El boxeo colombiano está contra las cuerdas

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El boxeo colombiano está contra las cuerdas

Mientras todos ven fútbol, tres boxeadores colombianos se acercan a la mayor hazaña de su vida: ser campeones mundiales.

Quien sepa algo de boxeo seguro se acuerda de Rocky Valdez, el boxeador de peso mediano más aguerrido que ha nacido en Colombia, pues aunque su contextura era inferior a los boxeadores de su categoría, cuando su contendor lo rosaba, Valdez se convertía en una fiera; o a Miguel "Happy" Lora, campeón de peso gallo que defendió con éxito su título en siete ocasiones con un estilo exquisito, veloz e inteligente, completo.

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Quien no sabe nada de boxeo conoce al menos la historia de Kid Pambelé, el mítico campeón de peso welter junior al que vimos retener el título por casi 8 años, tumbando al que le pusieran enfrente y luego, debilitados sus huesos por el ron y el basuco, deambulando como un loco por las calles de Bogotá o Cartagena, borracho, sin poder tenerse en pie ni él mismo.

Esos eran los años dorados del boxeo en Colombia, cuando los presidentes de acá querían estar cerca de los campeones para sentirse ganadores. Los años en que el "El más grande" de todos los tiempos, Muhammad Ali vino bajo el gobierno de Alfonso López el 12 de noviembre de 1977 a dar un combate de exhibición en la plaza de la Santa María en Bogotá contra Bernardo Mercado.

De ahí en adelante, más o menos a partir de la segunda mitad de los años 90, de los boxeadores de Colombia no sabemos mucho. Nada: ni lo bueno ni lo malo. Otros deportes han tomado los titulares de prensa, otros ídolos son los que llegan acá (así no queden campeones mundiales) a llenar las calles de euforia. Y no es porque ya no haya peleadores profesionales rompiéndose la cara en el ring.

Hace un año, el 28 de junio de 2014 Darleys Pérez logró la mayor hazaña en su vida profesional: quedó campeón mundial de peso ligero de la WBA –Asociación Mundial de Boxeo–, y posteriormente retuvo el título tres veces al imponerse al dominicano Argenis López por decisión unánime. Darleys, en casa ajena, dominó la pelea y no solo lanzó más golpes sino que conectó los más limpios, aunque tuvo que esperar hasta el round 12 para que lo declararan campeón.

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La noticia no pasó de un titular escondido y el cinturón negro y dorado se quedó guardado en Barranquilla. Incluso fue más la noticia cuando Darleys -el boxeador sin apodo- perdió el título en noviembre del año pasado en casa de su oponente, el inglés Anthony Crolla, quien le propinó un golpe directo al hígado en el quinto round que logró desplomar a Darleys, quien se arrodilló en el suelo sin creer lo que le acababa de pasar. El veredicto fue knockout técnico. A la pelea asistieron 50 mil personas y las boletas se acabaron 2 meses antes de la velada. Allá.

Darleys Pérez con su cinturón de campeón. Foto cortesía Boxeo de Colombia.

No es una percepción solo mía. Darleys, cuando lo contacté por teléfono para este artículo, me dijo lo que sigue: "los medios nunca han estado presentes, aparte de TeleCaribe. Si un futbolista se orina en cualquier parte están toda la semana pasando esa noticia. Un muchacho que queda campeón mundial de boxeo, que es una hazaña histórica para la vida, pasa desapercibido, nadie le para bolas ni mucho menos".

¿A qué hay que pararle bolas? ¿Qué historias podría contar uno? Darleys, por ejemplo, empezó en el boxeo en 1997, en su natal San Pedro de Urabá, y aunque quería ser futbolista, desde el primer día que entró a un gimnasio de boxeo colgó los guayos y se puso los guantes. "Al principio quería aprender a pelear pero después lo cogí de una manera diferente, como un trabajo, algo más serio, de ahí no hice otra cosa más que boxear".

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Como Darleys están también peleando en el ring Óscar Rivas y Eleider Álvarez, quienes, con Darleys, estuvieron presentes en los Juegos Olímpicos de 2008 en Beijing, China. De ahí, Rivas y Álvarez se hicieron profesionales y hace cinco años se radicaron en Canadá.

¿A qué más hay que pararle bolas? ¿Qué otras cosas podemos contar? Óscar Rivas nació en Buenaventura y empezó en el boxeo porque desde pequeño se defendía a los puños en la calle. Su sueño era ser invencible. Cuando nació su hijo mayor, hace 10 años, empezó a tomarse el boxeo en serio, como una profesión. Aunque, es verdad, hubiera preferido ser arquero de fútbol. Apodado Kaboom, Óscar pelea en la categoría de pesos pesados y lleva un record de 18 peleas realizadas, todas ganadas, 13 de ellas por knock out. Su meta es ser campeón. Cada vez está más cerca: a su último contrincante lo mandó a la lona a los 46 segundos del segundo round.

"Si no hubiera sido boxeador, te digo, ya estaría muerto en las calle de Cali o estaría hecho un vago o trabajando en construcción o quién sabe de pronto de seguridad en cualquier discoteca o hasta de striper", me dice, entre risas, un hombre que en febrero estará peleando para acercarse al título mundial.

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Hagamos clara una cosa antes de continuar: ganar un título mundial de boxeo es el equivalente deportivo a ganar un Mundial de Fútbol. Pero rompiéndose la madre, uno a uno, en un ring. Es una guerra contra el otro que está enfrente, cuidando que las piernas propias no flaqueen, que los brazos no bajen la guardia, que los músculos aguanten un golpe directo al riñón, que la cabeza sepa pensar en una estrategia cuando ya está mareada. Para llegar a ese último round habrá que haber pasado por mucho.

Un boxeador debe empezar como aficionado por lo menos durante 4 o 5 años. En ese campo deberá destacarse, llamar la atención, figurar y conseguir medallas. Si tiene suerte de hacerse profesional, al ser firmado por un apoderado, deberá empezar su carrera enfrentando a rivales suaves, que no le hagan correr muchos riesgos ni le causen mucho daño. Todo eso hasta enfrentar rivales exigentes ante los cuales tiene que demostrar todas sus capacidades. Trotar a las cinco de la mañana. Tener una dieta especial. Ir al gimnasio cinco horas diarias. Practicar técnica frente al espejo. Lazo. Abdominales. Pesas. Abstenerse de tener sexo. Dependiendo de lo que demuestre en sus peleas, la entidad mundial de boxeo podría clasificarlo para convertirlo en retador al título. Tener el peso ese día. No estar pasado, no estar más flaco.

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Ahí falta la pelea final.

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La lista de colombianos continúa: está Eleider Storm Álvarez, radicado en Canadá, oriundo de Puerto Girón, un corregimiento de Apartadó, en el departamento de Antioquia. Diecinueve peleas ganadas, 10 de ellas por knockout.Cinturón plata del Consejo Mundial de Boxeo (CMB), que lo calificó como primero en el ranking de peso semipesado. Su frase: "Colombia es un país muy futbolero".

Eleider "Storm" Alvarez. Foto cortesía Boxeo de Colombia.

Los tres boxeadores, Eleider, Óscar y Darleys, han conversado el tema de la falta de apoyo. Y aunque no es un impedimento para seguir adelante con sus carreras, es un tema bastante molesto. "Nos sentimos mal, nosotros somos colombianos -dice Eleider- y nos deberíamos sentir más orgullosos, que en nuestro país nos dieran más vitrina, nos apoyaran más pero lastimosamente no es así".

¿Qué pasa con el boxeo?

Cualquiera podría pensar que la razón por la que no hay más transmisiones de boxeo es por la violencia que implica el deporte. Porque la sangre en la televisión ya no llama. Por bárbara. Eso no explicaría, sin embargo, el hecho de que las cadenas de televisión abran espacio en sus parrillas para la transmisión de Artes Marciales Mixtas (MMA, por sus siglas en inglés), que es de creación más reciente y con otras reglas, muchas veces más sanguinarias que el boxeo mismo. Tampoco explica los 10.1 puntos de racing que alcanzó la pelea de Manny Pacquiao contra Floyd Mayweather en 2015: la llamada "pelea del siglo".

Para Raúl Porto Cabrales –periodista cartagenero, amante del boxeo y escritor del libro La historia del boxeo en Colombia (2002)– el deporte en Colombia está en crisis. "El boxeo nuestro está en una crisis total -dice Porto-, está casi que le tiran tres palas de tierra encima".

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Para exponer su teoría, da varias razones que podrían enumerarse así:

1). Los empresarios empezaron a retirarse: los entrenadores de boxeo seguían siendo los mismos y no se capacitaban. Por ello no logró mantenerse el nivel de los boxeadores.

2). La baja de calidad alejó al aficionado de las veladas nocturnas y muchos terminaron viendo fútbol. "El fútbol es un deporte de masas, te lo meten 24 horas al día en la cabeza y el boxeo en nuestro país tiene casi que cero televisión".

3). Acostumbraron a los periodistas a que había que darles mermelada para que cubrieran los eventos.

4). El boxeo no era un deporte nacional y solo se practicaba intensamente en 3 o 4 regiones del país. Una cosa llevó a la otra y a eso se sumó la mala imagen del boxeo por los escándalos y las muertes de boxeadores, lo que alejó a los aprendices de boxeador del ring para acercarlos a otras disciplinas deportivas o a otros trabajos.

Oscar "Kaboom" Rivas. Foto Cortesía Boxeo de Colombia.

Marco Peréz, barranquillero radicado en Miami, no coincide del todo con que el Boxeo colombiano esté en crisis.

Marco hace poco más de diez años sigue la actualidad del boxeo y no se pierde pelea, menos si son de Eleider Álvarez u Óscar Rivas. Los acompaña desde los entrenamientos hasta las peleas. Les toma fotos. Reporta las veladas y produce documentales de las vidas de los púgiles y su acontecer en Canadá que publica en su portal Boxeo de Colombia , creado hace más de 10 años.

"Lo que pasa es que como no le ponen atención al boxeo por eso dicen que hay crisis. No hay crisis. La crisis del boxeo la dan los mismos fanáticos colombianos que no creen en el boxeo colombiano y se inclinan más por Falcao o por James Rodriguez o por ciertas figuras del deporte".

Para Marco, el bajón del boxeo no está en los boxeadores y sus capacidades para ganar, sino que está es una generación diferente a aquella de la época dorada que protagonizaron Pambelé y Rocky Valdez. "El boxeo colombiano se ha dividido en dos etapas. La gente sigue esperando otro Pambelé, y nunca más va a haber otro Pambelé".

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El próximo en subirse al ring será Óscar Rivas, que se enfrentará en Los Ángeles al estadounidense Gerald Washington. Eleider espera estar en dos peleas más para enfrentarse al campeón reinante, el haitiano Adonis Stevenson. Darleys se prepara a fondo en Barranquilla, después de un paraón de casi seis meses, como es usual en este deporte. Espera pelear en abril o mayo para volver a acercarse el cinturón dorado.