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historia

Preguntas que nos hacemos sobre el pajero de Pompeya

Hay cosas que no pueden esperar.
Fotos y foto de portada vía el Instagram de pompeii_parco_archeologico y Wikimedia Commons

Ir al Parque Nacional del Vesubio a ver los muertos esos de Pompeya en posiciones raras y no hacerle una foto al "pajero" mítico es como ir a cagar y prescindir de la obligada limpieza de ano; coger y largarte a currar sin más, sin ningún tipo de problema. Es entonces ineludible hacer un comentario jocoso y una foto al tipo que parece que se masturbe en Pompeya. Todo el mundo lo hace, todo el mundo se cree original y gracioso.

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Por si esto que digo no os suena de nada, tenéis que saber que en Pompeya hay como muchos cuerpos de personas que quedaron enterrados en lava o yo qué sé qué y que están como carbonizados en posiciones extrañas; posiciones cercanas a las que tenían en el momento de su muerte. El asunto es bastante siniestro en general, quiero decir, es gente muerta por todas partes retorciéndose. Y ahí van niños. Y no pasa nada.

En fin. Entre todos estos cuerpos está el de un tipo que parece estar tumbado con la mano en sus genitales y, claro, todo el mundo tiene la genial idea de comentar que este tipo "se está cascando una buena pajuni". Foto al canto y unas risas. Risas proporcionadas por un muerto que murió sufriendo una de las peores torturas existentes: ser enterrado en lava.

Este es el tipo y esta es la foto:

El caso es que el pasado nueve de junio el área arqueológica de Pompeya publicó esta foto que veis más arriba y, claro, la imagen se viralizó e internet estalló en un elaborado y necesario debate sobre si este individuo se estaba masturbando o no mientras el volcán destruía su querida ciudad y su estimada vida.

Aquí, en todo este asunto, hay varias cosas que debemos tener en cuenta.

PRIMERO: CUANDO SE VIRALIZA ALGO DE HACE CASI 2.000 AÑOS

La idea de que una imagen nuestra pueda llegar a viralizarse y a cambiar de significado al cabo de muchos años es estremecedora. Este tipo de Pompeya se quedó en esta posición hace 1.938 años y no ha sido hasta ahora que se ha popularizado brutalmente su retrato. Es un muerto que no se entera de nada que, de repente, es "polémica en internet". El tío fliparía al ver que personas con ropa rara que vive en ciudades como metálicas sin cielo están observándolo tumbado en su casa y encima se piensan que se está masturbando como un loco justo antes de morir (solo los dioses saben por qué), cuando realmente solo estaba ahí de chillin' tomándose una Fanta de uvas (o lo que fuera que bebiesen los romanos).

Intentad recordar todas las fotos de mierda que tenéis —comiendo gambas con los dedos, meando en un contenedor, poniéndote la zapatilla del pie derecho en el pie izquierdo y la del pie izquierdo en el derecho— e imaginad que dentro de 2.000 años, una nueva civilización —probablemente más estúpida que la vuestra— la rescate y le dé la vuelta para otorgarle otro sentido. De comer gambas pasarás a estar comiendo dedos de bebé. De mear en un contenedor pasarás a estar a punto de penetrar un cubo de plástico. De hacer una broma con las zapatillas pasarás a ser un engendro deforme del lamentable y prescindible siglo XXI. ¿Pilláis lo que quiero decir, no? En fin, id con cuidado con las fotitos que os hacéis cada 20 segundos con el móvil.

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SEGUNDO: EN POMPEYA LA GENTE SE MASTURBABA

Pese a lo improbable de que se esté masturbando, debemos tener en cuenta de que Pompeya y toda la Antigua Roma eran un lugares bastante sexualizados. En fin, que en Pompeya había un (o quizás varios) lupanar —que vendría a ser un prostíbulo—; había símbolos de pollas —el patriarcado— por todas partes, esculpidos sobre los dinteles, en los hornos de pan, tallados en la calzada, usados como campanillas para puertas o como veletas; y grafitis de contenido sexual como Secundus felator rarus (Secundus la chupa con poca frecuencia) o Et quiscripit felat (el que escribió esto la chupa). En fin, que los tíos estaban montados en el tren del sexo, así que no sería improbable encontrar a gente follando o masturbándose entre las víctimas del Vesubio.

TERCERO: LA FOTO, LAS PRUEBAS

Si bien la lava y todo lo que pasó ahí pudo alterar la posición final de los cuerpos, me parece maravilloso que se piense que las ganas de masturbarse de alguien sean tan fuertes como para ignorar la muerte. Que alguien tenga tanta fuerza de voluntad como para ignorar esa lava que está rodeando su cuerpo mientras se masturba muy concentrado. El dolor que provoca la lava ardiendo siendo contrarrestado por el placer que genera la masturbación.

Es que, es más, puede que fuera una técnica para morir sin sufrimiento: generar placer para anular el dolor y así dejar el barómetro a cero, en el punto de inicio. "Mierda, la lava está comiéndose mi piernas, voy a masturbarme un poco más para que no me duela tanto". Parece tener sentido.

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A partir de ahora, acuñemos el término "pajapeya": toda ese acto masturbatorio ejecutado en condiciones imposibles. Ese momento en el que la fuerza de la masturbación puede más que cualquier otra fuerza en este universo; más que la gravedad, más que el amor, más que la muerte.

Observemos la foto para deducir si el tipo está masturbándose ante la muerte.

Nadie se pone la mano en los genitales a menos que sea para masturbarse. ¿Y qué pasa cuando meas? Si bueno, yo siempre me hago un "final feliz" después de miccionar, es normal, ¿no? A veces es agotador, pero es normal. El caso es que esta persona de la foto, sea hombre o mujer, es un gran masturbador.

¿No veis cómo el tipo tiene incluso un papel preparado ahí en la pierna para cuando "el trabajo esté hecho"? El tipo es un ser muy responsable, alguien muy preocupado por limpiarse pese a que está en un punto tangencial con la muerte.

El tipo se compró el mítico apoyador de brazo para pajas. Un producto que descubrí hace poco que antes solo vendían en sex-shops pero que ahora ya hay en el Tiger. La verdad es que es muy ergonómico y hace que cada sesión masturbatoria sea distinta de las demás. No recuerdo su nombre comercial pero si me viene a la cabeza ya os lo comunicaré. También puede que lo haya soñado o dibujado en un papel durante una de esas sesiones que hago en las que me quemo veneno de sapo en la pierna. En todo caso, si el invento no existe, tendría que empezar a hablar con un diseñador industrial para comercializarlo.

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La posición del "4" es la que todo experto recomienda para las labores de autogestión sexual. No estamos delante de un aficionado, este individuo es un auténtico connoisseur. Esta posición estimula la circulación basal hacia los genitales y tensa los tejidos del clítoris y de la próstata. Lo dicen los "científicos" con los que me codeo los viernes por la noche y a los que tengo que invitar a cubatas de Larios solo y sin hielo.

Está claro que el tipo estaba mirando "algo" que le excitaba sexualmente. ¿Una tele con una porno? ¿Un esclavo o esclava en pelotas? ¿Gente haciendo el amor? ¿Una ciudad en llamas por culpa de la erupción de un volcán? En todo caso, detrás de la puerta, en esa habitación, HAY ALGO que le gusta.

CUARTO: ¿QUÉ DESTRUYÓ POMPEYA, REALMENTE?

Porque, y aquí ya me lanzo con mi hipótesis, ¿y si todo esto del Vesubio es un timo? ¿Y si allí no estalló ningún volcán? ¿Y si lo que provocó el desastre fuera, precisamente, este tipo? ¿Y si esta gente no está cubierta de lava seca (o lo que sea, a estas alturas no voy a ponerme a googlear qué es esa costra) sino de semen seco?

Todo eso del volcán no es más que una metáfora sutil de la paja más destructiva de la historia de la humanidad. Fue como un "volcán en erupción", dijeron los que vivían cerca de Pompeya y vieron el desastre. Ese tipo que sale en la foto que todo el mundo hace cuando visitan el Parque Nacional del Vesubio es el origen de la catástrofe de Pompeya, la fuente original de la muerte. El proveedor de muerte que se falleció a sí mismo y a tantos otros. Una ciudad asediada por el resultada de la paja definitiva. El Big Bang del onanismo.