FYI.

This story is over 5 years old.

Cultură

Arrestaron a estos tipos por contrabandear un McMuffin a una prisión

Se habría salido con la suya, si no hubiera sido porque los guardias vieron todo gracias al circuito cerrado de televisión.

Foto vía Youtube.

Imagina por un momento que estás encerrado en una cárcel, alejado de la sociedad quizá por el resto de tu vida, viviendo de la terrible comida de la cárcel y sobornando a los guardias con dinero o cigarros. Ahora imagínate que tienes un amigo en el exterior, que cuida tu espalda, que te va a ver en los días de visita y que se ofrece a idear un plan para pasar de contrabando un par de cosas para hacer tu vida más fácil. Con un hilo de pesca, logra idear la forma de pasar una bolsa de contrabando sobre el muro de 10m de la prisión, a través del muro de separación y a través de la ventana de tu celda —todo en plena luz del día— sin llamar la atención de los guardias.

Publicidad

¿Qué le pedirías que te consiguiera? ¿Cigarrillos, dinero en efectivo, un celular, drogas para venderle a los otros presos? Tal vez esas son las elecciones más comunes —sin duda, por una buena razón— pero ¿qué pasa con las comodidades, las pequeñas cosas que te hacen sentir a salvo y feliz, que te permiten olvidar por un momento que estás en una cárcel y te hacen sentir como alguien libre?

Estoy hablando, por supuesto, de un simple McMuffin de McDonalds. Después de drogas, dinero y armas, ¿no es lo que pedirías? Un bocado de algo que te puede transportar a esas mañanas frías en las que te haces bolita en la esquina de un McDonalds y te sumerges en el sabor de la cardiopatía coronaria mientras esperas que la lluvia se detenga. Sé que yo lo haría.

No soy el único. Karl Jensen, de 27 años de edad, y su novia de 26 años, Lisa Mary Hutchinson, fueron sentenciados esta semana por intentar contrabandear precisamente un McMuffin a un preso desconocido en la prisión Wormwood Scrubs en Londres. En una bolsa de plástico unida al extremo de una línea de pesca, Jensen logró pasar el McMuffin desde afuera del muro de la prisión y a través de una ventana de las celdas. Y se habría salido con la suya, si no hubiera sido porque los guardias vieron todo gracias al circuito cerrado de televisión.

Ahora está cumpliendo una condena de dos años y medio en el otro lado del muro de la prisión, mientras que su novia tiene una orden de servicio comunitario de 12 meses por haber participado en la operación. Todo esto suena un poco duro hasta que te das cuenta que el paquete incluía una botella de vodka, una envoltura de cocaína y un cuchillo.

El detective Andy Griffin dijo lo siguiente sobre el paquete: "Jensen y Hutchinson intentaron contrabandear artículos prohibidos, incluyendo drogas, alcohol y un cuchillo a una prisión; la combinación pudo haber sido mortal. Afortunadamente el personal penitenciario frustró el plan y fueron detenidos rápidamente. Este caso sirve como un recordatorio de las gravísimas consecuencias del contrabando de mercancías prohibidas a una prisión".

Se negó a hacer algún comentario sobre el McMuffin.