Infografía por: Juan Felipe Rubio.La semana pasada, el representante Óscar Ospina interrumpió un debate en la plenaria de la Cámara de Representantes para denunciar la presencia de un sujeto llamado Diego de la Ossa, quien, según Ospina, fue enviado al Congreso por la industria tabacalera para "voltear los votos de la gente (los representantes a la Cámara) en un proyecto que mejora la salud pública de los colombianos".
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¿Y voltearlos hacia dónde?Antes de que Ospina interrumpiera la sesión para pedir que De la Ossa fuera expulsado, la Plenaria se alistaba para debatir y votar el proyecto de ley 007 de 2015, el cual pretende cambiar las reglas de juego para las advertencias que vienen impresas en los paquetes de cigarrillos. Aparte de obligar a las tabacaleras a incluir advertencias más grandes en los paquetes, el proyecto, que fue presentado por el propio Ospina, prohíbe los paquetes que anuncien sabores (como mentolado, por ejemplo) o que promocionen innovaciones tecnológicas del producto.Según Ospina , a través de De la Ossa y otros lobbistas, usualmente "mujeres muy elegantes, muy bien habladas. Con buenos dotes para las relaciones públicas", la industria tabacalera ha tratado de hundir su proyecto. Sin embargo, a pesar de ello, este ya fue aprobado por la Comisión Séptima de la Cámara y ahora está siendo debatido en la Plenaria del mismo organismo. De ser aprobado, tendría que pasar por dos debates más: uno en la Comisión Séptima del Senado y otro la Plenaria del mismo.Eso implica horas y horas de debate faltantes en los que el proyecto podría hundirse o ser modificado para favorecer (o al menos perjudicar menos) a las tabacaleras. En todo caso, así es como se ve el paquete de cigarrillos que propuso Ospina en su proyecto de ley y que ha obligado, según él, a las tabacaleras a enviar a sus más elegantes y elocuentes lobbistas a pasearse entre las curules de los congresistas colombianos.
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