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Cultură

Un periodista investigativo colombiano nos habla sobre la película Spotlight

Alberto Donadio, columnista y periodista investigativo colombiano, habló con nosotros acerca de la película que cuenta cosas sobre su oficio.

El equipo investigativo de Spotlight en la película.

El pasado 7 de enero se presentó por primera vez en nuestro país Spotlight (En Primera Plana), la película que recrea una famosa investigación de cuatro periodistas acerca del caso de pedofilia generalizada en las iglesias de Boston, Estados Unidos. Esa labor, que fue galardonada posteriormente con un premio Pulitzer, el más prestigioso del periodismo, desenmascaró a una gran cantidad de sacerdotes que lograron ocultar bajo la sotana eclesiástica todos sus pecados.

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En la película, los periodistas pasan horas sentados en una biblioteca. Asisten a reuniones interminables. Hacen llamadas telefónicas: a víctimas, por un lado, a las que hay que sacarles una versión detallada de sus cuentos, y a victimarios, por el otro, que se rehusan a contar siquiera las generalidades. Trabajan los fines de semana. ¿Qué tan fiel es lo que nos muestran? ¿Así es, verdaderamente, el periodismo investigativo? ¿Qué tanto se puede comparar con el escaso periodismo investigativo que hay en Colombia?

Para eso es necesario encontrar algún periodista cuyo trabajo sea justamente ese: desenmascarar escándalos escondidos. Alberto Donadio se me hace el interlocutor perfecto para discutir sobre la película. Es un respetado periodista que inició su trabajo en la Unidad Investigativa de El Tiempo desde 1972 a 1987, compartiendo silla con Daniel Samper Pizano, y ha publicado por lo menos cinco libros sobre los líos que hay en este país. Muchas veces, asegura, los medios se han negado a publicarlo.

Entre sus textos se encuentran El cartel de Interbolsa, ¿Por qué cayó Jaime Michelsen?, Los Farsantes y El Montaje, entre otras. Para escribirlos se encargó, por días, por meses, de investigar hechos, fraudes, bancos, empresarios. "Por ejemplo el de Jaime Michelsen y el Gran Colombiano fue un escándalo que nos tomó varias semanas en descubrir", me dijo cuando lo llamé por teléfono a Bucaramanga, donde vive actualmente.

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Sus investigaciones ya han sido galardonadas con el premio al mejor libro periodístico y se han consolidado como una guía hacia el camino de la investigación periodística. Por eso, y sin más preámbulo, quise que me contara un poco acerca de lo que piensa de la película.

VICE: Alberto, dime, ¿cómo te pareció?

Alberto: Me pareció una película muy instructiva y veraz con respecto a las investigaciones de largo alcance. Se encargan de mostrar todos los procesos de investigación (entrevistas, lectura, llamadas…) que se deben hacer cuando se trata de descubrir algo turbio en alguna institución.

¿Qué tan fiel es la película con los procesos de investigación en el periodismo?

La película es fiel a la investigación que se hizo en el Boston Globe [el periódico que investiga y denuncia a los curas]. Deja muchas cosas que son comunes a los periodistas investigativos alrededor del mundo. Podría decir que es de las pocas películas que tocan ese tema de manera correcta.

Por ejemplo, uno de los procesos que me pareció muy interesante en la película fue cuando llegó el nuevo editor a un consejo de redacción. El hecho de que llegue alguien de afuera con un nuevo descubrimiento para trabajar en una investigación de largo aliento es algo que me ha pasado constantemente.

Otro elemento que me pareció muy realista fue cuando los del equipo de investigación de Spotlight deslegitiman a una fuente por ser apasionada. [En la película es el personaje llamado Phil Saviano, que creó un grupo de apoyo para las personas abusadas por sacerdotes, llamado SNAP].

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En la película los periodistas tienen muchos problemas para hablar con personas relacionadas con el caso (ya sean víctimas o victimarios). ¿Te ha tocado una experiencia similar en tu trabajo?

Claro que sí. Son personas que no quieren hablar del tema ya sea porque es muy doloroso para ellas o simplemente no quieren involucrarse. Toca es saber exactamente quién o qué le puede dar una información valiosa. Y eso en la película queda clarísimo. Acá tienen mucho valor las fuentes documentales y también las entrevistas. Entonces cuando ellos van a la biblioteca del periódico, sacan los directorios de los párrocos y se dan cuenta de la incapacidad de ellos para buscarlos es exactamente lo que nosotros hacemos cuando nos interesa un tema.

La película no tiene ficción.

Tratemos de aterrizar esta película al contexto colombiano. ¿Cómo han sido tus grandes investigaciones que tratan temas delicados?

No he hecho temas religiosos. Yo me especializo en investigaciones de escándalos financieros. Hice una con la crisis que hubo a partir de 1982, todo lo que hubo con el grupo Gran Colombiano de Jaime Michelsen. En El Tiempo estaba prohibido publicar cualquier cosa contra Michelsen, eran puros elogios porque era el hombre más poderoso del país. Por eso lo que descubrimos salió publicado en un libro.

Trabajamos en ese caso Daniel Samper, Gerardo Reyes y yo (la Unidad Investigativa) con Guillermo Cano y Fabio Castillo. Casi nadie se atrevía a oponerse a Michelsen porque tenía una cantidad de periodistas a su alrededor.

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¿Cómo fue la investigación de Michelsen?

Con la Unidad Investigativa descubrimos unos autoprestamos y falsificaciones en el Banco de Estado.

Cuando llamamos a varias personas que habían solicitado un préstamo, nos dimos cuenta de que esas personas no habían recibido nada. ¿Quiénes eran? Una secretaria en el Banco de la República, el chofer en el Ministerio de Salud… Después de eso encontramos que con los documentos que habían dejado en el Banco para el préstamo se habían creado unos créditos que no recibieron los solicitantes pero sí recibieron los dueños del banco. Ahí se destapó todo.

¿De qué depende que publiquen o no una investigación?

Spotlight pone un ejemplo muy claro de esa pregunta. Los problemas para publicar se basan en la coyuntura del lugar donde se encuentran.

El problema de la película es la iglesia, que es un poder muy fuerte. Entonces para sacar los trapos sucios de personajes religiosos reconocidos estaría en contra de las creencias de los propios lectores. Acá depende de intereses: El Tiempo no publicaba lo que encontramos sobre Michelsen porque no les convenía económicamente.

¿Cuánto tiempo puede demorarse una investigación como la de Spotlight o la del Grupo Gran Colombiano?

Puede variar. Son semanas y a veces meses. De hecho, acabo de publicar un libro sobre el expediente del asesinato de Rodrigo Lara Bonilla de 15 mil folios que tuve que leer seis veces. Entonces ahí puede pasar un año fácilmente mientras uno se empapa de todo lo que toca entender. No todo el mundo sabe sumergirse en ese mar de papel sin ahogarse. Toca saber encontrar lo que es importante para la historia. No todo el mundo se le mide a eso.

¿Cuál es la diferencia entre un periodista investigativo gringo y uno colombiano?

Allá tienen todo el apoyo y presupuesto que acá no puede tener ningún periodista. Hay fundaciones y motivaciones para que las personas investiguen. Acá no les sirve mantener a un periodista por dos años por una noticia que es posible que no salga por falta de pruebas. De hecho, en Estados Unidos hay una organización llamada ProPublica, creada por un millonario, que está encargada de investigar constantemente temas de este tipo. Después esas investigaciones van a parar a los medios, pero acá no hay nada como eso.

¿Cuál es el objetivo del periodismo investigativo?

Muchos dicen que la función del periodista no es denunciar, que eso lo debe hacer la fiscalía. Pero realmente la función de un periodista investigativo es tener la obligación de investigar como si fuera un fiscal, un contralor y un procurador con la visión de descubrir abusos de cualquier institución pública o privada que se presente.