FYI.

This story is over 5 years old.

Salud

Vivir con una pareja que tiene TOC es un infierno

Debido al TOC que padece, mi novio no toca nada que perciba como "sucio": manijas de puertas públicas, tazas desportilladas, incluso a mí.

Ilustración por Alex Jenkins

Sigo convencida de que he conocido a la persona más importante en mi adultez, pero nunca me imaginé que estaría planeando mi futuro con alguien que a menudo tiene miedo de tocarme. He salido con sociópatas, drogadictos y alcohólicos, pero nunca me imaginé lo que podría ser la vida junto a alguien que lucha con TOC.

Cuando conocí a Tony (no es su nombre real) hace más de un año, inmediatamente me reveló que sufría de trastorno obsesivo compulsivo, un trastorno de ansiedad caracterizado por tener pensamientos intrusivos no controlados y realizar rituales repetitivos. El hecho de que sintiera la necesidad de revelar esta información es un testimonio de lo mucho que el TOC controlaba su vida. El trastorno puede ser manejable, pero también puede consumir tu vida: un psicólogo me contó sobre pacientes con TOC hospitalizados que estaban demasiado asustados de tomar agua porque creían que estaba contaminada.

Publicidad

El Instituto Nacional de Salud Mental estadounidense reporta que 2,2 millones de personas viven con esta enfermedad, pero que parece que hay un mayor número de hombres que la padecen en comparación con las mujeres. El instituto también reporta que la mayoría de las personas son diagnosticadas alrededor de los 19 años. Tony fue diagnosticado hace más de una década y desde entonces ha sido hospitalizado dos veces. Dice que simplemente "se volvió loco", y que era incapaz de salir de su habitación por las amenazas que percibía. Actualmente, su TOC se manifiesta en pensamientos obsesivos sobre la higiene: sus manos a menudo están resecas, llenas de grietas y sangre por la cantidad de veces que se las lava. No toca nada que perciba como "sucio": las manijas de puertas públicas, toallas usadas, o incluso a mí.

Pero bueno, el caso es que nos enamoramos desde el principio. Tony era muy bueno escuchando, leía mucho, era compasivo y tenía un gran sentido del humor. Nos conocimos un lunes, y cuando me fui de viaje el viernes siguiente, ya éramos inseparables. Aunque casi no nos conocíamos, rápidamente comprendí que Tony era un tipo muy sensible y amoroso. No sería sino hasta más tarde que comprendí plenamente el alcance de su enfermedad.

Un día con él es algo así: me despierto y tengo que acordarme de no tocarlo. Él no se toca la cara ni el pelo hasta que se haya duchado los "aceites ocultos" en sus manos (por esta misma razón yo tampoco lo puedo tocar). Hubo en momento en el que ni siquiera me abrazaba antes de ir a trabajar si yo no me había bañado. Todavía niega el contacto físico si rozo algo que él considera "contaminado", como una pared pública, o si mi abrigo se ha caído al suelo.

Publicidad

Lavo la ropa todos los días para que Tony puede secarse con una toalla completamente limpia después de bañarse. Tony necesita una nueva cada día y prefiere que sea blanca para que pueda ver las manchas que no son fácilmente visibles en una de otro color. Si se seca con una toalla manchada se baña de nuevo y se seca con una nueva.

Una vez sequé nuestra sábana en un ciclo extremadamente caliente y se derritió un poco: Tony se negó a dormir en la cama hasta que hubiéramos reemplazado la sábana destruida. Incluso cuando la reemplazamos, él todavía se sentía "sucio" en la cama. Otra vez, cuando usé un producto de limpieza equivocado en nuestro sofá, evitó sentarse en él durante tres semanas.

No es ningún secreto que las relaciones requieren mucho trabajo, pero la presión por salir adelante es aun mayor cuando las acciones más pequeñas pueden causar un desastre. Incluso cuando Tony no puede comunicar directamente sus límites, estos se manifiestan en silencio, ordenando todo lo que hacemos. He llegado a ver su enfermedad como una entidad completamente separada de Tony: él quiere ser amoroso sin restricciones pero el TOC quiere controlar nuestras vidas. Después de que ha tenido una rabieta, o después de una pelea, puedo darme cuenta de que quiere reconciliarse como una pareja "normal" –con afecto físico, o un abrazo que diga "lo siento"– pero el TOC no se lo permite.

Ya son muchas veces las que he llorado deseando que Tony fuera simplemente alguien "normal". He llegado a tenerle miedo a las actividades divertidas y a las ocasiones especiales, porque entre más emoción haya también hay un mayor nivel de ansiedad. Tony ha salido corriendo de restaurantes y bares después de que alguien derramara accidentalmente su bebida sobre él. Cuando estamos en alguna fiesta, sé que debo contenerme de sorprenderlo con un beso y desencadenar un escándalo en un lugar público. Incluso una vez Tony se negó a comerse su plato en un prestigioso restaurante porque su sombrilla se había caído al piso. En su mente los accidentes realmente no suceden, porque todo lo que hace es premeditado, él nunca puede ser lo suficientemente cuidadoso y espera que yo siga su ejemplo.

No existe una "cura" para el TOC pero, como la mayoría de los trastornos mentales, puede controlarse con el tratamiento y el apoyo adecuados. Actualmente Tony está en terapia y toma de 40 a 60 miligramos de paroxetina (un medicamento común para controlar el TOC) todos los días. Todo esto le está ayudando, pero aun así él siente que no se comporta tan bien como desearía poder hacerlo. Sin tratamiento, la condición rara vez se resuelve sola.

Después de un año juntos, es bastante fácil anticipar qué va a molestar a Tony. Como su pareja trato de ser su pilar de apoyo, pero estar ahí para una pareja con TOC es una aventura diaria que no se detiene. Constantemente estoy al borde, preocupada por la siguiente cosa que lo va a alterar: me entristece que tengamos que luchar para disfrutar las cosas simples de la vida. La espontaneidad no puede existir. Y sin espontaneidad, ¿cómo puede haber romance?

Sin embargo, pese a todo lo que acabo de decir, él es la persona que amo. En todo caso, ver el trastorno de Tony me ha hecho una persona más compasiva, aunque también me ha llenado de una tristeza profunda a medida que he llegado a resentir la parte de él que aún está sufriendo. Pero en mis momentos de tranquilidad tengo que recordarme a mí misma que Tony está viviendo con una enfermedad invalidante, y que si él pudiera cambiar las cosas lo haría.

Antes de conocer a Tony, solía reírme cuando escuchaba a mis amigos decir con ligereza: "Tengo tanto TOC". Ahora, ya no me parece tan gracioso.