UFC llega Argentina con el casting de TUF Latam 3

Los marineros del barco más importante del mundo, ese mismo que siempre pareció tan lejano de las costas latinas, comenzaron a desembarcar en estas tierras. Lo hicieron de a poco, conociendo lentamente un terreno que estaba casi virgen en materia de artes marciales mixtas y fueron descubriendo que el potencial era inmenso. Después de años de análisis e investigaciones, UFC aterrizó en Argentina, más específicamente en Buenos Aires, y por primera vez organizó un casting de peleadores en la región sudamericana, con el fin de captar a los mejores talentos de Latinoamérica.

La ausencia solar invitaba a la confusión. Pero no, era bien temprano, cerca de las 10 de la mañana cuando los peleadores empezaron a dar a conocer sus datos personales y luego eran pesados, para definir en que ronda lucharían. El salón Ceibo del predio de La Rural, en la codiciada zona del barrio de Palermo, estaba repleto. Las oportunidades de moverse sin toparse con un deportista eran nulas, ya que cerca de 300 fueron los anotados para el desafío planteado por UFC, que propone seleccionar 16 nombres para la tercera edición de The Ultimate Fighter Latinoamérica, aunque no todos tendrían que salir directamente del casting.

Llamó la atención la importante presencia femenina, donde un gran número de mujeres se inscribió y mostró un notable nivel. En un deporte que antiguamente se creía puramente masculino, resulta destacable para su crecimiento que la concurrencia sea buena en ambos sexos. Tuve la suerte de asistir a las pruebas de jiu-jitsu de las chicas (ingresaron antes que los hombres) y realmente quedé sorprendido para bien por la demostración.

La sorpresa también llegó en cuanto a la diversidad de banderas. Si bien la presencia de los argentinos fue la más masiva por una cuestión obvia de cercanía, se lograron divisar los colores de Guatemala, México (en buena cantidad), Perú, Chile, Uruguay y muchos más. Se escuchaba todo tipo de tonada y los diálogos donde se intercambiaban distintos conceptos de MMA según cada país eran moneda corriente.

La emoción latía en cada uno de los inscriptos. La ansiedad se podía percibir con sólo ver a los peleadores desfilando por los pasillos, algunos precalentando, otros simplemente realizando movimientos de combate, pero todos esperando que se abra esa anhelada puerta donde detrás estaban los reclutadores de UFC dispuestos a juzgarlos.

Nuevamente se me autorizó a ingresar a lo más profundo de las pruebas y así poder estar al lado del tatame principal. Para medir el nivel de jiu-jitsu, los enfrentaban uno contra uno saliendo de rodillas en el suelo y en cuestión de minutos (que seguramente para los protagonistas pasaban fugazmente) debían demostrar todo su talento en el piso. Luego, llegaba el turno de mostrar la potencia de golpes de puños y piernas contra los pads, para evaluar también el nivel de golpeo.

Hubo quienes llegaron a esperar hasta ocho horas entre las alfombras del predio hasta finalmente poder ingresar. Una demora que a cualquiera hubiera enojado no lograba ese efecto en estos atletas que ya venían aguardando esta chance hace muchísimos años. Al fin y al cabo, mirar un rato más el movimiento de las agujas del reloj no iba a alterar el hecho de que el tan buscado sueño había por fin aterrizado en casa.

Por supuesto, esto recién fue un casting inicial y todavía nada se conoce sobre los 16 participantes que tendrán la suerte de formar parte de la tercera edición de The Ultimate Fighter Latinoamérica. Lo que dejó en claro este ensayo es que, además del ya conocido talento generalizado que viene mostrando la región, hay cada vez más practicantes de MMA, disciplina que poco a poco empezó a atraer a quienes se iniciaban en boxeo, kick boxing o jiu-jitsu.

El tan esperado desembarco de UFC se hizo realidad este jueves 10 de marzo, fecha que quedará en la historia de las artes marciales mixtas del cono sur del continente, sector del mapa que poco a poco empieza a ganar espacio en la consideración de los ojos más prestigiosos de las MMA. Esta vez, superó las expectativas.