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Cultură

La trágica carrera fílmica de Keiko

Su carrera comenzó entre aliens, erecciones y César Bono.

“Ya sé que yo no hago las mejores películas, pero hago industria”, me dijo René Cardona III la primera vez que platiqué con él, hace dos años, mientras comíamos hamburguesas y nos tomábamos un asqueroso Cabrito con toronja durante un festival de cine. Hijo de René Cardona Jr. (Tintorera, 1977) y nieto de René Cardona I (Capulina contra los vampiros, 1971); René Cardona III no pudo evitarlo: nació hasta la madre de celuloide. Tiene en su haber casi 70 películas y, en varias de ellas, como él mismo dice, le ha tocado ser pionero. Serafín (2001), por ejemplo, “es la primera película filmada en alta definición y hablada en español en el mundo”; Vacaciones del terror (1989) “fue la primera película de terror para niños”; y Keiko en peligro (1990) “es la primera película hecha con una ballena en cautiverio”. Se rumora que Cardona III planea hacer un remake de Vacaciones del terror y aunque eso nos emociona, lo que realmente nos intersea es su trabajo con Keiko, no sólo porque César Bono actúa junto a la ballena más famosa de este país, sino porque es el más grande coctel de fantasías infantiles, extraterrestres y filosofía new age que se haya filmado. 

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VICE: ¿Cómo se les ocurrió hacer Keiko en peligro

René Cardona III: La idea fue de Hugo Stiglitz. Queríamos hacer una película que nos diera la conciencia de que estábamos contaminando mucho, y que a esta ballena la habían dejado unos extraterrestres que ahora venían por ella porque los humanos se estaban hundiendo en sus propios desperdicios. Ellos hablan del Popol Vuh, hablan en maya. Fíjate cómo hace veintitantos años nosotros ya hablábamos del cambio de conciencia del 2012.

¿No tuvieron ningún problema con la ballena en la filmación?

La unidad submarina sí se llevó dos o tres sustos, pero le echamos mucho valor. Yo me acuerdo que llegamos al estanque y uno de los biólogos nos dijo que tuviéramos mucho cuidado, porque la ballena y los dos delfines eran telépatas y podían controlar nuestras mentes. Y sí, a uno lo agarró la ballena de repente y le dio una vuelta al delfinario; y después me agarró a mí pero me soltó, como que nos dijo: déjenme de estar chingando. Pero nosotros fuimos con muy buena onda, y yo creo que la ballena sentía eso.

Escuché también que filmaron a Keiko mientras tenía una erección.

Sí, lo filmaron dos veces cuando se le salía el pitín, pero no se parchó a nadie. Eso nunca lo habían filmado.

¿O sea que ustedes fueron los primeros en el mundo en grabar una erección de ballena?

No, no mames, pero yo creo que sí fuimos los primeros en este país.

¿Pasó alguna otra cosa extraña durante el rodaje?

Sí, nos sucedió algo muy raro. Hay un cuate que se llama Carlos Díaz, un día lo vi y me dijo que había recibido mensajes como los que dicen los personajes de Keiko en peligro. Me preguntó: “¿quién te dijo estas chingaderas?” Y pues yo le dije: “las saqué del Popul Vuh”. Y entonces él se voltea y me dice: “es que a mí me las dictaron otros”. Y entonces yo pensé que aquello debía ser algo autoral, pero me dijo: “no, cabrón, yo veo extraterrestres”; y dije, “a’hijo de su puta madre, ¿qué pedo?”

Después de tu película, Keiko actuó en Liberen a Willy; luego fue liberada y posteriormente murió. ¿Dirías que la mató la fama?

Lo que pasó con la ballena fue otra cosa. La fama es ser reina por un día, y cuando eso te pasa y la fama te come, pues qué pendejo. Lo que pasó fue que, después de Liberen a Willy, llegaron los pinches ambientalistas y dijeron que la aleta dorsal que tenía estaba atrofiada y que la estábamos matando. Y entonces estos pendejos se la llevan y después deciden integrarla al océano, pero la pinche ballena no sabe matar, no sabe pescar, no sabe luchar. Keiko murió de hambre y eso se me hace un desperdicio gigantesco.