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Cultură

El programa del espacio de África del este

El Dr. Paul Baki y varios observadores de estrellas

Cuando piensas en “países punteros en la exploración del espacio profundo,” el primer lugar que viene a la mente no es Kenia. Pero aquí, en el este de África, hay un científico/pionero del espacio; su nombre es Dr. Paul Baki, y ve cosas brillantes en el futuro de la astronomía en el mundo desarrollado.

Todo esto arrancó cuando empecé a preguntarme por la posibilidad de vida en otros planetas (ahora me explico, un momento). Aunque puede que esto os sorprenda, los de NASA estaban demasiado ocupados para hacer una entrevista, así que miré más allá y encontré a Dr. Baki.

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El Dr. Baki recuerda cuando Kenia lanzó su primer satélite, Uhuru (que significa “libertad”) desde Malindi en 1970. Aquella fue la primera misión orbital de la historia dedicada exclusivamente a investigar los rayos x celestiales. Se esperaba mucho de los datos recogidos, pero “en todos esos años, nadie aquí usó esos datos,” dijo Dr. Baki. “Mucha gente obtuvo su licenciatura gracias a ese satélite, pero no los kenianos”.

Después del Uhuru, la ciencia espacial en Kenia se paralizó. El Dr. Baki decidió entonces impulsar el movimiento contemporáneo astronómico del país.

Fundó el primer programa de astronomía en la Universidad de Nairobi en 2008, un programa que ahora tiene unos 50 estudiantes. También trabaja en la Universidad Politécnica de Kenia como director del departamento de ciencias aplicadas, desde donde intenta despertar algún interés.

“Hay una larga tradición de mirar estrellas en Kenia, pero no existe un gran conocimiento científico,” dijo.

La nebulosa Laguna, fotografiada por el South África Large Telescope, alias SALT

Desafortunadamente, el trabajo del Dr. Baki en Kenia incluye repartir telescopios donados a universidades que nunca los van a utilizar, y dar esquinazo a las hienas mientras mira las estrellas en Masai Mara. Ahora bien, las cosas podrían ser muy diferentes de aquí a un año.

Kenia forma parte de una alianza africana de ciencias espaciales que actualmente está en vías de construir el radiotelescopio más grande del mundo. El llamado Square Kilometre Array (o SKA), cubriría ocho países africanos, recogiendo datos desde Sudáfrica hasta Mauricio.

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Kevin Govender es el director de la recientemente inaugurada Oficina de Astronomía para el Desarrollo en Sudáfrica, una rama de la Sociedad Astronómica Internacional. Govender confía en que África gane a Australia en la competición por albergar el telescopio, sobre todo porque seria uno de los proyectos científicos más increíbles del mundo.

“La idea del Square Kilometer Array consiste, básicamente, en construir el radiotelescopio más grande humanamente posible”, dijo.

La radioastronomía llega mucho más allá que los telescopios ópticos. Si apreciamos la luz tal y como lo hacemos es porque nuestros ojos captan longitudes de onda especificas. Si el ojo humano captara más longitudes de onda, como la infrarroja o la ultravioleta, podríamos añadir nuevos colores al arco iris. Esto es bastante básico. Las ondas de radio son otro tipo de longitud de onda: invisibles para los humanos, pero llenas de información sobre lo que existe más allá de nuestro universo. Si construimos algo que las pueda captar, y las seguimos desde lejos, lo más probable es que sea muy revelador. Esto también es básico, ¿no?

“Todas estas longitudes de ondas nos llegan desde objetos astronómicos, así que para poder reunir toda la información posible, tenemos que usar instrumentos diferentes. La bueno de las ondas de radio es que viajan a través de muchos objetos y contienen mucha información. Lo que quizá no se vea en óptica, se verá en radio,” dijo Govender.

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Kevin Govender enseñando un programa de alcance a niños en Sudáfrica. Govender quiere que los niños se interesen para el espacio a temprana edad, y a través de medios con más sustancia que la película Cowboys vs. Aliens.

La idea que sostiene la construcción de este masivo telescopio multinacional es la de que, usando varias antenas parabólicas (o “platos”) enormes repartidas por todo el continente, los científicos podrían recoger cantidades enormes de luz; tanta, que sería casi como retroceder en el tiempo.

Algunas estrellas están tan lejos que la luz que emiten tarda millones, billones de años en llegar a la tierra. Algunas de las estrellas que se ven en el cielo se extinguieron hace ya mucho, pero la luz que emitieron viajar desde tan lejos que aún las vemos por la noche.

Los científicos pueden observar la luz y averiguar cómo las estrellas viven y mueren, investigar el Big Bang y, quizá, llegar al fondo de la cuestión de la “materia oscura”.

Mediante el mismo concepto de la “estrella extinguida que aún sigue brillando”, los científicos creen que pueden reunir información sobre cómo fueron los cuerpos celestiales hace millones de años. Es decir, que si el Square Kilometre Array se instala en África, Govender y el Dr. Baki estarán estudiando los orígenes del universo.

Foto de SALT de algo que se llama 47 Tucan.

Con el SKA en África no sólo conoceríamos los secretos de dios: el Dr. Baki dice que también ve la astronomía como una herramienta de desarrollo social en Kenia y el África subsahariana, ya que la observación de satélite podría asimismo servir para que Kenia se monitorizase a sí misma. Además de buscar vida en otros planetas, si se sofisticara lo suficiente también se podría usar para analizar patrones climáticos. O situaciones de violencia terrible. Como Google Street View, solo que… más.

El Dr. Baki pretende disponer de un departamento de ciencias espaciales en la Universidad Politécnica de Kenia a partir del finales del año que viene. Él y Govender sabrán el destino del Square Kilometre Array de aquí a un mes. Si todo sigue por buen camino, dice el Dr. Baki, “este proyecto verá desarrollos enormes en infraestructura, en entrenamiento y educación, en recopilación de datos. Estaríamos entrenando a ingenieros y creando cientos de puestos de trabajo. Y, aún más importante, despertaría el interés por las matemáticas y la ciencia en todo el país, algo vital para el futuro de Kenia.”

¡Hasta el infinito y más allá! (Lo siento. He estado esperando casi mil palabras para decirlo).