook.