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Expiden visas de EU a cambio de sexo en Vietnam

Michael Sestak, funcionario estadunidense, ex policía y ex oficial de la Marina, está involucrado es estos abusos.

Michael T. Sestak antes de ser detenido

En junio, Michael T. Sestak, un ex policía y el oficial de la Marina que trabajó para el Servicio Exterior de Estados Unidos en Vietnam, fue llevado ante un juez en Washington, DC por cargos de corrupción. Sestak fue presuntamente parte importante de una de las estafas más lucrativas e ilegales en la historia. Mientras él trabajaba en el consulado de EU, en la ciudad de Ho Chi Minh, tenía un negocio además de su trabajo como funcionario: vendía aprobaciones para las solicitudes de visa­, un fraude que sumó casi diez millones de dólares, según el Departamento de Justicia de EU.

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Sestak tomó su parte, 3.2 millones de dólares y se fue a Tailandia donde compró condominios en Bangkok y Phukett. Mientras tanto los presuntos cómplices de Sestak —un empresario estadunidense de origen vietnamita llamado Vo Tang Binh y su esposa, reina de un concurso de belleza— desaparecieron con cinco millones de dólares en efectivo. De acuerdo con funcionarios de inmigración vietnamita, la pareja no ha salido de Vietnam desde la última vez que entraron al país a principios de abril de 2012.Una ex embajadora de EU que aceptó hablar conmigo bajo la condición de no revelar su identidad, dijo que la situación no iba a llegar lejos: "Hay ciertas ventajas de tener policía", me dijo. Eso fue hace tres meses, y el matrimonio sigue en libertad. Mientras tanto, los federales tienen detenida a la hermana pequeña de Binh en el Centro Correccional de Washington, DC. Sus abogados dicen que la han mantenido aislada durante 23 horas al día y sólo se le permite bañarse tres veces a la semana.

Sestak, por su parte, firmó una confesión durante un interrogatorio en Bangkok, donde fue detenido en mayo. "He trabajado en el gobierno por un buen tiempo y, ¿cuál es la moraleja?" Sestak le dijo en una entrevista grabada a Simon Dinits, del Servicio de Seguridad Diplomática del Departamento de Estado (DSS, por sus siglas en inglés). "No cometas el crimen si no puedes cumplir la condena. Está bien. Hice algo mal y merezco pagar por eso, y sé que voy a ir a la cárcel, me voy a ir a la cárcel”.

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Nadie (ni siquiera sus abogados defensores) me pudieron decir por qué confesó. "Esa es la pregunta de los 3.2 millones de dólares", dijo un empleado de la ley que está trabajando en su caso. "Eso es lo que hace que sea una historia tan loca."

Es una historia de locos, no es tan inusual. Sestak está lejos de ser el primer burócrata consular de EU detenido por vender visas. Un portavoz de Seguridad Diplomática confirmó que 31 empleados de embajadas y consulados de EU (24 estadunidenses y siete extranjeros) han sido declarados culpables de soborno, conflictos de interés y fraude de visas y de pasaportes desde 1999. Sestak ni siquiera es el primer miembro del Servicio Exterior en Vietnam en ser acusado de corrupción. La pareja ­conformada por Acey Johnson y Long Lee fue declarada culpable en 2003 de vender visas en la embajada en Hanoi y Sri Lanka y lo que les dio ganancias por 700 mil dólares.

En la década pasada, los funcionarios consulares corruptos vendieron visas a los miembros del cártel colombiano y al compañero de piso de dos de los terroristas de 9/11. Durante ese mismo periodo, se les ha negado la solicitud de visa a profesores universitarios y donantes de riñón. El mes pasado, el Departamento de Estado despidió a un empleado consular de la embajada de Georgetown, Guyana, por vender visas a cambio de sexo y dinero en efectivo, y un columnista de un periódico cubano estatal acusó al personal consular de La Habana de aceptar sobornos.

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El Departamento de Estado negó la acusación del cubano. Pero dicen que están investigando la de Guyana. Gale Smith, del DSS, me dijo que sus agentes están vigilando los departamentos de asuntos consulares.

"Muchas embajadas de Estados Unidos tienen ahora un programa especial dentro de la Oficina de Seguridad Regional para investigar fraude de los empleados", escribió en un correo electrónico. "Este grupo especial de investigadores trabaja junto con la policía del país”.

La mayoría de las personas en el Departamento de Estado se espantaron cuando les preguntaron sobre la cantidad de sexo y el dinero que recibieron durante sus días como agentes de visas. Muchos negaron que hubieran ganancias ilícitas. Pero al menos un trabajador ha confesado en público: "Algunos de los más jóvenes, negociaban visas por favores de mujeres", durante su estancia en la República Dominicana.

Algunas personas con las que hablé dijeron que el Departamento de Estado prefiere ignorar algunos casos de corrupción y reasignar a trabajadores. "‘Lo enviaron a casa’ es una respuesta muy frecuente a todo tipo de problemas”, me dijo por correo electrónico Peter Van Buren, autor de We Meant Well. "El Estado no quiere sacar sus trapos sucios y tan sólo despiden a una persona sin hacerlo público".

Van Buren describe que el soborno y el fraude de visa es imposible de cuantificar. "Sospecho que el Estado no tiene idea de cuántas visas han sido vendidas”, escribió. "Es fácil para alguien que expide una visa, y las razones detrás de la emisión (dinero, sexo, lo que sea) por lo general sólo salen a la luz cuando algo va mal. En la mayoría de los casos, creo que ambas partes están satisfechas (el chico del consulado consiguió sexo, la persona recibió la visa y salió rápidamente del país para no ser vista otra vez). ¿Cómo puedes investigar algo así? "

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Van Buren supuso que las únicas personas que se ven atrapadas en este negocio son las personas codiciosas. Pero incluso así, parece un negocio muy callado. Un empleado del Departamento de Estado —anónimamente— afirmó que las cosas han mejorado en este aspecto.

"En el pasado, la gente sospechosa de fraude de visas eran enviadas a casa, o se les permitía jubilarse”, escribió en un correo electrónico. "Pero a partir de la década de 1990 hasta la fecha, el gobierno de Estados Unidos los ha llevado a los tribunales”.

Otra cuestión es que cada funcionario consular con quién hablé me dijo que los consulados y las embajadas no tiene proceso de revisión para las visas. "En todos mis años en el trabajo, nadie se acercó a mí y me preguntó: ‘Oye, ¿por qué se le emitió a esta persona una visa?'", dijo David Seminara, un ex funcionario del Servicio Exterior que ahora trabaja como periodista. "Los consulados son bombardeados con correos electrónicos y llamadas telefónicas de amigos, parientes y senadores preguntando, 'Hey, ¿por qué no le diste a esta persona una visa?' … La mayoría del tiempo los gerentes consulares sólo están prestando atención a las visas negadas".

Señala que es bastante fácil para la mayoría de las personas de obtener visas (el 90 por ciento de los mexicanos que han solicitado visas en 2012, la obtuvieron), por lo que está muy difícil darse cuenta cuando alguien está entregando demasiadas visas.

Como la mayoría de las personas que se toma su tiempo en estudiar estas cosas, Seminara recomienda que el trabajo metódico del proceso de la visa debe hecho por la policía, algo así como el Departamento de Seguridad Nacional. Eso puede hacer que el proceso de la visa se asimile a la seguridad de un aeropuerto, pero también puede reducir las oportunidades de un próximo Michael Sestak.