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paso del norte

El gobierno de EU soborna a delincuentes mexicanos para que canten

Un coche bomba en Ciudad Juárez destapó a la pandilla Barrio Azteca como el próximo cártel.

Durante dos semanas el pasado febrero asistí ocho horas diarias a una corte en El Paso, Texas, para escuchar el juicio contra Arturo Gallegos Castrellón, alias Farmero, Benny o 51, líder de la pandilla transfronteriza Barrio Azteca y quien fue encontrado culpable de ordenar el asesinato de tres personas relacionadas al consulado estadounidense en Ciudad Juárez, en 2010.

Decidí que no podía perder ni un solo día de este juicio porque pocas veces uno contra un criminal mayor promete ventilar la cloaca que quedó escondida tras algunos de los incidentes que más nos lastimaron en Ciudad Juárez: la detonación de un coche bomba, el homicidio de una pareja consular y los de secuestros, extorsiones y asesinatos atribuidos al Barrio Azteca, una pandilla que trabaja para el Cártel de Juárez. Así que durante quince días escuché a sicarios, policías, agentes federales estadounidenses, pandilleros y testigos protegidos que testificaron contra Castrellón. Todo esto me enseñó que el Barrio Azteca podría ser el próximo cártel binacional de las drogas y que en Estados Unidos los sicarios que saben cantar reciben jugosos beneficios. También aprendí que el Tío Sam tiene unas orejas muy grandes y está escuchando todo lo que sucede en México.

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En el juicio de Castrellón me enteré de que las agencias federales estadounidenses estuvieron al tanto de miles de asesinatos cometidos en Ciudad Juárez e incluso de un segundo atentado con coche bomba que no detonó por un error técnico. De acuerdo a las autoridades mexicanas, la DEA nunca dio aviso de las actividades criminales a las que tuvieron acceso.

De no ser porque el hombre que estuvo sentado frente a mí de espaldas durante dos semanas en la silla del acusado mandó asesinar a tres estadounidenses, todo esto habría quedado oculto. Y para ello la fiscalía de Texas invitó a unos 20 testigos estrella: miembros del Barrio Azteca en Ciudad Juárez y El Paso. Todos arrestados por narcotráfico, homicidio, venta de armas y/o narcomenudeo.

Uno por uno fue reconstruyendo lo que ha sido casi imposible de conocer. El modus operandi, reglas sagradas, jerarquías y nombres de los criminales detrás de la nota roja en esta frontera.

En la corte

La Corte Federal del Distrito Oeste de Texas en El Paso se encuentra en el centro de esta ciudad. Es un edificio de diez pisos, con cámaras en cada una de las ventanas. Alrededor merodean abogados trajeados, y de vez en cuando sale del edificio un hombre o una mujer llorando.

El juicio a Castrellón se llevó a cabo en una sala en el quinto piso. Los testigos que se encuentran detenidos entran por la puerta izquierda, una entrada rodeada por unos tres guardias trajeados y dos uniformados. Luego de pasar las revisiones diarias para que los agentes de seguridad se percataran de que no portábamos celulares, cámaras, armas y nos despojaran de las llaves, monedas y cintos, subimos escoltados un elevador hasta la corte 502, con la Juez Kathleen Cardone, una mujer rubia de unos 50 años.

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Las presentaciones de la fiscalía nos ilustraron al jurado y al resto de los que estuvimos ahí: Barrio Azteca se fundó en las cárceles de Texas en 1986. Pero desde 2008 comenzó a servir como brazo armado del Cártel de Juárez. Desde su fundación hasta ahora ha adquirido tres mil 500 miembros en ambas partes de la frontera.

Barrio Azteca se ha configurado como una organización paramilitar, dice la firma de análisis sobre crimen, Insight Crime. Tienen "capos mayores", sargentos, capitanes, soldados rasos y prospectos. Además un juramento sagrado que tienen que memorizar y del que el primer punto es "Los negocios del Barrio Azteca están por encima de cualquier otro asunto". La fiscalía de Estados Unidos mostró una copia de este juramento en corte.

Los castigos se imparten a los miembros y sus familias por igual. Los documentos sobre la acusación a Castrellón, por ejemplo, detallan que miembros del Barrio Azteca asesinaron a la hijastra de un miembro que creían que estaba cooperando con la policía, mientras que la esposa y padres de otro sospechoso de informante también fueron secuestrados y asesinados.

En el peldaño más alto de su jerarquía se encuentran los "capos mayores", generales encargados de tomar las decisiones desde "la mesa", el centro de operaciones desde donde se toman todas y cada una de las decisiones de BA, instalada en la prisión federal de Coffield, Texas. Son alrededor de seis o siete personas condenadas a cadena perpetua.

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Luego se encuentran los capitanes. Encargados de las pequeñas divisiones de "plazas" con la tarea primordial de llevar la contabilidad. Los siguientes en la pirámide de Barrio Azteca son los tenientes, un peldaño a cargo de los sargentos. Estos a su vez tienen una red extensa de "indios" o soldados, quienes hacen el trabajo de calle como las extorsiones, los asesinatos y la venta de droga al menudeo.

Durante el tercer día del juicio, la fiscalía finalmente nos ofreció un vistazo a la realidad sobre el crimen transfronterizo: a pesar de que El Paso ha sido calificada por el FBI como la segunda ciudad más segura de Estados Unidos, los negocios pagan extorsión en el mismo modus operandi que en Ciudad Juárez.

Para esto la Fiscalía llamó a Gualberto Márquez alias Bird, ex miembro del Barrio Azteca..

Bird, un hombre gordo, blanco y con las mejillas rosadas, entró escoltado y atado de pies y manos. Los hombres de seguridad lo acompañaron hasta la silla que está a la izquierda de la Juez Cardone y frente a un monitor donde puede ver las imágenes expuestas por la Fiscalía o el abogado defensor.

Según su testimonio, el Barrio Azteca obtiene miles de dólares mensuales del cobro de cuotas a negocios establecidos como restaurantes, tiendas de abarrotes y licorerías del área metropolitana de El Paso, que incluye este condado y porciones de Nuevo México.

La fiscalía le preguntó que si la cantidad expuesta en la fotografía de una libreta —mil 200 dólares— correspondía a la cuota mensual obtenida por el Barrio Azteca incluso durante estos años.

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"Sí, señor, es similar", respondió.

El dinero recaudado es enviado a los líderes en Juárez para pagar automóviles, armas, droga e incluso abogados. En 2009 parte de esta cuota fue destinada al reforzamiento de armas en alianza con el Cártel de Juárez para ser usadas durante la guerra territorial que enfrentaban con otra organización delictiva, la Federación o Cártel de Sinaloa.

"Yo vendí como unas diez armas cortas y unas ocho armas largas, escopetas, a los líderes del Barrio Azteca en Juárez. Todo esto lo guardábamos en mi casa y de ahí unos hombres cargaban tres camionetas para cruzar a México", testificó Márquez.

No es de extrañarse que la firma de análisis sobre crimen, Insight Crime, haya afirmado que Barrio Azteca está por convertirse en una empresa de trasiego de drogas al nivel del mismo Cártel de Juárez.

Luego de una semana de lecciones sobreBarrio Azteca, todo parecía ir bien para la fiscalía y catastróficamente mal para Castrellón. Pero durante los dos días de descanso en el juicio, una pregunta se me clavó en la mente: ¿Por qué estos criminales estaban cantando tan contentos?

Dinero por cooperar

Al siguiente lunes logré hablar con Randy Ortega, el abogado de Castrellón. Randy me llevó a una "sala de café" en el último piso del edificio federal, un área restringida solo para abogados con juicio en proceso o agentes de gobierno.

Ahí me mostró un nuevo panorama. Los documentos "sellados", es decir, secretos que me mostró en una sala exclusiva para los abogados dentro de la Corte Federal del Distrito Oeste de Texas en El Paso, me revelaron que la fiscalía no estaba tan limpia como parecía.

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Los documentos de acuerdos entre la DEA, el FBI, el Departamento de Justicia y casi todos los delincuentes que testificaron contra Castrellón además de un par de testigos protegidos que están en libertad, fueron la prueba para saber por qué los pandilleros y sicarios testificaron felices la semana anterior.

El listado incluye a miembros del Barrio Azteca, copartícipes de los eventos donde estalló un coche-bomba y el homicidio de la empleada consular Leslie Ann Enriquez, su esposo Arthur Redelfs y José Alberto Salcido, marido de otra trabajadora de la sede diplomática, en hechos ocurridos el 13 de marzo de 2013.

Jesús Ernesto Chávez, arrestado en julio de 2010, y quien confesó el homicidio de al menos 800 personas en Ciudad Juárez, incluyendo el multihomicidio de 15 jóvenes en Villas de Salvárcar, obtuvo a cambio de su declaración la residencia permanente estadounidense para tres de sus familiares y para él mismo.

Además su familia recibió 92 mil dólares en cinco pagos libres de impuestos por parte de una agencia federal estadounidense.

Chávez se encuentra actualmente detenido en El Paso, acusado de su participación en los atentados que terminaron con la vida de los Redelfs y Salcido. A cambio de su testimonio, además, espera una reducción en su sentencia que será dictada en los próximos días.

Uno de los testigos más beneficiados fue alias E.Q., ingeniero en telecomunicaciones y quien fue responsable de instalar la red de radiocomunicaciones para Barrio Azteca y La Línea —operadores del Cártel de Juárez— en la vecina ciudad.

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De acuerdo a su testimonio y a documentos federales, E.Q., recibió de la Agencia Antidrogas (DEA) más de 125 mil dólares libres de impuestos a cambio de su cooperación para aprehender a los acusados en el caso, al tiempo que recibía más de 500 dólares mensuales por continuar trabajando con Barrio Azteca.

Obtuvo, además de la propia, cuatro residencias permanentes estadounidenses para miembros de su familia. El especialista en telecomunicaciones apoyó a la DEA en proveer conversaciones en tiempo real realizadas entre miembros del Cártel de Juárez y Barrio Azteca de 2010 a mediados de 2012, además de videograbar a los mismos.

Miguel Nevárez, alias Lentes, también resultó beneficiado por las autoridades federales. Nevárez fue durante 2010 el encargado del Valle de Juárez para Barrio Azteca y confesó haber asesinado al menos a 23 personas, una de ellas decapitada, además de su participación en el atentado en contra de las tres personas relacionadas al consulado.

Lentesse encuentra detenido y a cambio de su testimonio recibió la residencia permanente para tres de sus familiares y espera una reducción significativa de su futura condena. Adicionalmente las autoridades de ambos países acordaron retirarle todo cargo delictivo en México.

Otro de los testigos fue Luis Hernández, camarógrafo del Canal 5 en Ciudad Juárez, quien presenció y videograbó el momento del estallido del coche bomba instalado por miembros de Barrio Azteca y donde murieron un policía federal, un municipal, un médico y un rescatista. Hernández recibió del gobierno federal la residencia permanente para él mismo y cuatro miembros de su familia, además de dos mil dólares libres de impuestos.

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El segundo testigo en el juicio contra Castrellón, un hombre de 19 años de Ciudad Juárez cuya identidad quedó reservada por seguridad, y quien declaró que al momento del homicidio de la pareja consular la camioneta de los Redelfs se impactó con su automóvil, recibió asimismo la ciudadanía estadounidense a cambio de su escueto testimonio.

El Bird

En una reducción de sentencia mayor y con pocos precedentes, se encuentra la de Gualberto Márquez alias Bird. Márquez tiene un historial criminal "extraordinario", según palabras de la juez Cardone.

Birdha sido encarcelado alrededor de diez ocasiones distintas de 1992 a la fecha. La última en 2010 por posesión y distribución de cocaína. El acusado forma parte del grupo dentro del Barrio Azteca que presuntamente controlaba Castrellón.

Durante su participación Márquez declaró que él era el encargado de recopilar dinero de extorsión en El Paso y alrededores para comprar armas que serían enviadas a Ciudad Juárez para apoyar a la célula criminal. Por su testimonio, Bird recibió una reducción de diez cadenas perpetuas a 20 años. Sin embargo, las autoridades federales le han "prometido" una reducción adicional de diez años.

Manuel López, alias Manuelín, uno de los líderes del Barrio Azteca en El Paso y encargado de enviar de cinco a diez onzas de heroína de Ciudad Juárez a El Paso diariamente, además de dirigir todas las operaciones de la organización delictiva aquí, testificó sobre las conversaciones que sostenía con Castrellón. Durante su comparecencia, López reveló que Castrellón llegó a decirle que si tenía problemas con alguien en El Paso "se lo enviara a Juárez para matarlo".

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López recibió inicialmente una reducción de su sentencia original de 25 años a 12, por aceptar a testificar en el juicio a Castrellón. Actualmente espera otra rebaja de seis años.

Finalmente Fernando Carrillo, presunto familiar de Vicente Carrillo Fuentes, acusado de narcotráfico y quien formó parte del Barrio Azteca para luego colaborar con el Cártel de Juárez, recibió el beneficio de ser sentenciado bajo "tiempo cumplido" y se encuentra en libertad.

A pesar de que Carrillo posee una residencia permanente en Estados Unidos, no es ciudadano de aquel país, por lo que un delito grave podría costarle la deportación inmediata a México y negarle la entrada a EU de por vida. Sin embargo,los documentos expuestos mostraron que la fiscalía le aseguró su estancia en el país.

Durante esa segunda semana conocí las gigantescas orejas del Tío Sam y finalmente pude responder a la pregunta de ¿cómo chingados la DEA y el FBI siempre saben lo que está pasando en México?

Con informantes como el testigo E.Q., agentes infiltrados y cámaras en su lado de la frontera que tienen alcance hasta el centro de Ciudad Juárez, las agencias estadounidenses se mantienen al tanto de todo, en tiempo real.

De esta manera la DEA, con el apoyo del FBI, arrestó a uno por uno de los 35 implicados en el homicidio de Arthur, Lesley y Jorge. Comenzaron por los miembros de los rangos más bajos hasta dar con Castrellón y poco después con El Diego, el líder máximo de La Línea,el puente entre el Cártel de Juárez y Barrio Azteca.

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El juicio me dio acceso a lo que escucharon los agentes a partir del 15 de julio de 2010 y hasta septiembre de 2012: diálogos entre traficantes, órdenes de asesinatos, secuestros, fabricación de bombas y el mismo arresto de Castrellón hasta su traslado a la cárcel que está detrás de esta corte federal.

La fiscalía nos dejó escuchar la última conversación de Castrellón que la DEA grabó y fue algo así:

—Ahí traen jodido al 51 los federales, lo están rodeando—, se escucha en el radio de comunicación la voz de un hombre no identificado. La grabación fue hecha a las 19:56 horas en punto del 26 de noviembre de 2010.

—Pos sí, güey, pero di dónde pa´mandarle gente en caliente, en calientito—, responde alias Marlboro, uno de los capitanes del Barrio Azteca en Ciudad Juárez.

—De volada, Caballo, vente de volada, ahí en el Puente del Zorro, güey—, dice Benny agitado, casi susurrando.

—Ahí le van de volada. ¿Todavía no entran?—, pregunta Marlboro.

—No, pero en caliente, güey—, insiste Benny.

A las 20:07 de la tarde los hombres de Castrellón habían llegado a los alrededores de su casa para rescatarlo. Dos hombres no identificados se comunican por los radios y uno de ellos ordena "un baile", disparos al aire para distraer a la policía y lograr rescatar a Castrellón.

—Aquí lo tengo a cincuenta metros, pero ¿dónde me lo topo?—, pregunta uno de ellos.

—Se me hace que haga un baile grande, uno grande—, responde su interlocutor.

—A ver—, dice el primero y en seguida se escuchan detonaciones de arma de fuego.

—Sígale, sígale, hágalo grande—, insiste el segundo. Las detonaciones se intensifican antes de cortar comunicación.

A las 20:18 horas la voz del hombre que ordenó la distracción regresa a la comunicación: "Apaguen la comunicación, Benny ya no responde, nos van a estar escuchando", dice.

La noche de ese mismo día la Policía Federal presentó a Castrellón ante los medios de comunicación, antes de trasladarlo a las oficinas de la PGR en la Ciudad de México donde sería entrevistado por agentes del FBI.

Culpable

El 14 de febrero fue el último día del juicio en contra de Castrellón. Los abogados dieron sus mejores discursos ante el jurado previo a la deliberación. Fue un día aburrido pero terminó a las dos de la tarde. La deliberación del jurado puede tomar de unos minutos a varias semanas. Así que me fui a comer una hamburguesa y a ver la televisión para desintoxicarme de tanto crimen violento.

Apenas pasaron dos horas y me llamó un amigo: "El jurado está listo para dar su veredicto", me dijo. Corrí a la corte federal y alcancé a escuchar "Culpable". Castrellón fue hallado culpable de los 11 cargos que se le imputan y podría enfrentar hasta 11 cadenas perpetuas, una por cada cargo. Pero eso lo dirá la juez Kathleen Cardone el próximo 24 de abril, cuando lo sentenciarán.

En esa fecha los familiares de las víctimas del atentado tal vez encuentren la paz. Mientras, la veintena de pandilleros que testificaron contra Castrellón ya recibieron su regalo por parte de la fiscalía. Nosotros nos hemos quedado con las transas que sólo se ventilan una vez cada cuando, y Castrellón pasará mucho tiempo encerrado… hasta que le toque cantar. @LuisKuryaki