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Huelga de hambre en Guantánamo

A cien días de iniciar su protesta, tres presos de la prisión estadunidense en Cuba, hablan sobre la alimentación forzada y otros abusos cometidos contra ellos.

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El 7de febrero de 2013, hubo una disputa dentro de la prisión estadunidense en Guantanamo, Cuba, contra los guardias de prisión que buscaban coranes. Los siguientes dos días, los presos tuvieron que comer restos comida —incluyendo cosas que estaban caducadas desde hace dos años—. Como seguramente no era la primera vez que eran obligados a comer víveres en estado de descomposición, todos los presos se embarcaron en una huelga de hambre. Ayer, fue el centésimo día de la protesta de los presos en contra del trato que les daban y de los 166, 102 están en huelga de hambre, mientras que otros 30 están siendo alimentados a la fuerza.

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Las autoridades de la prisión han revisado sus lineamientos para permitirse encadenar a los protestantes, antes de colocarles máscaras e insertarles tubos a través de la nariz y dentro del estómago durante dos horas para forzar su alimentación. A pesar de estos esfuerzos, algunos prisioneros afirman que pesan poco más de 39 kilos.

Varios intentos se han hecho para castigar o disuadir a los reclusos que están en huelga. De acuerdo con Shaker Aamer (el último residente británico detenido en Guantánamo), los funcionarios de las prisiones han comenzado a privar del sueño a los internos, así como también han adoptado una nueva práctica que, en lugar de encadenar las manos y las piernas y empujarlos por la espalda, ahora  lleva como perros a los internos por la cintura, arrastrándolos como animales.

Aamer es uno de los 86 presos que han sido autorizados para su liberación, pero que aún se encuentra detenido dentro de las instalaciones. Algo que, según Clive Stafford Smith –un abogado que representa a los reclusos de la prisión, es completamente irracional. "Toda cárcel, incluso en la dictadura más despótica, no debería tener 86 de 166 [52 por ciento] aprobados para su liberación", me dijo, antes de añadir: "Obama no ha mostrado la voluntad política de hacer lo correcto."

SHAKER AAMER

Shaker Aamer es residente legal del Reino Unido, fue voluntario en un grupo caritativo islámico en Kabul en 2001 cuando  fue arrestado, torturado y eventualmente llevado a la Bahía de Guantánamo. Él fue absuelto hace cinco años, pero sigue en prisión. Al momento de hablar con Aamer, él había perdido 14 kilos.

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Aamer habla de la "extracción forzosa de las celdas", un eufemismo para referirse a la Fuerza de Reacción de Emergencia para sacar a los presos de sus celdas. Estos "procedimientos" casi siempre se llevan a cabo durante el tiempo de la oración, que me parece un poco insensible. Por otra parte, se trata de Guantánamo, donde los guardias parecen provenir más de la escuela de la brutalidad que de la sensibilidad. Por ejemplo, la fuerza ejercida sobre uno de los compañeros presos de Aamer fue suficiente para dejarlo hospitalizado e inconsciente durante cuatro días.

A pesar del conocimiento de que los presos se dejan morir de hambre, los agentes llevan a cabo esta extracción con el fin de proporcionar alimentos. "Ellos me sacaron de mi celda a las dos de la tarde para llevar el almuerzo", explica Aamer. "No quisieron llevarse el almuerzo. Lo dejaron hasta la cena”. A Aamer también le han sido negados varios artículos de limpieza por razones médicas y durante diez días no se le permitió usar su cepillo de dientes.

Cuando habla de su experiencia de alimentación forzada, Aamer se refiere continuamente a "La Tabla" —algo que Stafford Smith describe como "una especie de camilla dura que los agentes utilizan para trasladar a los presos involuntariamente de sus celdas a la alimentación forzada, o a otras cosas—. Añadió: "Es mejor saber lo que están haciendo ahora, que es agarrar presos por los brazos y las piernas y arrastrarlos".

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Aamer en cierta medida explica el efecto psicológico que sufre por el hambre mientras él permanece en la cárcel por un crimen del que ha sido absuelto: “Trato de ir a dormir temprano en la noche. Entonces me siento como si me acabara de morir".

NABIL HADJARAB

Nabil Nadjarab es argelino, pero pasó la mayor parte de su vida en Francia. Se trasladó a Londres por un tiempo breve, pero se encontró con el costo de la vida dura y se trasladó rápidamente a Afganistán, donde había oído que sería posible vivir "sin papeles". Después del 9/11, —al igual que Aamer— creyó que, como un árabe extranjero en el país, sería asesinado por la Alianza del Norte, un frente militar contra los talibanes.

Nadjarab escapó a las montañas, pero finalmente fue descubierto y capturado. En 2007, seis años más tarde (SEIS años más tarde), la Junta de Revisión Administrativa encontró que Nabil no era un "combatiente enemigo" y los interrogadores estadunidenses incluso le dijeron que el suyo era un caso de identidad equivocada.

A finales de marzo, Nadjarab había perdido 20 kilos después de estar en huelga de hambre durante diez semanas. Explica: "El 22 de marzo, fui alimentado a la fuerza por primera vez. Desde entonces, he sido alimentado a la fuerza dos veces al día, todos los días. Ser alimentado a la fuerza no es natural y se siente como si mi cuerpo no fuera de verdad. Te ponen en una silla —eso me recuerda a una silla de ejecución—. Tus piernas, tus brazos y tus hombros están atados con correas. Si te niegas a ponerte el tubo, entonces echan tu cabeza hacia atrás… [que es algo muy riesgoso] porque si el tubo va en la dirección equivocada, el líquido puede entrar a los pulmones. Sé de algunos que han desarrollado infecciones en la nariz. Ahora deben tener los tubos en la nariz de forma permanente".

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"El verdadero problema aquí", explica  Stafford Smith, "es que Estados Unidos está forzando a alimentar a la gente de una manera gratuitamente dolorosa para obligarla a retirarse de su protesta pacífica. Así que el gobierno norteamericano modificó varios procedimientos para hacer menos ‘conveniente' estar en una huelga. Uno de los cambios fue utilizar sólo tubos grandes. El segundo era colocar los tubos y llevarlos de vuelta después de cada comida, en lugar de dejar los tubos en su lugar. Esto aumenta enormemente el dolor. Además usan la silla de inmovilización y dejan a los prisioneros así durante horas. Todo este procedimiento médico es, de acuerdo con la Asociación Médica Mundial, no ético, y lo transforma en algo que se puede calificarse como tortura".

Para Nadjarab, la huelga de hambre no es sólo un acto o una protesta, es la única solución a una situación insufrible. “No puedo estar más aquí” dice. “Ya he terminado, así que me estoy sacrificando”.

YOUNUS CHEKKOURI

Según los informes, el marroquí Younus Chekkouri es uno de los presos más obedientes que están de Guantánamo. Después de salir de su país hacia Pakistán en los años noventa, y mudarse varias veces por motivos económicos, finalmente, se instaló en Kabul para comenzar a trabajar para una organización benéfica marroquí. Después del 9/11, Chekkouri huyó a través de Jalalabad y fue capturado en la frontera con Pakistán por agentes que detenían a personas de ascendencia árabe en masa. Después de ser detenido, fue enviado a una prisión de Pakistán, y luego a Guantánamo.

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Durante la última década, Chekkouri ha promulgado una sola disciplina. Comenzó su huelga de hambre después de que los oficiales allanaran su habitación, despojándolo de los "artículos de confort" que previamente habían sido aprobados por las autoridades. Él asegura que un amigo suyo perdió 54 kilos, y que su cara se volvió de roja a azul antes de que casi se muriera.

Chekkouri está siendo alimentado con Metamucil, un suplemento de fibra de producción a granel. "Cuando me lo como", dice, "se siente como la mejor comida en el mundo entero. Soy adicto a los pequeños trozos de Metamucil”. Pero la dieta forzada de Chekkouri preocupa a los expertos en salud, que creen que el suplemento puede impedir que el cuerpo absorba minerales esenciales. Chekkouri dice que se despierta de un sueño en el que se imagina "que se enfrenta a grandes montones de comida".

El mes pasado escribió en la ventana de su celda: "Marquen al 911 –Me muero de hambre" y otro que simplemente decía: "SOS".

Que tanta gente se muera de hambre dentro de las instalaciones parece que aún no tiene ningún impacto en las decisiones políticas que la rodean. "La huelga de hambre ya ha conseguido la atención de Obama", explica Stafford Smith. Aunque el propio Obama había prometido durante su primera campaña presidencial, que en cuanto llegara al poder cerraría la prisión de Guantánamo. ¿Lo hizo? Claro que no. "Es nuestro trabajo asegurarse de que el mundo no se olvide de estos hombres, que simplemente están haciendo un reclamo por los derechos humanos básicos. Es notable, e hipócrita, que EU a menudo elogie a la gente en Irán o Birmania por hacer huelgas de hambre para exigir sus derechos”.

"El mundo se está olvidando de 800 o mil años de experiencia. Esto es sobre la política del miedo y la difamación que EU ha hecho de los musulmanes, y es por desgracia algo que está siendo emulado en todo el mundo. Sólo espero que todos podamos trabajar para asegurar de que se trate de una fase pasajera en la marcha hacia los derechos humanos, en lugar de algo permanente".

Sigue a Nathalie en Twitter: @NROlah