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Cultură

Diez años tras Mir

No es la versión afgana de Heidy y Pedro, sino la dura transición de Afganistán mostrada a través de la vida de un niño.

Un trabajo de constancia y perseverancia, el paso del tiempo como principal recurso narrativo en un documental. El niño Mir funciona como una analogía directa de un nuevo comienzo. Lo que significa crecer en época de guerra y durante un cambio de regímenes. El desarrollo de un ser humano en construcción, aún en la situación más precaria.

El director Phil Grabsky viajó a Afganistán en 2002 atraído por la invasión de los aliados occidentales contra los talibanes. Llegó con el propósito de encontrar a un personaje para ponerle rostro a todo un periodo de transición y reencarnación en el problemático país de Asia central. El resultado de ese viaje de un año fue “The boy who plays on the Buddhas of Bamiyan”, documental que se centra en la vida Mir, un pequeño de un pequeño niño que vive en las montañas.

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Posterior a el estreno de dicho documental, el cineasta se encontró siguiendo a Mir recurrentemente por una década. El resultado de esos diez años es El niño Mir: 10 años en Afganistán. El documental sigue el proceso de un niño que se convierte en hombre, creciendo en circunstancias inhóspitas y dentro de un momento determinante en la vida de su país.

El drástico paisaje de las cuevas de Bamiyán al noroeste de Kabul sirve como escenario para esta historia, en la que una familia hace todo lo posible para sobrellevar tiempos de conflicto y reestructuración en su región.

En un principio Mir es como cualquier infante, se toma la vida a la ligera y juega ignorando su difícil e improvisada situación familiar. Se encuentra lleno de sueños, dice querer convertirse en un maestro de escuela o presidente de Afganistán.

Al crecer, su personalidad alivianada y su despreocupación cambian. Se vuelve más consciente sobre lo que pasa a su alrededor. Quiere estudiar, pero al ser el único hijo varón de la familia empieza a contribuir cultivando trigo en las montañas. Mir se enfrenta a diferentes etapas de su crecimiento, desde el gusto al futbol y por montar burros, hasta el interés por las mujeres y motocicletas.

Mir representa toda una década, la pasada; la de la guerra en contra del terrorismo y de invasiones injustificadas en Medio Oriente. La década en la que la administración de George W. Bush logró polarizar más que nunca al mundo cristiano del islámico. La década en la que un ya frágil y abatido Afganistán, por las buenas o por las manas, se enfrentó de nuevo a cambios que lo redefinirán como nación. En medio de toda esta mierda y de todo este desmadre, la vida sigue y los niños crecen.

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El niño Mir: 10 años en Afganistán, forma parte de la selección oficial de Docs DF, y puedes verlo asistiendo a una de las siguientes funciones:

14 de noviembre, 16:00, MUNAL

15 de noviembre, 19:00, Foro Gabriel Figueroa (Cineteca Nacional)

16 de noviembre, 20:00, Cinemex Plaza Insurgentes

17 de noviembre, 16:30, Cinemas Lumiere Reforma