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Música

La vida es una mierda, pero existe Traumprinz y vamos a estar bien

Agradezcamos al universo por esa música que nos devuelve la paz.

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A veces pasa. Pasa que te levantas con ganas de comerte el mundo, pero termina él mordiéndote a ti. Pasa que se te drena la alegría, la cabeza se te nubla y por más que quieras no encuentras una motivación para seguir adelante con tus proyectos. Pasa que sueñas grande pero te han faltado las herramientas para lograr esos sueños. Que te enamoraste y te lastimaron. Pasa que estás solo, que tienes miedo. Que das tumbos por la vida, te tumbaron y no has encontrado la fuerza para levantarte. Nos pasa el mundo, nos pasa la vida. Y aún así aquí seguimos, aquí estamos.

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A veces pasa y no podemos evitarlo.

Por favor: déjame bailar sola

Cuando pasa me destruyo. Me consumo en mi tristeza y siento que todo lo que toco se marchita. Vivir en este mundo me duele, salir a la calle me genera pánico. Lloro. Lloro mucho. La voz en mi cabeza no hace silencio, me recuerda cada que puede que la vida es corta y que me voy a morir, que las cosas bonitas que me rodean son pocas y no valen la pena. Mi propia mente me llena de miedos con los que luego tiene que entrar a combatir. La fortuna es que encontré un arma, una lo suficientemente poderosa para silenciar estas ideas y recordarme, así sea por un ratito, que todo estará bien.

Gran cliché decir que la música soluciona problemas porque la verdad es que no lo hace. También está mal asumir que mix surta en ustedes el mismo efecto que en mi. Pero quiero compartirlo porque así, de pronto, no me voy a sentir tan sola.

Porque sentirse solo es una mierda. La soledad es un lugar frío y oscuro. Está en silencio y se ve profunda. Pero hay sonidos que la penetran, hay fuerzas más grandes que tú que se unen para no dejarte hundir más. Que te recuerdan que vives y existes, que sueñas y que vas a estar bien.

Literatura y música electrónica: mezclando dos sentimientos

Escucha. Respira. Llénate de ese sonido que te devuelva el hambre, que te despeje un poco el cielo. Que si no te devuelve la alegría, por lo menos te de algo de paz. Te de un empujoncito. Porque te repito: todo va a estar bien. Te repito: existes, estás vivo. Tienes sueños y proyectos. Piensas, sientes. Estás. Que los horrores del mundo no te acaben porque también hay cosas hermosas. En este momento, mientras lees este texto hay bebés naciendo; parejas haciendo el amor, hay una camada de cachorritos por alguna parte; personas riendo hasta que les duelan las costillas; hay tres personas en el espacio. Estás tú y estoy yo, y un mundo que no es tan malo. Y te prometo que todo pasa, que hay música que cura, que la soledad compartida no pesa tanto. Te prometo que pronto vamos a estar bien.

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Ofrézcale un abrazo a Vanessa por acá.