Salud

Cómo procesar el duelo estando en cuarentena

Cuando un familiar murió por el coronavirus, pedí ayuda a un experto.
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Ilustración de MATTEO DANG MINH.

El confinamiento nos obliga a cuestionarnos la relación que tenemos con nosotros mismos, con el mundo exterior y con los otros. Así que, hemos hablado con un experto para que nos responda a nuestra pregunta.

Pregunta: Mientras estaba aislado, supe que un familiar estaba enfermo. Me fui enterando de cosas poco a poco y trataban de quitarle hierro al asunto por teléfono. Estas últimas semanas, he estado en un limbo, en el que pasaba de ser consciente de la gravedad del asunto a una indiferencia total, como si no estuviera pasando de verdad porque no lo veo, aunque sea una persona cercana y querida.

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Sentía una impotencia constante y acabé por pedir a mis familiares que me pasaran una foto del ataúd en vez de poder abrazarlos fuerte en estos momentos tan duros. Creo que muchos están pasando por situaciones similares. Así que mi pregunta es: ¿cómo se puede lidiar con la sensación de impotencia? ¿Cómo asimilo el duelo tras haber perdido a un ser querido sin poder estar ahí?

Respuesta de Marilena Iasevoli, psicoterapeuta especializada en relaciones:

El distanciamiento social a menudo se ve como un obstáculo, pero deberíamos verlo como una oportunidad de reflexión. La sociedad nos empuja a ser siempre los mejores, lo cual a veces puede ser agotador. Básicamente, es normal sentirse impotente y puede ser útil; no te sientas culpable por ello ni trates de rechazarlo. Aceptar tus límites físicos y mentales puede ser liberador. Hace que te des cuenta de quién eres: un ser humano, a veces incoherente y contradictorio en la relación que tienes contigo mismo y con los demás.

Hay tipos infinitos de dinámicas familiares, así que es crucial entender qué clase de comunicación quieres establecer. ¿Qué necesitas estando tan lejos? ¿Quieres saber cómo está esa persona? ¿Quieres hablar con ella, si es posible? ¿Quieres llamar al médico? ¿Quieres que la gente cercana a ella sepa que puede contar contigo para llamarte en cualquier momento? Compartir tus sentimientos puede ser muy poderoso, porque el sufrimiento puede acercarte más a los demás o alejarlos si te cierras sobre ti mismo.

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Cuando un ser querido muere, el proceso de duelo sigue un modelo desarrollado por la psicóloga Elisabeth Kübler-Ross. Lo resumo brevemente en cinco fases: negación, cuando no aceptas lo ocurrido; ira, hacia ti mismo, con otros o con la situación; negociación, cuando intentas encontrar una justificación racional; depresión, cuando te rindes emocional y racionalmente; y, finalmente, la aceptación de la realidad. Obviamente, estas fases no son estáticas —puedes pasar las primeras antes incluso de que la persona fallezca— pero sirven de marco para explicar el duelo.

No hay estudios sobre cómo se procesa el duelo desde la distancia durante una pandemia, pero la psicología nunca había tenido tanta importancia como ahora, así que tendremos información cuando todo esto acabe. Basándome en cómo mis pacientes han gestionado el duelo en la distancia en el pasado, puedo decir que el proceso se diferencia de dos maneras.



En el primer caso, la gente experimenta todo mucho más rápido, sin procesar realmente las emociones. El resultado es una especie de falsa aceptación, porque piensas que puedes superar la situación sin haberla experimentado completamente, aunque las emociones incurren cuando, por ejemplo, vuelves a un lugar que solías compartir con esa persona.

En el segundo caso, el proceso es lento. Estás atrapado más tiempo en la fase de negación o de depresión, posponiendo el complejo trabajo de dejar ir al dolor hasta el momento que finalmente puedas participar en el funeral y abrazar a tus seres queridos. Básicamente, sientes que te falta una pieza del puzle que no te deja avanzar.

En ambos casos, sugiero que no evites el dolor. El dolor a veces parece algo inamovible, pero en realidad es un proceso, un paso hacia la persona que serás cuando todo esto acabe.

Finalmente, mientras estés aislado en casa, trata de crear símbolos y rituales que puedan reconfortarte. Puedes escribir una carta al fallecido o enviarles un mensaje de voz o subir una foto a Instagram con un título conmemorativo. Puedes encender unas velas y tomarte un vino por ellos. Y llorar. Llorar es una oportunidad para crecer.

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Este artículo se publicó originalmente en VICE Italia