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Música

Nostalgia Noisey: Cuando Los Cadillacs apenas empezaban a ser fabulosos

Así sonaba la banda argentina en sus días más amateur.

Durante la primera mitad de los 80 se formaron en Argentina una cantidad de bandas de las cuales sobrevivieron pocas y se inmortalizaron aún menos. Dentro de esa camada está sin duda Los Fabulosos Cadillacs, que para sus inicios eran conocidos en presentaciones de colegio, pequeños bares y cantinas como Cadillacs 57, donde no brillaban precisamente por su virtuosismo, sino tal vez por lo divertido que podían llegar a ser sus canciones de juguetón y adolescente ska, aún cuando no estaban ni cerca de ser relevantes para la crítica.

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Entre el 84 y el 86, la banda comandada por Vicentico, Mario Siperman, Aníbal Rigozzi y Flavio Cianciarulo empezó a sonar en el underground y solo hasta 1986 decidieron publicar su primer disco bautizado Bares y fondas con 12 canciones de las cuales algunas como "Basta de llamarme así", "En mis venas" y la homónima del disco, empezaban a trazar el camino y se empezaban a ver las influencias del reggae, el dub y el rock.

Durante esos primeros años, lejos aún de las canciones que le dieron fama y visibilidad a la banda como "Vasos vacíos", "Mi novia se cayó en un pozo ciego", "Calaveras y diablitos", "Matador", "El león Santillan", "Siguiendo la Luna" o "Malbicho" entre otros tantos, la banda se presentó en la televisión nacional argentina en un programa llamado Sábados de la bondad del Canal 9 cuya transmisión alcanzaba a durar hasta siete horas y que constaba de varios segmentos. A esto se le sumaba un elemento de solidaridad, donde el público participaba donando dinero para instituciones públicas recurriendo.

Gracias al increíble mundo del internet, dimos con una joyita del 87, año en el que Los Fabulosos eran unos infantes haciendo de las suyas en aquel programa sabatino tocando "Yo quiero morirme acá". En la introducción del video, el presentador del programa arranca pidiendo cordura a una camada de jovencitos inquietos y ansiosos mientras introduce a la banda que segundos después arrancaría de manera desenfrenada con ese rasgueo hacia arriba en la guitarra y ese ritmito típico del ska en la batería que luego desataría un pequeño pogo en el estudio con montonera incluída.

Pillen a lo que pareciera la versión sudaca de The Specials aquí abajo.