Unos cantan, otros hablan solos, algunos adelantan llamadas. Más productivos, algunos comen y otros chatean. Sin embargo, la mayoría se rindieron y simplemente dejan que su cabeza les repose en la mano. Un estudio alemán concluyó que una persona en un embotellamiento tiene tres veces más probabilidades de tener un infarto que una persona que no lo está. Acá los retratamos.