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¿De verdad la NFL regresará a LA? Sí, no, tal vez.

Los St. Louis Rams, Oakland Raiders, y San Diego Chargers analizan un permiso de la NFL para moverse a Los Ángeles. ¿Qué tan serias podrán ser las respuestas a los cuestionamientos para lograrlo?
Andrew Weber-USA TODAY Sports

Ya que los San Diego Chargers, St. Louis Rams, y Oakland Raiders están buscando la forma de mudarse a Los Ángeles, y con los representantes de dichas ciudades listos para presentar a la NFL sus propuestas de estadios para mantener sus respectivos equipos —a puerta cerrada, así que no andes buscando transmisiones por internet—, hay dos cosas que todo mundo concuerda que sabemos con seguridad:

  • A diferencia de otras ligas deportivas, la pesada dependencia de la NFL por los contratos con televisoras nacionales para generar ingresos significa que estar en un mercado tan grande no importa tanto —por eso es que los Raiders y los Rams dejaron LA en primer lugar, y no han sido reubicados desde hace 20 años.
  • LA es un mercado tan lucrativo que los dueños de la NFL se tropiezan los unos a los otros para ver quién es el primero en mudarse allá, aunque construir un nuevo estadio les cueste cerca de dos mil millones de dólares y las autoridades locales no ofrezcan mucho dinero como ayuda.

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Claramente, una de las dos conclusiones está equivocada (o ambas lo están —regresaremos a ello más adelante—). Con tan pocos detalles al público sobre cómo los dueños de los Rams, Raiders, y Chargers planean hacer sus proyectos de estadios en LA, ha sido difícil adivinar cuáles amenazas de mudanza son reales y cuáles son puras mentiras para sacarle algo de dinero a las autoridades locales en casa —algo que vimos con las amenazas de los Minnesota Vikings y Miami Dolphins para irse a LA, y muchas otras.

(Así es, ninguna de esas amenazas llegó al punto en el que nos encontramos, donde de hecho los equipos están pidiendo a la liga su aprobación para reubicarlos. Como dije, hablaremos de esto más adelante.)

Afortunadamente, tenemos algunas maneras de determinar el valor del mercado, empezando con los estimados financieros de los equipos de la revista Forbes. Estos estimados están lejos de ser perfectos; en particular, los estimados de los valores de la franquicia tienden a perder de vista los precios reales de ventas, aunque es difícil cuando éstas tienden a ser, más que nada, alocados esquemas de lavado de dinero. Sin embargo, en ocasiones donde los dígitos de las ganancias de los equipos se cuelan a la prensa, han estado bastante atinados. Así que, armado con los datos de ganancias de Forbes y los números telefónicos de algunos economistas deportivos cuyos pronósticos son más serios que los de una persona promedio, sumerjámonos en la pregunta de, exactamente, qué tendría que ganar un dueño como Stan Kroenke de los Rams para cambiar un barbecue por tacos.

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¿Kroenke se va a Hollywood? —Foto por Mark J. Rebilas-USA TODAY Sports

En 2010, el gigante de eventos deportivos y conciertos AEG apoyó la noción de un estadio en LA, y obtuvo una bostezo masiva por parte de la NFL. Un vistazo a las cifras de Forbes de ese año nos muestra porqué: dejando de lado los tres equipos que más ganan —Dallas, Washington, y Nueva Inglaterra— las ganancias para el resto de la liga fue casi nulo, con cifras que van desde $210 millones para Detroit hasta $272 millones para Houston. Con la mayoría de las ganancias de una franquicia garantizada en forma de cheques de las televisoras nacionales incluso antes de que sus jugadores salgan al campo, habría sido algo ilógico para cualquier dueño tomar los cientos de miles de dólares que AEG habría necesitado para pagar los costos de la construcción del estadio. Después de todo, la ciudad de Los Ángeles no ha estado muy interesada en subsidiar un estadio para la NFL, en parte porque se trata de California y obtener la aprobación de la gente es difícil, y por otra porque los fans de futbol americano de LA están lo suficientemente contentos viendo los mejores juegos por televisión nacional.

Adelantémonos a nuestros días, y el panorama se ve un poco diferente. Los ingresos de la NFL están por los aires, en gran parte gracias a los nuevos y lucrativos contratos televisivos. ¿Cuánto? De acuerdo a cifras entregadas por los Green Bay Packers, todo equipo en la NFL arrancó la temporada con un cheque de $226.4 millones de la liga por derechos de televisión y otros beneficios compartidos, una cifra 50 por ciento más alta que la mayoría de la nómina de muchos equipos. (Considéralo un minuto y también reflexiona porqué la NFL está tan obstinada en que los Packers sea el último equipo que hace públicas sus cifras.)

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Conforme los números se han inflado, la brecha entre equipos ricos y pobres ha incrementado. El nivel más alto actualmente no solo incluye a los tres equipos de 2010 (encabezados por los Cowboys con la ridícula cantidad de $620 millones por año), sino también a los 49ers, Giants, Jets, y Texans, de los cuales cada uno generó $100 millones al año más que equipos "pobres" como los Bengals y Raiders, quienes casi tuvieron que abrir sus puertas y vender boletos para obtener ganancias.

Se trata de un desarrollo significativo: puedes ganar unos $100 millones extra al año si te mudas a un nuevo estadio en un mercado más grande, donde poner sobre la mesa, digamos, mil millones para los costos de construcción no suena mal para una inversión. Lo cual genera otra pregunta clave: En una liga donde casi todo el dinero se comparte entre dueños, y los jugadores reciben un corte fijo de las ganancias, ¿qué pudo haber cambiado tan dramáticamente desde 2010 para que los números de Forbes se alteraran?

Rod Fort, economista de la Universidad de Michigan, ofrece una posible explicación la cual nos dice que la definición de "ganancia" de Forbes no es la misma que la de la NFL. "Este es el viejo debate de la 'ganancia bruta diferida' en las negociaciones de la NFL" dice Fort. "Durante la negociación colectiva, ambos partidos se sientan para decidir dos cosas. Primero, cuánto dinero de los dividendos acumulados para los dueños se paga a la NFL? Segundo, ¿qué parte de la ganancia bruta diferida obtienen los jugadores? Después divídelo por el número de equipos y ahí está tu topo de nómina."

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El truco está cuando los equipos comienzan a generar ganancias que no provienen del futbol americano. "Jerry Jones tiene un nuevo estadio en su mayoría por su franquicia de la NFL", dice Fort. "Pero también los campeonatos de futbol americano y baloncesto colegial se organizan ahí y así obtiene dinero. Pero no habría podido lograrlo si la NFL. ¿Acaso parte de sus ganancias colegiales pertenecen en la olla compartida con los jugadores? Hasta ahora la respuesta es no."

Entonces, Los Ángeles vale más como un mercado de la NFL de lo que era hace cinco años por todos los eventos organizados ahí que no tienen que ver con el futbol americano, lo cual resulta en un ingreso que no tendrá que ser compartido con los jugadores. Tiene sentido.

"Es muy poco", dice Roger Noll, economista de Stanford, acerca de los eventos no relacionados con dicho deporte. "No hay muchas cosas que quieran ocupar un estadio de futbol americano aparte de ese deporte. Ocasionalmente, tienes una estrella de pop que puede llenar un estadio, pero es extremadamente raro."

¿Qué llena un estadio de futbol americano? Adivina. —Foto por Kevin Jairaj-USA TODAY Sports

De acuerdo con Noll, las cifras más altas de Forbes se deben a diferentes factores. El tope salarial de la NFL "tiene un rezago", nos dice, porque las nóminas anuales están basadas en ganancias de años anteriores, y también porque los nuevos acuerdos colectivos, firmados en 2011, quitan el porcentaje de las ganancias que los jugadores obtienen —pero solo en retribuciones dentro de los estadios, y no la parte del negocio que trata de las licencias—. Como resultado, "las nóminas incrementarán dramáticamente en los próximos años", de alguna forma bajando de la estratósfera los números de la NFL.

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De acuerdo. Incluso si los ingresos de los equipos están inflados artificialmente, la diferencia entre las ganancias de éstos sigue a la alza, y es lo que determina si LA se viste de oro. ¿Algo ha cambiado en la manera en que los equipos de la NFL generan verdadero dinero del tipo que no se comparte?

La respuesta es un sí. Si ves la lista de los nuevos equipos acaudalados, notarás que todos juegan en nuevos estadios que fundaron sin mucha ayuda de subsidios públicos. También metieron mucho capital a través de la venta de asientos personales con licencia, o PSL, donde se pide a los fans reservar un lugar en la lista de boletos de temporada al desembolsar una buena lana. En particular, los 49ers generaron la sorprendente cantidad de $531 millones por ventas de PSLs, gracias a un opulento mercado (su nueva casa en Santa Clara está en el corazón de Silicon Valley) y a un equipo que año con año es contendiente para llevarse el Super Bowl.

"Ese el gran beneficio para una extensa ciudad", dice Noll. "La gran diferencia entre St. Louis y LA es cuánto pagarán por PSLs." Y los PSLs, a diferencia de los boletos, son a prueba de lunas de miel.

Ahí está nuestra respuesta: la invención de los PSLs y el incremento del uno por ciento que puede darse el lujo de invertir miles de dólares en boletos han cambiado la economía del futbol americano hasta el punto de… —¿Y ahora qué, Mr. Noll?

"Creo que la respuesta a esa pregunta es 'Sí, vale la pena'. No son miles de millones de dólares."

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Resulta que replicar el milagro del estadio de los 49ers no es cosa sencilla. Primero, ninguno de los equipos en camino a LA tienen la misma fanaticada como los 49ers en Bay Area. Incluso si los Rams y Raiders tienen conexión de dos décadas con el lugar, y los Chargers tienen más seguidores en Twitter de LA, no es una garantía que los fans harán cualquier cosa para comprar boletos. Además, los 49ers diseñaron un escenario perfecto para maximizar sus ingresos de PSLs, como subraya Noll: "Contrataron a [Jim] Harbaugh, crearon un equipo con calibre de campeonato, vendieron PSLs, y después echaron todo por la borda. Es exactamente lo que pasa cuando pones a cargo personas con maestrías en administración de negocios en un equipo de futbol americano."

Diablos, se siente bien ser un gangster. —Foto por Kirby Lee-USA TODAY Sports

Victor Matheson, profesor de la Universidad Holy Cross, es un economista más que sigue los números de la NFL. Su "instinto" le dice que "cerca de 400 a 500 millones es la diferencia" entre el valor de un equipo en Los Ángeles y uno en un marcado más pequeño, con ayuda de ventas de PSL y cosas como acuerdos de derechos de marca. Ciertamente, es una buena cantidad, pero no es lo suficiente para un billonario dueño de la NFL con el riesgo de acumular una deuda de 1.86 mil millones por un estadio.

Noll destaca que el sitio preferido por Kroenke para su estadio, en la pista del viejo Hollywood Park, tiene espacio no solo para un equipo de la NFL, sino hectáreas para otros eventos también. Aunque esto no hace que un estadio aparezca de la nada —Kroenke aún tendría que comprar el terreno— sí ayuda un poco, especialmente si esperas que el atractivo de un nuevo equipo abra la puerta para un mayor desarrollo, como pasó con Bruce Ratner cuando mudo a los Nets a Brooklyn que ahora se cubre lentamente con edificios de apartamentos.

Para este punto, con el conocimiento que tenemos de los rumores de reubicación en LA, un posible escenario emerge. Kroenke, al ver el éxito de los 49ers en Santa Clara y en busca de espantar a St. Louis para arrancar sus propios planes para un estadio, hace un anunció declaración pública donde expresa su intención de construir un estadio en Los Ángeles. Unas semanas después, los dueños de los Chargers y Raiders, por miedo a ser excluidos de las pláticas de LA y por tanto perdiendo la influencia sobre sus ciudades, anuncian planes para un estadio en Carson. (Los dueños de esos equipos insisten que las negociaciones ya tienen un avance de algunas meses, pero como Matheson apunta, "las 'negociaciones' podrían ser del tipo 'hablé con un güey una vez en una fiesta.'")

Como resultado, los tres dueños no pueden arriesgarse, simultáneamente, a no ir detrás de LA a toda velocidad, incluso cuando no sepan si pueden arriesgarse por el pez gordo si es que éste se encuentra a su alcance.

Los tres economistas están de acuerdo que el escenario más probable es que Kroenke lleve a los Rams a LA, demás del equipo de expansión que la NFL tarde o temprano le otorgará a St. Louis por una gran suma —una vez que la ciudad acuerde los $400 millones en subsidios para estadios además de regresar todas las ventas y los ingresos de impuestos al dueño del equipo, porque, en las palabras inmortales del vicepresidente Eric Grubman, dichos impuestos son "bienes de la NFL en la forma en que vemos el mundo." Una ves más, la propuesta del estadio Carson tiene un precio ligeramente menor —solo $1.6 mil millones, ¡barato!— lo cual podría salirles más asequible, aunque el dueño de los Raiders, Mark Davis, y de los Chargers, Dean Spanos, tendrían que dividirse los derechos de nombre y no tendrían la ventaja del acuerdo de desarrollo de Kroenke.

Ahora que lo pensamos, el escenario más probable es que los dueños tiene tanto conocimiento de las incógnitas como nosotros, y que la decisión final yacerá en los datos económicos más que el número de amistades que Kroenke, Spanos, y Davis tengan en las juntas de la NFL. Suena como una forma alocada de decidir el destino de las franquicias deportivas, seguro, pero siempre deber tener respeto por la tradición.