Una tarde con un mototaxista del Cártel de Tláhuac, el grupo que puso en jaque a la CDMX
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Una tarde con un mototaxista del Cártel de Tláhuac, el grupo que puso en jaque a la CDMX

Elías es parte de una tropa de motociclistas, el corazón que bombea sangre a 'la empresa'. Ellos se ocupan de la vital tarea de recoger y distribuir la droga que se esparcirá por la capital.

Elías* tiene miedo y se le nota en el ligero temblor de su mano derecha que sujeta una lata de cerveza. Aunque estamos en una casa cerrada por dentro con llave, con las puertas atrancadas y las ventanas cerradas, él ha sacado su pipa retacada de marihuana para tratar de ahuyentar los nervios. Es un tipo que rifa en el barrio, bien conectado, bueno para los chingadazos y gente del patrón. Pero esta tarde está encogido, encorvado hacia delante, sentado con los hombros hacia adentro del cuerpo, sorbiendo una cerveza y haciendo arder su pipa, para hacerse entender a sí mismo qué hace encerrado con dos periodistas que le quieren preguntar sobre el Cártel de Tláhuac, el grupo criminal que se asentó en el oriente de la Ciudad de México e hizo metástasis en otras zonas de la capital.

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—Se siente muy raro hablar de esto con gente que no es del barrio —confiesa y exhala una cortina de humo que se eleva sobre su cara. —Perdón, pero sí me pone muy nervioso esto… la empresa (el cártel) todo lo escucha…

A primera vista, Elías no luce como el engrane de ninguna organización criminal. Tiene 22 años y el único rasgo físico que nos permite compartir es que tiene una delgadez aparentemente inofensiva. Sin embargo, ese aspecto es la clave para entender cómo es que una organización delictiva como el Cártel de Tláhuac logró dominar la venta de marihuana, cocaína y drogas sintéticas en un territorio tan vasto y poblado como un pequeño estado del país. Y lo hizo sin que, durante años, los capitalinos supieran que un cártel se había asentado en la ciudad.

Del mismo modo que Elías usa su fachada de flacucho para esconder siempre un cuete9 milímetros entre la cadera y el pantalón, el fundador del cártel, el chido, el abatido Felipe de Jesús Pérez Luna, usaba la careta de líder de mototaxistas para tapar una amplia organización que también extorsionaba y sicareaba en la capital gracias a sus nexos con viejos aliados del Cártel de los Beltrán Leyva.

Al funeral del jefe del Cártel de Tláhuac llegaron decenas de mototaxistas agradecidos con el grupo delictivo. (Imagen por Galo Cañas/Cuartoscuro.com).

Y para que el Cártel de Tláhuac funcionara, necesitaba de gente como Elías. El eslabón más bajo de la organización y, a la vez, el más importante: jóvenes sin oportunidades de empleo bien remunerado y que de un día para otro tuvieron el ofrecimiento del cártel de trabajar a sólo cuadras de su casa y ganando mensualmente lo que ni sus amigos profesionistas lograban en una quincena.

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Elías es parte de una tropa de mototaxistas del cártel, el corazón que bombea sangre a la empresa, encargados de la vital tarea de recoger desde muy temprano los pedidos de droga que llegan desde el sur del país y distribuirla hasta los puntos y punteros —narcotienditas y narcomenudistas— que la esparcirán por la ciudad, desde Ciudad Universitaria hasta la violenta delegación Iztapalapa. Sin ellos, los aproximadamente 10.000 mototaxistas del cártel, no habría plan de negocio.

—Yo por eso acepté hablar, porque… hay que entender esto bien… no como lo cuentan los medios —se justifica Elías, quien enumerará una serie de razones para enrolarse en un cártel y no en una universidad: mi mamá está enferma / yo necesitaba trabajar cerca de mi casa / es un trabajo como cualquier otro / nadie pagaba tan bien como Felipe.

Pero sobre todo, Elías ha aceptado hablar porque, para él, el violento Felipe de Jesús Pérez Luna, 'El Ojos', y su hijo, Miguel Ángel, 'El MK' o 'EL Mickey', eran y son "buenas personas". Supuestamente, defenestrados "sin justicia" en los medios. Aunque ambos estén ubicados por la Policía de Investigación de la Ciudad de México como autores materiales de más de 20 asesinatos y la desaparición forzada de, al menos, 30 jóvenes, según un expediente al que tuvo acceso VICE News. Aunque construyeron su fama de violentos al traer a la Ciudad de México las técnicas de los más sádicos cárteles del narcotráfico, como decapitar enemigos o dejar cabezas de animales frente a los domicilios de rivales. Aunque hoy Elías tenga miedo por lo que le pudiera hacer el barrio, si se entera de que hablará de la vida interna de la empresa.

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—Es que ustedes no lo conocieron, pero de verdad que era un buen tipo… bueno, ¿qué hacemos? ¿empezamos? Es que sí me da nervios hablar de esto y ya se está poniendo oscuro…

VICE News: ¿Cuándo fue que entraste al cártel, Elías?
Elías: Yo inicié en el 2014 en una base de mototaxis de (la colonia) Nopalera.

¿Cómo entraste al cártel?
Por 'El Mickey', uno de los hijos de Felipe (detenido en mayo de este año en Acapulco, Guerrero)… Él es bastante importante en el barrio… 'El Mickey', de igual forma, movía lo que son las bases de motos. Él le daba empleo a la gente, él le daba las motos a los mototaxistas para poder movernos e incluso él fue quien me dio mi mototaxi para poder trabajar.

¿Cómo fue la invitación?
Cuando comencé, prácticamente todo fue rutinario. Escogían gente como yo. Gente que se levantaba muy temprano y desde muy temprano ya estaba llevando gente en mototaxis para su trabajo o cosas así. A partir de ese momento, me contactó la jefa en ese entonces del barrio. La conocemos como 'La Gorda'. Ella me contactó y me invitó a una reunión del 'sindicato de Atlixco' (una zona de la delegación Tláhuac). En esa ocasión me dijeron que iba a empezar a llevar gente a lugares específicos en horarios y días específicos.

¿Qué rol tenías en el cártel? ¿Vendías droga?
Yo jamás llegué a vender. Únicamente era para otorgarlas a la gente con las que (las vendía)… o llevarlas a las fiestas. Yo jamás vendí. Yo jamás quise meterme en los puntos. Únicamente ayudaba a distribuir la mercancía.

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¿Cuánto llegaste a mover en Tláhuac?
Llegué a entregar más de 300 grapas (al día), más de 5 o 10 kilos al día de marihuana.

¿Y cuánto te pagaban por ese trabajo?
En la empresa, aproximadamente, me estaban pagando 4.000 pesos (230 dólares) a la semana, que fue lo más que llegué a percibir.

¿Por qué aceptaste entrar?
Más que nada por necesidad, mi mamá está enferma, yo tengo que cuidarla y no podía estar en un trabajo muy lejos. Y, la verdad, te pagaban bien y tenías oportunidad de ir subiendo…

¿Cómo era la relación con la policía de la Ciudad de México?
La policía de la Ciudad de México… Pues, prácticamente (el cártel) tenía comprada a la mayoría de los sectores del barrio. En alguna ocasión, en mis primeras entregas, tocó que me detuvo una patrulla. Se bajaron, me quisieron revisar. A lo que uno de mis, podría decirse, "ojos" (vigilantes), no sé, nunca supe quiénes eran, siempre era alguien que andaba en una (motocicleta) Italika verde moviéndose todo el tiempo… posteriormente, llegó él, llegaron otros dos sujetos en otras dos motonetas, a lo cual dijeron (a los policías) "es chavo de 'El Mickey', es novato". Los policías únicamente dijeron "vámonos, pareja", se subieron a su patrulla, se movieron, yo continué mi camino e hice mi entrega.

¿Y con la delegación? ¿Es cierto que la familia de Felipe Pérez Luna trabaja en la delegación Tláhuac?
Eso es bien sabido. La familia ahí trabaja, son muy amigos del delegado y hasta militan en Morena, dicen en el barrio.

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La pregunta parece incomodar a Elías. De pronto, hablar sobre los nexos políticos de la empresa le seca la garganta y lo hace dar otro gran sorbo de cerveza oscura, que parece indicar que no hablará más de eso. No lo sabe aún, pero en los días siguientes a nuestro encuentro el jefe delegacional de Tláhuac, Rigoberto Salgado, pasará rápidamente de supuesto gobernante omiso a presunto socio del narcotráfico, aunque él niegue cualquier nexo con el crimen organizado. Pese a la insistencia que pone en su inocencia, el delegado se enfila hacia el despido del puesto y a una investigación judicial que podría colocarlo en prisión.

¿Cómo describirías a tu exjefe, Felipe Pérez Luna?
Felipe era un hombre podríamos decirse, entre comillas, buena persona. Ayudaba al barrio. Estaba con nosotros. Era una persona que si tú le pedías un favor, sabías que ahí lo ibas a tener. Pero tenías que corresponderle.

¿Y si no…?
Te atenías a las consecuencias. No le podías fallar. O te ibas del barrio o te mataban.

Días después del asesinato de 'El Ojos', en la delegación Tláhuac aparecieron cartulinas defendiendo al capo. (Imagen por Saúl López/Cuartoscuro.com)

¿Qué recuerdo tienes de él?
Yo lo llegué a ver dos veces: una fue en una fiesta de no recuerdo quién. Fue con todos ellos. Únicamente me saludó indiferentemente. En otra ocasión lo llegué a ver en la fiesta de uno de sus hijos. Me ofreció una chica, me preguntó que si estaba bien. Yo únicamente le pedí unos lineazos (cocaína) y tragos, la verdad. No necesitaba una chica por ahora, me la estaba pasando chido con la banda. Dijo que estaba bien, a continuación llamó a todos y los que querían una línea, se las dieron. Las líneas eran infinitas. Toda la noche.

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¿Qué pasó ese día del operativo en el que matan a 'El Ojos'? ¿Cómo recuerdas ese 20 de julio?
Nadie le decía 'El Ojos'. Eso fue algo que alguien le puso. No sé quién… así lo empezó a conocer la gente. Es Felipe y ya. Nadie en el barrio tiene claro (lo que pasó durante el operativo). Es muy tonto, es muy estúpido, es muy pendejo creer que Felipe fue abatido así de fácil. Como si fuera tan sencillo tirar a alguien que lleva dirigiendo el cártel.

El operativo estuvo muy salvaje, no puedo decir que estuvo suave. Llegaron directamente con todos. Nosotros únicamente tuvimos que defender el barrio ¿Cómo? No dejando pasar a nadie (…) El cártel cayó a partir de la captura de 'El Mickey'. Él es mi patrón, él que nos otorgó todo. A partir de su captura fue cuando empezó a desmoronarse la empresa.

¿Segurá operando el Cártel de Tláhuac, con Felipe Luna asesinado y su hijo, 'El MK', en prisión?
El Cártel de Tláhuac no podría llamársele como tal, porque no tienen un nombre. No es el Cártel de Tláhuac, siempre se le conoció como la empresa o la organización. Nunca tuvo un nombre. Y no sé si va a seguir funcionando, a nosotros únicamente nos dijeron que la empresa no estaba muerta. La empresa opera con el material que puede haber en el barrio. Pero no puede operar demasiado y, además, tiene que elevar los precios por la poca mercancía.

¿Quién queda al frente?
Hoy, ahorita, el chido es 'El Pelón'. Es el nuevo patrón, otro hijo de Felipe y hermano de 'El MK'. Hay juntas con él y todo…

¿Tú quieres seguir en el Cártel de Tláhuac?
Yo sí, sí quiero. Está jodido. Yo lo sé. Sí veo cosas culeras, como que (dicen que) 'El Ojos' mandó a matar a su propio sobrino. Cosas así que dices '¿para qué ando acá?'. Pero, la verdad, sí hay necesidad. Y mientras la empresa siga, yo seré fiel a mis patrones…

¿Y habrá más gente como tú que quiera seguir en la empresa?
¡Uy! Eso es lo que sobra en el barrio. Gente necesitada. Yo te pronostico que si no es esta empresa, llegará otra. Esto no se va a acabar nunca. Esto llegó para quedarse en la ciudad. La neta.

*Elías es un pseudónimo usado para proteger la identidad del entrevistado. Después de varias semanas de buscar a alguien del cártel que quisiera dar su testimonio, VICE News encontró a este joven mototaxista. Para comprobar su identidad, Elías mostró imágenes en su celular de los cargamentos de droga que mueve en su colonia, pero por razones de seguridad pidió que no se compartieran con los lectores.

Sigue a Oscar Balderas en Twitter: @oscarbalmen