El fin de semana pasado fuimos a la fiesta de colores más importante del año y la verdad es que la pasamos bombísima. Entre mucho YOLO, gente y sobre todo, mucha pintura de colores, no pudimos contener las ganas de bailar y esperar el momento en el que lanzaran la pintura para ponernos hasta enfrente y quedar como arcoíris. Fue una experiencia única y la verdad es que Life In Color sacó a nuestro niño interno y seguramente a ustedes también su mamá les dijo que ella no iba lavar su ropa mugrosa. Bueno, eso no es tan malo si toman en cuenta que nuestro fotógrafo, Agustin Paredes, tuvo que mandar a mantenimiento su cámara. LOL.
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