Fuera del Ring: La vida de un promotor en Chiang Mai

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Fuera del Ring: La vida de un promotor en Chiang Mai

Hablamos con el promotor del estadio Kalare para hablar sobre peleas, turistas, los retos de organizar peleas reales y la diferencia entre los peleadores extranjeros y tailandeses.

Fotos por Matthew Yarbrough

Cuando se pone el sol en la ciudad de Chiang Mai en el norte de Tailandia, los vendedores callejeros arman sus puestos, enfocándose en los turistas extranjeros que merodean por el bazar. Algunos turistas visitan el establecimiento de al lado, un estadio al aire libre con lonas a todo color que anunciaban peleas reales de muay thai. Los espectadores comienzan a llegar, encontrando espacios en sillas de plástico rodeando el ring, y esperan que las peleas comiencen.

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No notan al tailandés que está en el fondo asegurándose de que todo esté en orden. Mientras sus clientes turistas toman cerveza y especulan sobre si las peleas están arregladas, el promotor Sombuek Wongsak está trabajando, lidiando con problemas mientras se presentan invariablemente. Un peleador tailandés programado para la tercera pelea se reportó con una lesión ayer; ¿ya llegó su reemplazo? Un dueño de gimnasio con un contendiente europeo mintió sobre el tamaño de su peleador: ¿podrá pelear contra el oponente que estaba programado, un peleador que lo supera por más de doce kilos? La peleadora de alto nivel que enfrentará a la originaria de Singapur supuestamente está enferma: ¿estará dispuesta a pelear cuando llegue el momento?

Como muchos promotores, Somnuek comenzó como peleador. Su carrera duró poco tiempo. Comenzó a pelear a los diez años, subiendo al ring solo cuatro o cinco veces antes de desertar debido a que "el boxeo era muy doloroso". El muay thai sigue siendo de su interés; después de su incursión fallida en las peleas, continuó en el deporte fuera de las cuerdas.

Sombuek comenzó a promover peleas hace treinta años, en eventos pequeños en su provincia natal, Lamphun en el norte de Tailandia. Hace dieciocho años, se mudó a Chiang Mai y se involucró en el circuito de promotores, enfocándose en gran parte en peleas de menor escala en varios festivales y ferias de templo. Después de cerca de tres años de organizar peleas en templos, construir relaciones y su currículo, Somnuek obtuvo una gran oportunidad: Firmó para ser promotor con el reconocido estadio Kawila, al que se refiere como el "estadio número uno en Chiang Mai".

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Una década después, Somnuek dejó Kawila después de que un incendió destruyó el estadio. Llevó su promotora a Kalare, que en aquel momento era un estadio al aire libre unido a un mercado nocturno. Somnuek y su equipo trabajaron para aumentar las ganancias de Kalare, enfocándose en atraer turistas. "En aquel entonces, nadie sabía que Kalare tenía un estadio de muay thai", dice Somnuek. "Nuestro estadio no era lo suficientemente bueno como para competir con los demás. Me tomó dos años hacer que los extranjeros lo conocieran, pero ahora nos podemos sostener".

Han pasado cuatro años desde que Somnuek Wongsak llegó a Kalare, y tres décadas desde que comenzó a promover peleas en el norte de Tailandia. Las prácticas y enfoque demográfico de su negocio han cambiado con el paso del tiempo, aunque muchas de sus prácticas se han mantenido igual. Por ejemplo, Somnuek tiene un enfoque sencillo para emparejar a sus peleadores. "A veces los dueños de gimnasios me contactan [con respecto a sus peleadores]", dice. "A veces los contacto. Me envían información para cada peleador y luego los veo y los emparejo con peleadores cuyo peso y altura es igual". Muchos de sus peleadores de muay thai vienen de Chiang Mai o provincias cercanas, pero la promotora de Somnuek en un momento u otro ha presentado peleadores de todo el país.

Los peleadores extranjeros se programan igual. En cuanto a los peleadores tailandeses, los dueños de gimnasios a menudo contactan a Somnuek directamente sobre su contendiente. Pero las peleas a veces se organizan de manera diferente. "Por lo general, cada round de pelea para los peleadores tailandeses dura tres minutos, con descanso de dos minutos", dice. "Pero para los peleadores extranjeros, cada round puede durar solo dos minutos con descanso de dos. Depende de su experiencia".

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Promover la creciente población de peleadores extranjeros presenta retos únicos. "La cuestión con trabajar con extranjeros es que no hablamos el mismo idioma", dice. Más que el idioma, sin embargo, es la diferencia cultural entre los estilos de pelea. "Es importante que les de programas de pelea, les tengo que decir por adelantado la fecha en la que pelearán. Con los tailandeses, no les tengo que dar mucho tiempo de anticipación, les puedo decir poco tiempo antes. Los tailandeses son más flexibles. Pero los peleadores extranjeros no pelean si no han tenido suficiente práctica".

Somnuek trabaja con una gran mezcla de nacionalidades, pero su audiencia se compone casi exclusivamente de extranjeros, al menos el noventa por ciento aproximadamente. Los tailandeses que llegan esta noche son en gran parte entrenadores, compañeros de equipo y amigos de los peleadores tailandeses que les ayudan como esquina o apoyándolos. Se quedan en el fondo, hablando con los demás miembros de la comunidad. Sorprendentemente no hay muchos apostadores.

Para muchos turistas, estos eventos Kalare son un espectáculo etnográfico, una fuente de entretenimiento cultural en una vacación por Tailandia. La mayoría de los espectadores expresan su aprecio e interés callados, en contraste con la multitud de apostadores tailandeses que son característicos de los grandes estadios de Bangkok. Los públicos de extranjeros son muy diferentes. El miembro de la audiencia más ruidoso es un hombre blanco que grita en apoyo a una peleadora tailandesa de la esquina azul, aparentemente decidió apoyarla al ver su trenza larga y cuerpo esbelto.

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"¡Sí, AZUL!", grita repetidamente. "¡Estás hermosa!", y los demás espectadores hacen muecas por cada uno de sus gritos. El fanático no tiene idea que Azul se siente un poco mal esta noche. Probablemente no sabe que está viendo a Chapabrai, una excampeona. Él y otros espectadores ven mientras Chabaprai pierde una decisión cerrada contra su oponente de Singapur. La amiga y esquina de Azul, la conocida peleadora Lommanee, quien ganó su pelea más temprano esta misma noche, le da palabras de aliento después tras bastidores: Hubieras ganado si te hubieras sentido bien. Chabaprai se repone; los peleadores tailandeses están acostumbrados a las subidas y bajadas y al flujo de las victorias y derrotas. Pelear es un trabajo no nada más una pasión. A veces tienes que pelear enfermo. Con las manos libres de vendas y guantes, Chabaprai se acerca a su oponente y felicita a Marilyn del gimnasio Santai por la buena pelea.

Faltan un par de peleas más en la cartelera, incluyendo la pelea dispareja entre un enorme alemán y un asiático bastante más pequeño. Pocos se sorprenden al ver un nocaut en el primer round. Después de la última pelea, la mayoría de los espectadores occidentales dejan las sillas de plástico y regresan al mercado, perdiéndose entre los puestos de comida tailandesa. Somnuek suspira mientras los ve desaparecer, aliviado debido a que el espectáculo salió bien en su mayoría.

La llegada de turistas internacionales a Tailandia y su interés por el muay thai, bueno para sus ventas, es uno de los cambios que ha visto Somnuek en el deporte en los últimos años. Los pequeños cambios varían de región en región, basándose en si la audiencia se compone de turistas o apostadores. Los cambios más grandes plagan la cultura del muay thai, y no de buena manera. "En general, las personas en la industria de las peleas ahora ya no son tan confiables como los demás", critica Somnuek. "Me refiero a que los promotores en Bangkok y en otras provincias. Sólo trabajan por el dinero".

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No son sólo los promotores los que caen ante la codicia, dice Somnuek, sino también los mismos peleadores. "No es como era antes, cuando los peleadores peleaban por fama y veían el dinero como algo secundario", dice reflejando el mismo sentimiento que he escuchado de otros veteranos del muay thai. "Los peleadores de las generaciones previas eran más responsables con su profesión que los peleadores actuales".

Puede ser verdad, aunque los miembros de las generaciones pasadas en la mayoría de las culturas por lo general desprecian la ética de trabajo y los valores de las generaciones más jóvenes. En el muay thai, una queja común es el deterioro de la técnica clásica y "hermosa". Somnuek comparte ese sentir. "A las generaciones pasadas les gustaba mostrar sus técnicas para asombrar a sus audiencias. Pero ahora, los peleadores sólo quieren ganar. No les importa mostrar una técnica impresionante que la gente quiera ver. Sólo quieren guardar su energía, hacer poco para ganar. Ver muay thai en el pasado era mucho más divertido ya que aquellos peleadores daban todo lo que tenían en cada pelea".

Pero Somnuek reconoce las variantes en el muay thai en Tailandia. Cada región, dice, tiene sus propias idiosincrasias. Como promotor, en el norte, ve una cultura del muay thai diferente a la de la región de Isaan, el sur de Tailandia o Bangkok.

Primero que nada, dice Somnuek, la seriedad del entrenamiento es diferente en cada región, así como la expectativa de hacer una carrera en el muay thai. "Digamos que tenemos cien peleadores del norte", dice. "No creo que más de diez de ellos se conviertan en peleadores de primer nivel. Pero los peleadores del Isaan, son todo lo contrario. No más del diez por ciento no lograría sus metas en el muay thai".

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A su parecer, los peleadores del sur de Tailandia tienen una cultura y entrenamiento similar a los de Isaan, aunque estarían cerca de sus contrapartes del noreste. "Los peleadores de Isaan son pobres. Pelear es su trabajo real", dice Somnuek. "Si ganan la pelea se vuelven famosos, y les pagan mejor de lo que ganarían en otros trabajos". Claro, Bangkok es el "centro del muay thai en Tailandia", dice Somnuek y agrega que "no hay peleadores originarios de Bangkok".

Como muchos otros promotores que trabajan fuera de Bangkok y prefieren una audiencia de extranjeros, la meta de Somnuek es organizar peleas parejas entre contendientes reales. Los anuncios de las arenas varían mucho de los lugares turísticos como Phuket y Koh Samui en el sur aunque todos anuncian "peleas reales, cien por ciento reales". No hay exhibiciones coreografiadas entre "peleadores" que no entrenan, dicen. No hay nada arreglado, nada falso.

Pero es complicado organizar peleas reales. "Promover muay thai real cuesta mucho dinero", dice Somnuek. Se hacen todo tipo de gastos al promover peleas. Las ganancias son un gasto enorme: los mejores peleadores quieren bolsas más grandes. "Es verdad que organizamos eventos sólo tres veces a la semana", dice Somnuek, "pero nos aseguramos de que nuestros eventos sean buenos. Le ponemos énfasis a cada pelea, no como los demás lugares donde tienen eventos a diario pero sin tanta calidad. No permitimos peleadores que tengan menos de un grado B para pelear porque sabemos que nuestro público querrá ver peleas reales".

Las ventas del estadio Kalare han aumentado desde la llegada de Somnuek hace cuatro años. Atribuye su éxito a su pasión por el deporte. "Al ser un promotor necesitas amar tu trabajo. Las peleas organizadas por promotores que sienten pasión por la industria siempre serán siempre mejores que las peleas que organizan aquellos que lo hacen sólo por dinero".

Cuando le pido que de un consejo para futuros promotores, Somnuek

When asked to offer advice for future promoters, Somnuek menciona la honestidad y cooperación. "Necesitas ser honesto con tus colegas y peleadores. A veces no tienes dinero después de pagarle a los peleadores, pero lo que debes tener en mente es que todos dependemos uno del otro".

Interpretación de idioma por Jantakarn Narweephab.