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Elecciones 2019

Trabajadoras sexuales españolas nos cuentan a quién van a votar el 28 de abril

“Cualquier partido que intente decir a una mujer cómo usar su cuerpo es machista".
TC
ilustración de Teresa Cano
voto trabajadoras sexuales españolas 28 de abril
Ilustración por Teresa Cano

A pocos días de las elecciones generales la mayoría del electorado ha decidido ya a quién cederá su voto para que le represente en el gobierno. Este año han sido varios los partidos políticos que se han pronunciado más taxativamente sobre temas como el trabajo sexual.

Ciudadanos, que antaño estaba en una especie de limbo y según lo que les convenía declaraban a favor en contra de la regulación, finalmente se han proclamado partidarios a la regularización de la prostitución y también de otros temas como la gestación subrogada.

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El Partido Socialista, en cambio, ya anunciaron en la anterior legislatura multas para los proxenetas y los puteros, para acabar según dicen, con la trata de mujeres. El Partido Popular, para sorpresa de algunas, se ha declarado abolicionista bajo el argumento: "ninguna mujer que ejerce la prostitución desea el ejercicio de esta actividad para sus hijas".

VOX, también rechaza cualquier propuesta de legalizar la prostitución. El único partido que aún tiene discrepancias internas respecto el tema es Podemos. Por un lado, históricamente Izquierda Unida ha sido abolicionista, por otro, han aparecido nuevas posturas regulacionistas como las que presentó Teresa Rodríguez en las elecciones andaluzas, en las que proponía medidas para proteger a las trabajadoras sexuales pero no planteaba la abolición del fenómeno.


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Cuando le propongo a Laura* participar me dice que es muy buena idea sacar el tema. Ella se define como feminista prosex, es decir se centra en la idea de que la libertad sexual es un componente esencial de la libertad de las mujeres. Laura cree que el principal problema es el desconocimiento: “ni las prostitutas son los mismo que las víctimas de trata, ni los porcentajes respecto al número de las susodichas es el correcto”, dice.

Laura dice que se ha demostrado con fuentes (y desde varios colectivos de putas no paran de repetirlo) que las víctimas de trata en el sector representan el 14%. Por otro lado dice que “la regulación de la que tanto hablan y pretenden hacer sin tener en cuenta a las prostitutas es abusiva y precaria”, nos dice. También asegura que la abolición solo contribuiría a la criminalización y conseguiría magnificar el estigma y por lo tanto empeorar las condiciones de trabajo.

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“Casi todo el mundo consume algún tipo de trabajo sexual, por lo tanto, no va a desaparecer por mucha abolición que se aplique”; explica: “El mundo de los shows eróticos, por ejemplo, (a los que también se dedica Laura), tiene muchísima demanda, sobretodo hoy en día que vivimos en la era tecnológica”.

Laura no es partidaria de ninguna de las propuestas: “Cualquier partido que intente decir a una mujer cómo usar su cuerpo es machista. Que empiecen por darnos voz y no por invisibilizarnos y estigmatizarnos. Somos muchas las que callamos o no enseñamos la cara por miedo. Pero existimos”; dice. Laura votará a PACMA, pero no por su discurso sobre la prostitución, sino por su convicción animalista.

Carlos* también se dedica al trabajo sexual. Dice que no cree en los partidos políticos y explica que nunca vota porque cree que al final harán lo que les convenga para mantenerse en el poder sin preocuparse de la sociedad. “Los ciudadanos tenemos mucho más poder como consumidores que como votantes”, asegura, “aunque eso no significa que no siga la política".

“Casi todos los partidos apoyan la abolición sin diferenciar entre trabajo sexual voluntario y trata o trabajo sexual forzado. Me parece un disparate: es como si prohibiésemos el trabajo de camarero porque hay jefes que les agreden y explotan. También reconozco que la postura de Ciudadanos y de ERC, aún siendo regulacionista, ya es mejor que la del PP o el PSOE, pero aún así quiere seguir el modelo sueco de multar a los clientes, cosa que nos dejaría sin trabajo”, dice Carlos, y asegura que él es "más del modelo de Nueva Zelanda, donde se ha legalizado el trabajo sexual como un trabajo más. Allí ha habido un cambio de visión generalizado, no porque haya ganado un partido que llevase eso en el programa. Incluso los partidos abolicionistas a quienes no les gusta que exista ese trabajo han decidido que lo más importante es que todas las personas de Nueva Zelanda tengan los mismos derecho (protección social, sanidad, paro, etc.), se dediquen a lo que se dediquen”.

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Irene* es escort de lujo. Ella es su propia jefa, decide cuándo, dónde y con quién trabaja y cobra un buen sueldo. Está convencida que varias trabajadoras sexuales probablemente van a votar a Ciudadanos por el simple hecho de haberse mostrado regulacionistas, como también dice que seguramente habrá gente que votará otras opciones porque bajarán los impuestos.

“No se puede decidir el voto en base a esta propuesta en concreto. Muchos políticos buscan publicidad gratuita y este es un tema morboso, que da bombo, pero la gente habla sin saber lo que supone este mundo”, asegura Irene.

Cuando le pregunto qué haría ella sobre este tema si fuera presidenta del gobierno me dice que lo dejaría tal cual está. “Si no se ha tocado hasta ahora es porque ya está bien como está”. Asegura que regular la prostitución tampoco sería la solución.

Ahora mismo no está pagando seguridad social ni tampoco autónomos, en el caso que se regulase le tocaría pagar, dice ella, que quizás la mitad de lo que gana, y entonces asegura que no saldría a cuenta meterte en este trabajo: “Hay muchísimos otros sectores que también viven en la economía sumergida y nadie les dice nada, pero nuestro trabajo crea morbo y controversia”, nos dice.

El trabajo sexual no solo se limita a la prostitución. “Cuando los políticos hablan de trabajo sexual solo hablan de prostitución y están excluyendo sectores como el de la pornografía, webcammers, masajes eróticos entre otros”. Sofia Mora, productora de contenido y webcammer, se queja de que lo que deberían hacer sería regular el contenido porno que hay en internet. “Si alguien hiciera esto sería para mí determinante y conseguiría mi voto”, asegura. “En el sector tenemos un problema muy importante que es el de la piratería, esto lleva años minando la industria y lo seguirá haciendo si no se pone remedio.

“Me roban los shows a diario, los cuelgan gratis e incluso los venden. Y como a mí, a muchas otras chicas. Como no hay sindicatos las plataformas se quedan entre un 40% y un 50% del dinero que generamos. Yo no soy prostituta, pero tengo muchas compañeras que sí que lo son y les gustaría que las dejaran ejercer libremente y que las proteja como a cualquier trabajador. Me parece que vamos tarde en este tema. Las posturas abolicionistas me parecen arcaicas, moralistas e incómodas”. Sofia nos dice que con el único partido con el que podría identificarse es En Comú. “Otra opción sería Ciudadanos, pero nunca apoyaría a un partido de derechas”, asegura.

Sigue a Alba en @AlbaCarreres.

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