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Música

El rey del rave está de regreso

Antes de que los raves se ganaran el respeto de viejos promotores y la atención de Wall Street, Disco Donnie era el rey de rave.

Puede que haya una explosión del EDM en este momento, pero para la mayoría de los promotores más grandes de Norteamérica ésta no es su primera vez. Los jefes detrás de EDC, HARD y Embrace han estado realizando fiestas y festivales impulsadas por DJs desde principios y hasta mediados de los 90s, progresando de eventos para 200 personas hasta eventos para 20,000 personas. Y aunque los festivales americanos de EDM representan un gran negocio hoy en día, es muy fácil olvidar que en el año 2000 la "escena rave" se dio por muerta después de ser desarmada gracias a una serie de devastadoras leyes anti-música dance—la ley Crack House, el Acto RAVE—además de una recesión económica y el golpe devastador de 9/11.

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Algunos promotores continuaron, pero a ninguno le pegó tan fuerte esta serie de eventos como al notorio rey del rave sureño, Disco Donnie. Donnie (aka James D. Estopinal Jr.) empezó a realizar fiestas en 1994 en su ciudad natal de Nueva Orleans a la edad de 22 años. Arrancó con noches underground de DJs en bares, antes de rápidamente progresar hacia raves ilegales en bodegas. Pero para Mardi Gras de 1995, él estaba listo para ser (casi) legítimo—metió a 1500 personas al State Palace Theatre para una fiesta llamada Zoolu, en la que se presentaban Mystic Bill, Terry Mullan, y Kevin Saunderson (como Reese).

Antes de que los raves se ganaran el respeto de viejos promotores y la atención de Wall Street, Disco Donnie era el rey de rave. Para 1998, Donnie había sido anfitrión de su primer festival al aire libre que duró toda la noche en Uno Lakefront Arena al que asistieron 8,000 personas que fue dominado por el mercado sureño de rave con sus eventos masivos y salvajes line-ups de DJs. Aún después de vender su compañía a SFX en el 2012 (en ese entonces, una jugada controversial) no se ha detenido. Este verano se presenta en el Sun City Music Festival de El Paso, un festival encabezado por Tiësto, Above & Beyond, Martin Garrix, y más.

El flyer para Vampire Stripper Sluts from Outer Space, 2001.

Donnie—reconocible inmediatamente por sus locos atuendos (trajes Adidas para correr, trajes de proxeneta) y cadenas de oro—no sólo era un promotor, era un provocador, conocido por su memorable personalidad y sus desorbitadas temáticas de fiestas como "PsychedelicPimpDaddyland," "Vampire Stripper Sluts from Outer Space," y "The DJ is God." Es un rol que siempre ha disfrutado desempeñar.

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"Cuando empecé a hacer fiestas, teníamos un buzón de voz para que la gente pudiera llamar y enterarse de dónde sería la fiesta," dice Donnie, quien sonríe constantemente mientras habla, dando la impresión de siempre estar de buen humor. "Dejarían mensajes preguntando algo y yo les regresaba la llamada. Intentaba construir relaciones personales. También había listas de email a los que se podían suscribir y chats. Esas cosas me volvían loco porque la gente le tiraba mierda a todo lo que yo estaba haciendo. Era joven y me afectaba bastante. Eran chismes, desinformación y malos entendidos. Empecé a responder y aprendí a tomar la crítica como motivación." Donnie dice que, hasta hoy, a menudo llama personalmente a las personas si tienen una queja. "Prefiero hablar sobre el tema," dice. "Si alguien la cagó, tienes que hacerte cargo. Construyes buena voluntad."

Disco Donnie vestido de los 70s, quizás en tributo a su papá, un abogado-vuelto-DJ llamado "Disco Jim."

No todos sentían tan buena voluntad hacia Donnie, especialmente por parte de la ley. Para 1997, la "electrónica" era la nueva palabra de moda en Estados Unidos—masivos raves estaban ocurriendo por todo el país y cada día se hacían más grandes. La ley no estaba nada contenta con estos jóvenes y llamativos promotores que estaban ganando miles de dólares gracias a fiestas nocturnas llenas de adolescentes. En septiembre 1998, un mes después de que Jillian Kirkland de 17 años muriera de una sobredosis en un evento de Donnie, los bigotudos policías tocaron a la puerta de Donnie una mañana temprano. En un solo aliento lo acusaron de realizar fiestas de drogas, de estar trabajando con traficantes de drogas y de, por su propia cuenta, arruinar miles de vidas. En su próximo aliento, le ofrecieron la misma cantidad de dinero que ganaba al año por convertirse en soplón. Donnie se rehusó. Junto con el dueño del State Palace fueron subsecuentemente acusados bajo el "estatuto crack house" federal, convirtiéndolo en el primer chivo expiatorio público en una cacería de brujas que se enfocó en los promotores de raves y dueños de venues estadounidenses durante el resto de los 90s y principios de los 2000s.

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Aprobado en 1986 por parte del Congreso como una manera de combatir el esparcimiento de la piedra (o crack), el "estatuto crack house" convertía en delito el "intencionadamente abrir, arrendar, rentar, usar o mantener cualquier lugar con el propósito de producir, distribuir o usar cualquier sustancia controlada." Esta ley le permitía al departamento de justicia poder procesar a propietarios de venues en donde se realizaran "fiestas raves" y a los promotores quienes las realizaban.

Donnie señala que hace 12 años, la imagen del EDM y la cultura DJ no eran lo que son actualmente. Las reuniones entre el Fiscal Federal, la DEA y el abogado de Donnie estaban en curso. Las amenazas eran interminables. A Donnie no se le permitió hablar con su familia o amigos. Finalmente se entregó en el Palacio de Justicia Federal en la calle Poydras en Nueva Orleans. Lo metieron a un programa de dopaje, le asignaron a un oficial de libertad condicional y se volvió parte del sistema, pero solo fue a la cárcel un día. Eventualmente se presentó delante del juez, pero no aceptó el acuerdo con el fiscal—se declaró No Culpable y nunca firmó nada de papeleo. Confinado a su casa, esperó a que el gobierno federal lo llevara a juicio… pero eso nunca pasó.

"La reacción pública era una locura," dice Donnie. "Una vez que todo el país se enteró, la gente me apoyó. Tenía un sistema de apoyo. La ACLU se involucró, se armó la EM:DEF (Fundación de Defensa y Educación de la Música Electrónica), la gente empezó a realizar shows para mí. Yo no era culpable. No quería declararme culpable. Sabía cómo iba a afectar a la escena y a todos mis amigos promotores. Yo simplemente fui la primera parada."

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Donnie se vuelve kandi.

Al State Palace Theatre eventualmente se le multó por $100,000 en 2001, pero se le permitió permanecer abierto siempre y cuando prohibiera la parafernalia de drogas como los glowsticks y chupones. En modo de una enorme mentada de madre a la policía, Donnie empezó a realizar fiestas en el State Palace Theatre otra vez. Pero bueno, en realidad nunca dejó de realizar fiestas; a pesar de casos en la corte y de intervenciones en su teléfono, Donnie realizaba raves constantemente.

El futuro vice-presidente Joe Biden—entonces un senador de Delaware—estaba trabajando durísimo sobre raves en esa época, perfeccionando la ley crack house para su aplicación directa a promotores de fiestas. En el 2001, propuso el astutamente nombrado Acto para Reducir la Vulnerabilidad de Americanos al Éxtasis (RAVE) en el Senado; bajo el proyecto de ley, se le prohibía a cualquier individuo "intencionadamente abrir, mantener, manejar, controlar, rentar, arrendar, disponer para su uso o ganar dinero de cualquier lugar con el propósito de producir, distribuir o usar cualquier sustancia controlada y para otros propósitos." (Una ley similar, el Acto Anti-Proliferación de Drogas, aprobada finalmente por el Congreso en abril del 2003 se siguió usando para procesar a promotores de raves a través de todo el país.)

Mientras que Donnie había dejado atrás sus más grandes obstáculos legales, la escena rave rápidamente se iba cuesta abajo—pero él y otros promotores no se habían dado cuenta. "Los eventos se planean cinco o seis meses por adelantado por lo que realmente no es posible ver la tendencia que en declive hasta que es demasiado tarde," dice Donnie. "Cuando hago memoria, veo todas los indicadores. En ese entonces pensaba progresivamente, que todo seguiría igual, pero no es así. La gente cool fue la base de la escena—cuando se hizo demasiado grande esa gente se fue, y todo se colapsó."

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Un flyer de Tight en State Palace Theatre en el 2002.

Donnie, ahora casado y padre de familia, no se desanimaría. Se mudó a Columbus, Ohio y realizó eventos ahí, al igual que en Nueva Orleans. También empezó a poner el dinero para eventos de otros promotores en el sur y medio oeste. "Estaba fingiendo," recuerda. "Pensé, 'Haremos shows baratos y cuando regrese la escena, estaremos en condiciones para que nos vaya bien.' No sabía que se iba a tardar 10 años en regresar."

Los promotores locales eran precavidos de entregarle cualquier tipo de control dentro de su territorio, pero Donnie les aseguró que sus marcas permanecerían intactas. "Empecé como conector," dice Donnie. "En Austin, Houston, Dallas [en un] jueves, viernes, sábado. Luego Cincinnati, Columbus, Cleveland. Les estaba construyendo fines de semana y mini-tours a los artistas. Ahí fue que empecé a juntar todas las piezas. Tanto los artistas como los agentes respondían a eso, ya que les aseguraba todo un fin de semana, intercalados con pequeños vuelos o viajes en carro—puras paradas. Tomaba el mapa y seguía sacando escalas a nuestro alrededor—Orlando y Tampa, Portland y Seattle—como un juego de ajedrez."

Mientras se movía tratando de encontrar dinero para sus amigos promotores, Donnie ni siquiera tenía dinero para echarle gasolina a su carro, dependía de prestamistas, tarjetas de crédito, y los ahorros de su mamá para mantener todo  funcionando. "La gente ahora lo ve como dulces y arcoiris, pero hubo unos ratos difíciles," dice. "Los promotores más grandes vivían en pequeños departamentos, sin poder pagar su renta. Estábamos a un show de valer madres. Sabía que estaba construyendo algo que iba a valer algo. La gente nunca va a dejar de bailar. Sabía que eventualmente la música dance iba a regresar."

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Sin embargo, el "dinero falso" de Donnie (como le gusta llamarlo) está dando la vuelta al país. Para eventos de múltiples fechas, como el tour en autobús de Paul Oakenfold, Donnie manejó todas las fechas, comunicándose y asociándose con promotores. Donnie tiene hasta cinco shows que se realizan en un solo fin de semana en varias ciudades por todo Estados Unidos. Para el 2008, ya estaba financiando fiestas dentro de cien mercados y se convirtió en socio de Pasquale Rotella en los eventos de Insomniac con base en LA (los promotores detrás del EDC y Beyond Wonderland); juntos, empezaron a expandirse hacia Florida, Nueva York, Puerto Rico, Illinois y Texas. Todas sus ganancias se reinvierten en las fiestas. Según indica todo, la pareja tiene una relación intermitente; para abril del 2012 pasaron por una asquerosa separación. Tres meses más tarde, Disco Donnie anunció que la suya es la primera compañía enfocada al EDM en ser comprada por SFX Entertainment, un conglomerado operado por Robert F.X. Sillerman (quien creó la primera encarnación de Live Nation), por un supuesto de $9 millones de dólares.

Donnie sigue haciendo lo mismo que antes, solo que esta vez no está usando su propio dinero—falso o real. Tan solo en el 2014, ha realizado el Day After Festival, un evento de tres días para 45,000 personas en la ciudad de Panamá, el Ultimate Music Experience para 50,000 personas en South Padre Island, Texas durante spring break y el 20º aniversario de su fiesta Zoolu en Nueva Orleans.

"Estoy acostumbrado a reaccionar rápido, en el momento, " dice Donnie sobre trabajar con SFX. "Ahora tengo que tomar decisiones inteligentes. Es mejor tener a alguien con quien pelotear ideas, tener una retroalimentación y que entienda el negocio. Eso realmente me ayuda como promotor."

"Yo era un raver de por vida cuando llegué," continúa, aún sonriendo. "Ahora con acceso a la música dance vía YouTube, iTunes, Beatport, blogs, todas las diferentes fuentes de información que no estaban disponibles antes, son parte de la vida de las personas. Realmente es un nuevo mundo rave."