Charlamos con Famasloop, los creadores del Cucú Pop

Foto: cortesía de la banda.  Originalmente fueron tres casas. Con el pasar del tiempo surgió una cuarta la cual fue destruída por la quema. Por suerte quedaron las cenizas y de ellas surgirá finalmente el ave fénix. Sí, lo anterior parece el discurso errante de un anciano con delírium tremens. Pero ten paciencia, todo tendrá sentido al final de esta nota. Te aseguro que es sólo la repercusión lógica de haber entrevistado a los miembros de Famasloop, una de las bandas más originales y de mayor proyección de la ferviente escena musical venezolana de los últimos años. "Siempre quisimos hacer con Famasloop lo que nos diera la gana, para nosotros es indispensable contar con mucha libertad artística", explica Alain Gómez, cantante y chispa creativa de la banda. Esa libertad artística a la que hace referencia se verá plasmada próximamente en Las Cenizas, el nuevo disco de la banda que los encuentra por primera vez viviendo y, sobretodo, trabajando fuera de su país natal.

Al momento de escribir estas líneas, 2/5 partes de Famasloop viven fuera de Venezuela: Alain en México y Rafael Urbina, el baterista, en Nueva York. Pero los otros tres pronto les seguirán los pasos. "Luis Daniel y Ricardo están aún en el país y Vanessa también", explica Rafael, "Están allá pero todos con planes de salir este año". La banda poco a poco está pasando a formar parte de una corriente de bandas venezolanas que, asfixiados por las condiciones del país, están decidiendo probar suerte en otras latitudes. En palabras de Alaín: "Vivíamos en un país en el que nos iba muy bien y el país se fue total y absolutamente a la mierda y todos tuvimos que buscar caminos". Para muchas bandas estas circunstancias podrían haber significado una crisis profunda, pero Famasloop no es una banda tradicional. "Nunca fuimos una banda que sacásemos las cosas desde el estudio", explica Rafael, "era más que cada uno planteaba una propuesta y cada uno aportaba a esa propuesta desde donde estuviese. En ese sentido la distancia nunca ha sido un problema para nosotros".

Los orígenes de Las Cenizas se ubican aún en Venezuela, y se remontan a 2012. El proyecto se concibió originalmente como un lado B para La Quema, el exitoso disco de la banda cuyo sencillo "Más Cerquita" le valió su segunda nominación a los premios Grammy Latinos como mejor videoclip. La tercera nominación vino con el sencillo "Allí estás", perteneciente al soundtrack de la película venezolana Nena, Saludame al Diego. Éste, junto a otros dos sencillos ( Terrenal y No pasa nada), pavimentaron el camino para el concepto musical de Las Cenizas. "Ahí fue que pensamos que Las Cenizas no podía ser sólo un EP ni un Lado B sino algo propio" comenta Rafael. "En ese momento ya teníamos aproximadamente más de la mitad del disco grabado y esperando por voces". Todo iba encaminado hacia su cuarto disco de estudio. Y entonces comenzaron los cambios, acelerados por la crisis política que aún atraviesa el país

Primero se fue Rafael: "Yo me fui de Venezuela por decisión mía y de mi familia que decidimos salir del país y aventurarnos a Nueva York. Yo me vine de aventura un año a probar unas cosas". Luego fue el turno de Alain: "Cuando yo vi que el país me estaba robando lo que yo era, dije: ya no puedo transformarme en algo que no soy y no estoy dispuesto. No le perdí el amor al país, ni la angustia, ni las ganas de que las cosas mejoren. Simplemente me estaba convirtiendo en otra persona".  Entre las dos salidas el proyecto ha ido prolongándose cada vez más, potenciándose con los procesos personales que cada uno de los miembros ha ido atravesando con el tiempo. Si bien la banda no podría calificarse como una de protesta, siempre ha conseguido en el entorno político y social que los rodea un caldo de cultivo para la creación. En palabras de Alain: "La palabra crisis significa riesgo pero también significa oportunidad. Y tú eliges. Nosotros siempre hemos elegido que es una oportunidad".

Una anécdota de Alain de cuando aún vivía en Caracas ilustra bien la idea de la crisis como musa para Famasloop. "Yo un día venía cantando una melodía en mi cabeza de una canción de amor que quería hacer. Saqué el celular para grabar la melodía. En eso me tocaron la ventana del conductor, me apuntaron con un arma y me robaron el celular. Entonces la canción de amor se convirtió en "Choro Dance". Yo quería hacer una canción de amor pero no me dejaron. Y ya no podía llegar a la casa a cantar una canción de amor, ya no tenía ningún tipo de sentido. Entonces invité al rapero One Chot para que cantara unos versos en la canción… Y dos semanas después le pegaron un tiro en la cabeza, aunque sobrevivió. Pero entonces, ¿cómo escapar a eso?".

Como resultado, Las Cenizas es un disco que evoca un proceso bien marcado. Alain explica de nuevo: "Va desde el momento en Venezuela en el que dije 'me tengo que ir', todo el proceso de rabia, de locura, de todo lo que implica saber que vas a abandonar tu casa y tu familia, hasta el momento en que llegas al exterior, te peleas, te cuesta, lo aceptas, lo empiezas a disfrutar y empiezas a sentir agradecimiento. La palabra 'lejos' debe aparece en el disco por lo menos 25 veces".

Las Cenizas puede ser visto también dentro de un contexto más amplio, como el disco que cierra un ciclo para Famasloop, ese que comenzó con el primer disco de la banda titulado 3 Casas, continuó con el siguiente disco titulado Casa 4 y los llevó a llegar al ya mencionado disco La Quema (ya empieza a cobrar sentido el delirio a inicios de la nota, ¿no?). Cada disco posee en su raíz una impronta conceptual meticulosamente detallada que va más allá de la música y trasciende hasta los videoclips, el arte de cada disco y las formas de distribución. Casa 4, por poner sólo un ejemplo, fue nominado a un Grammy Latino por el original concepto gráfico de su packaging, que incluía un lápiz y un set de calcomanías. "Después de 3 Casas, la idea era que la cuarta casa era la que habitabas tú, el oyente", explica Alain, "cada quien hacía su propia casa, ese era el concepto del disco".

Para Alain, el hecho de participar en todos los procesos de su música responde a que se consideran "algo obsesivos" mientras que Rafael prefiere utilizar el término de "control freaks". Lo cierto es que ambos coinciden en que probablemente tenga que ver con la diversidad de backgrounds de los miembros de la banda. Alain es comunicador social, Rafael es abogado, Luis Daniel González (teclados) es arquitecto, Ricardo Martínez (bajista) es productor musical y Vanessa Gouveia (voces y percusión) es artista plástica y profesora de música para niños. "Siempre creímos en la música como un proyecto de vida pero igual tuvimos claro desde un principio que en Venezuela no íbamos a poder vivir de eso nada más", agrega Rafael.

La diversidad de los miembros de la banda también se refleja en sus influencias musicales y el tipo de música que tocan. Cualquiera que haya escuchado un álbum de Famasloop entiende lo difícil que se hace clasificarlos bajo un único género. Por su discografía se puede escuchar desde hip hop y rock hasta merengue, salsa e incluso changa tuki, un ritmo nacido en Venezuela en los 90 que fusiona techno, dub step y ritmos latinos. Tal es la pluralidad de sonidos que los caracteriza que incluso acuñaron el término Cucú Pop, algo que definen como "demasiado raro para ser pop, demasiado pop para ser raro". El Cucú Pop ha pasado a formar parte intrínseca del universo Famasloop. "Nosotros nos burlamos porque todo lo pasamos por un plugin que se llama Cucú Pop y termina siendo una canción nuestra", explica Rafael. Y obviamente el nuevo disco no es una excepción. Las Cenizas promete, entre otras cosas, cantos ancestrales africanos y un cover de una canción de Benny Moré.

Dentro de esta extensa gama de influencias hay una que se encuentra en la cima y es la de la música venezolana. Famasloop se ha dado a la tarea de rescatar y reversionar ritmos y temas del imaginario colectivo del país, presentándolos a las nuevas generaciones. Yordano, Caramelos de Cianuro, Dermis Tatú… Son nombres que resuenan en la cabeza de cualquier venezolano y han sido versionados por la banda en sus distintos discos. "Es una mezcla de cosas", explica Alain, "una es el legado. Venezuela es como Dory la de Buscando a Nemo. Se le olvidan muy rápido las cosas entonces hay que recordarle todo el tiempo. Y la otra es que las canciones son arrechísimas y nos gusta tocar canciones que sean arrechísimas aunque no sean nuestras".

Para una banda con tantas facetas como Famasloop, es indispensable contar con un nutrido grupo de colaboradores. La banda ha trabajado con un compendio variado de cineastas, ilustradores, diseñadores gráficos y, por supuesto, músicos. En este último rubro destacan, por su trayectoria, Tweety González (tecladista de Soda Stereo y Gustavo Cerati), Kevin Johansen y Héctor Castillo (productor de Bjork, David Bowie y Roger Waters, entre otros). "La música es como el sexo, lo puedes hacer sólo o lo puedes hacer acompañado" explica Alain, de la manera más Famasloop posible. "Nosotros no somos monógamos, somos una especie de swingers que nos encantan las orgías. Y La Ceniza no se libera de eso".

La Ceniza cuenta con colaboraciones de Luis Giménez de Los Mesoneros y de Henry D'Arthenay de La Vida Boheme, dos de esas bandas venezolanas que decidieron echar raíces en tierras mexicanas y que están pisando fuerte con sus propios proyectos nuevos en 2017 (D'Arthenay además coproduce varios temas del disco). Adicionalmente colaboran en el disco DJ Yirvin, cocreador de la ya mencionada changa tuky y se sumará al equipo próximamente José Luis Pardo, ex guitarrista de Los Amigos Invisibles. Por último, pero no por ser menos importante, aquellos cantos africanos a los que se hacía alusión previamente llegan por cortesía de Betzaida Machado y sus hermanas, una suerte de secreto guardado de la música tradicional afrodescendiente venezolana que poco a poco se ha estado dando a conocer en el exterior. "Tienen voces increíbles y pasaron a tener una participación importante en el disco", explica Rafael.

Ni Alain ni Rafael se aventuran aún a arrojar una fecha de lanzamiento para Las Cenizas. "Quisiéramos sacarlo antes de que termine el semestre, por ahí mayo", explica Rafael. "No me gusta dar fechas pero esas son las perspectivas que tenemos". Lo que sí tienen claro es que quieren volver pronto a ese espacio en el que se sienten más cómodos: el escenario. "Cualquiera que haya visto Famasloop en vivo los prefiere así que en los discos", comenta Alain. Si todo sale bien será también una oportunidad para reunir a los miembros de la banda, dispersos ahora entre tres países. Sólo queda una cosa por saber (y con esto se resuelve el delirio del comienzo de una vez por todas). "El arte en este disco será un huevo", concluye Alain. "Después de las cenizas viene el renacer en forma de huevo. El huevo tendrá escrita la frase 'para nacer hay que romper el mundo', una frase de Herman Hesse. Dentro del huevo habrá un pen drive que contiene toda la música de Famasloop hasta ahora, incluyendo la nueva. Más que un fin es un principio, así que el pen drive tendrá la forma de eso que consideramos más representa esa idea: un ave fénix".